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CURTIS, W.,  La arquitectura moderna desde 1900.  Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


págs. 657-683"Tecnología, abstracción y concepciones de la naturaleza" 


En la década de 1980, una de las corrientes más vigorosas se denominó high-tech o ‘alta tecnología’, una etiqueta usada indiscriminadamente para referirse a Norman Foster, Richard Rogers y Renzo Piano (los dos últimos, autores del centro Pompidou de Paris en la década de 1970). Aunque estos arquitectos compartían un compromiso con la poética de la estructura, la transparencia y la tecnología, y una genealogía que incluía a Jean Prouvé, la ingeniería del siglo XIX y símbolos venerados como el Crystal Palace de Londres (1851), también discrepaban en aspectos importantes. Por ejemplo, el edificio Lloyds en Londres (1978-1986), de Richard Rogers, se inclinaba al tecnorromanticismo en su tratamiento casi pintoresco de los conductos, tubos e instalaciones de color plateado brillante. Por el contrario, Renzo Piano, ex socio de Rogers, aspiraba a plasmar el carácter natural e inevitable de unas formas que surgían de consideraciones relativas a la estructura, la función, la luz natural y la congregación, y resultaba menos predeterminado en cuestión de estilo. Norman Foster estaba más o menos entre los dos: sus ideas a menudo tenían sus raíces en hechos o metáforas estructurales, pero también se preocupaba de la luz, el espacio y la elaboración de los detalles. Las analogías mecánicas y naturales se entretejían en la obra de Foster, y la tecnología se idealizaba con franqueza: «no una explotación de la naturaleza, sino una fusión de la naturaleza y el espíritu humano en una nueva clase de creación que trascienda ambas cosas.» 


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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.284-316. “Lugar, producción y escenografía; práctica y teoría internacionales desde 1962”


Los preceptos básicos del productivismo pueden resumirse como sigue. En primer lugar, el 'cometido' del edificio debería alojarse , siempre que sea factible, en una nave o hangar sin decoración , y esta construcción debería quedar tan abierta y flexible como sea posible (según el modelo de ese ideal del Bürolandschaft posterior a la II Guerra Mundial). En segundo lugar, la adaptabilidad de este volumen debería mantenerse mediante la inclusión de una red homogénea e integrada de instalaciones : energía, luz, calor y ventilación (véase el concepto de 'anonimato bien equipado' formulado por Cedric Price). El tercer precepto se refiere a la necesidad de articular y expresar tanto la estructura como las instalaciones , algo que suele conseguirse siguiendo la famosa separación de Kahn entre espacios servidos y espacios servidores . Este último precepto se manifiesta de modo patente en las obras más importantes de Richard Rogers : en el Centro Pompidou y en la sede central de la firma Lloyd's en Londres, diseñada en 1978 y terminada en 1986. A esta misma idea básica se le da una expresión más discreta (y en última instancia más práctica) en el Centro Sainsbury de artes visuales , terminado por Foster en la Universidad de East Anglia, Norwich, en 1978. En este caso el espacio servidor se aloja precisamente en el grosor del entramado portante triangulado de tubos de acero , con sus 33 metros de luz (compárese con el Instituto Salle de Kahn en la Jolla, California, de 1965: figura 243). El cuarto y más importante precepto del productivismo es, por supuesto, la manifestación 'sin trabas’ de la producción misma , es decir, la expresión de todas las partes componentes como Produktformen , una regla estricta que pocas veces se cumple en los edificios de los minimalistas norteamericanos (que muestran muy poco interés en la construcción vista), si bien los productivistas tanto norteamericanos como británicos se esfuerzan por conseguir una piel tersa y 'consumista' que lo envuelva todo . Como observaba Andrew Peckhann acerca del centro Sainsbury , «la capacidad [de Foster ] para persuadirnos no depende del lenguaje tradicional de la arquitectura, sino más bien del lenguaje del mundo material moderno: de la producción industrial y de los acabados consumibles».


...Una de las pocas variables básicas del planteamiento productivista es hasta qué punto la piel o el esqueleto constituyen el medio de expresión predominante . Durante un tiempo, esta diferenciación permitió distinguir entre las actitudes retóricas adoptadas respectivamente por los estudios de Foster y de Rogers : el primero prefería fundamentalmente la piel y el segundo situaba la carga expresiva primordial en la estructura . Sin embargo, más adelante Foster Associates modificó su planteamiento , orientándose cada vez más hacia la expresión extrínseca de la estructura , especialmente en el centro de distribución de Renault en Swindon. En Wiltshire , terminado en 1983, y en la sede central de la Hongkong & Shanghai Banking Corporation , en Hong Kong, diseñada en 1979 y terminada en 1985.


