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Ecoconstrucción solar. Los paneles solares son un símbolo emblemático de la construcción ecológica. Pero si hablamos de arquitectura ecológica, el sol como fuente de energía limpia no es lo único se de debe de tener en cuenta, ¿como utilizar esa energía y a la vez protegernos del sol?.


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Patrick Marsilli, arquitecto francés de la empresa Solaleya, es el creador de un nuevo concepto de vivienda: Domespace. Este tipo de casa se caracteriza por utilizar materiales reciclables, y, sobre todo, por su elevado ahorro de energía. Una plataforma giratoria permite que estos inmuebles cambien de orientación y puedan nutrirse, según el día y la hora, del sol para calentar el interior de la vivienda y de las corrientes de aire para la ventilación, reduciendo así la inversión en otros elementos y sistemas de climatización. Estas viviendas, en forma de media esfera, están preparadas para soportar grandes ráfagas de viento o lluvias al combinar materiales y técnicas específicas de aislamiento y construcción.


Por parta parte, este concepto residencial sostenible se integra en la naturaleza. Puede situarse en cualquier terreno ya que los proyectos se adaptan a los diferentes territorios y posibilidades, manteniendo el modelo de una arquitectura atractiva y funcional.
Estas construcciones se asientan sobre una estructura flotante que permite aislar y evitar el contacto con la tierra, aumentando así la permeabilidad frente a la humedad del terreno. Reducen el gasto en climatización o luz artificial, ya que aprovechan en cada momento la posición del sol o ventilación alternando posiciones según las necesidades.
Toda la gama Domespace incorpora el sistema de rotación mediante un control remoto o manual y puede llevar a cabo un giro de