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PEEL Lucy, POWELL Polly, GARRET Alexander., Introducción a la Arquitectura del siglo XX. CEAC. Barcelona, 1990. 


Págs.104-105.“Estilos neoclásico y tradicional” 


El abandono gradual de los ideales del Movimiento Moderno, a favor de un aspecto más tradicional, puede conectarse con el movimiento de conservación arquitectónica, que fue impulsado en Europa por la exposición de 1975 en Londres, titulada “La destrucción de una casa de campo”. Allí se mostraba que sólo en Gran Bretaña no menos de 1000 edificios históricos habían sido parcial o totalmente destruidos desde 1908. Se recordó a la gente como la industria y el desarrollo económico habían afectado viejos edificios en todo el mundo. La resolución de proteger lo que quedaba se fortaleció, y se aseguró la aceptación popular de arquitectos como Raymond Erith, John Simpson, Leon Krier, Alan Greenberg, y el que quizás sea sinónimo del movimiento, Quinlan Terry. Quinlan Terry afirma que el Modernismo  era “evitar cualquier método que ha funcionado hasta ahora”. Contrariamente, éste piensa que los órdenes clásicos tienen inspiración divina y cita a Erith como su mentor, cierto es que trabajó con él en edificios como una casa en Hertfordshire, Kings Waldenburg en 1970. Más tarde planeó edificios como del Dufours Place en Londres (1984), inspirado en maquetas del siglo XVIII, el Howard Building del Downing College de Cambridge (Inglaterra 1987) y su mayor proyecto hasta la fecha, una urbanización en Richmond, en las orillas del Támesis, es un bloque moderno de oficinas con toda la tecnología necesaria, sin embargo el exterior parece haber sido creado unos doscientos años atrás y seguir intacto allí. Es una historia inmediata con todas las ventajas modernas, ahora bien, sus partidarios más febriles deberían tener cuidado porque, en los términos de Richard Rogers, “una sociedad más interesada en el pasado que en el futuro es una sociedad que agoniza”.


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MONTANER J.M. MUXI Z., Arquitectura y política.Gustavo Gili. Barcelona, 2011. 


Págs. 27-78“Historias” 


TRADICIONES CRÍTICAS CONTEMPORÁNEAS


En las décadas de 1960 y 1970 se desarrolló una nueva ética, con la voluntad de construir un proyecto crítico, especialmente en Italia, donde hubo un renacimiento del pensamiento marxista, siguiendo las raíces de la Escuela de Frankfut, de la teoría de Antonio Gramsci y del pensamiento estructuralista, expresado de maneras diversas en autores como Manfredo Tafuri, Aldo Rossi, Giorgio Grassi y Carlo Aymonino.


Como herencia de la línea problematizadora de la Escuela de Frankfurt y de su vertiente de vanguardia negativa y nihilista, surgen las interpretaciones de Peter Eisenman. A lo largo de su producción teórica, Eisenman insiste en que la arquitectura contemporánea, no clásica, ha de ser antifuncionalista, antihumanista y debe ir contra la idea de lugar. En su texto crucial El fin de lo clásico, con un objetivo similar al de David Watkin, Eisenman intentó destruir sistemáticamente los tres grandes ejes de la arquitectura moderna, considerados como ficciones; la posibilidad de representación (o posibilidad de transmitir significados), la acción de la razón (o precisión científica) y el sentido de la historia (zeitgeist).


Con esto llegamos al momento actual, en el que predomina la figura estelar, totalmente distorsionada por los medios de comunicación de masas,  de los arquitectos internacionales. Si los arquitectos más destacados de la década de 1980, como Hans Hollein, James Stirling, Aldo Rossi, Giorgio Grassi, Carlo Aymonino, Alvaro Siza o Rafael Moneorespondían y responden a un perfil profesional asequible, buena parte de ellos enraizados en la enseñanza universitaria, con un estudio pequeño y artesanal, las figuras actuales como Jean Nouvel, Norman Foster, Richard Rogers, Santiago Calatrava, Rem Koolhaas, Herzog&De Meuron, Zaha Hadid o Toyo Ito están lejos de la universidad, trabajan según una lógica empresarial, con su marca de empresa, sus grandes estudios en diversas sedes y su necesaria dependencia de los encargos de las grandes corporaciones y de los favores de los medios de comunicación.


Págs. 79-114. “Mundos”.  


FRONTERAS CALIENTES. Uno de los indicadores de insosteniblidad o sostenibilidad clave y sintomático, que atraviesa otros, debería consistir en determinar si en cada territorio lo que aumentaron fueron los muros, las vallas, las autopistas y las divisiones o lo que aumentan son los espacios públicos, los edificios comunitarios, los centros culturales, los lugares de reunión, etc. Desde la crítica de arquitectura es importante establecer diferencias, dar a conocer qué han colaborado en crear espacios de convivencia, como Lina Bo Bardi en Brasil y Jakoba MulderAldo Van Eyck en Holanda, y cuáles, más allá de su discurso teórico, han contribuido a crear más barreras y segregar -como Jean Nouvel, Renzo Piano, Richards Rogers, Ricardo Legorreta, Alberto Campo Baeza o tantos arquitectos cómplices de la construcción de urbanizaciones cerradas, edificios que actúan como barreras o como objetos aislados y agresivos en el entorno; sibilinos maestros en el arte de crear muros, fortalezas, divisiones y obstáculos, sin que se note. 


Págs. 197- 246.“Alternativas” 


POR UNA CULTURA CRÍTICA Y ALTERNATIVA DE LA EXPERIENCIA Y EL ACTIVISMO 


Pág.235. A lo largo del libro hemos hecho una crítica al pensamiento y la práctica neoliberales predominantes, en un mundo cada vez más sometido al mercado y a los intereses financieros, y hemos ido señalando alternativas. La más básica e imprescindible propuesta es el fortalecimiento de una cultura crítica.


LOS DISCURSOS DEL NEOLIBERALISMO ARQUITECTÓNICO


Tal como hemos visto, en el contexto más general del neoliberalismo, la arquitectura no es una excepción; ha perdido el sentido crítico que tuvo hasta la década de 1970. Por todo ello, es necesario potenciar una nueva cultura arquitectónica crítica con las nuevas narrativas dominantes de la economía global. También en el terreno de la arquitectura, la publicidad, la representación mediática y el glamour de los productos va más allá de su propia realidad y materialidad. Por tanto, es imprescindible desvelar y revelar, mostrar todo lo que esconde.


Es habitual que los arquitectos de prestigio en el mercado global utilicen argumentos heterogéneos y contrapuestos, muchas veces alejados de la arquitectura y el urbanismo que realmente hacen. Unos razonamientos polisémicos y neoliberales dan cobertura para que se argumente a favor de la sostenibilidad cuando se recurre al uso de alta tecnología y a la destrucción del medio, para que se utilice la experimentación formal para legitimar la especulación o para recurrir a argumentos de justicia social cuando lo que se propone es elitismo consumista.


Entre los profesionales del doble discurso y doble moral se encuentran aquellos que actúan bajo el auspicio de entidades financieras y organizaciones religiosas de marcado carácter, reaccionario, promoviendo eventos culturales, revistas y congresos desde los que se pretende construir alternativas y mostrar arquitecturas comprometidas con el planeta y la sociedad.


La mayor parte de los arquitectos estrella juegan a este doble discurso. Como Renzo Piano, Richard Rogers, Norman Foster, Jean Nouvel o Ricardo Legorreta, que por un lado participan en foros de defensa del urbanismo sostenible, y por otro, se prestan a operaciones de alta tecnología y alto consumo, que no tienen que ver con el medio, que generan urbanizaciones cerradas, que segregan socialmente y que destruyen patrimonio social, urbano y paisajístico. Son estrellas que sirven para legitimar procesos especulativos y de expulsión de los habitantes de zonas en las que trabajan, sin conocerlas. Como buenos arquitectos del príncipe contemporáneo, les basta el plano o el mapa para destruir y construir en cada lugar.


En la década de 1960, en su primera etapa, cuando presentó la propuesta para un conjunto residencial en las Islas Canarias y se le criticó que su proyecto nada tenía que ver con las condiciones climáticas y que entraban en contradicción con el contexto, Richard Rogers, contestó, sin la más mínima sensibilidad ecológica, que entonces, lo que se debía cambiar era el clima del lugar del proyecto. Hoy el mismo autor propone el decálogo para ciudades sostenibles en su famoso libro Ciudades para un pequeño planeta, mientras proyecta construir, cerca de la ciudad de Granada, una gigantesca urbanización cerrada, con campos de golf incluido, pretendidamente enmarcada como un barrio sostenible.


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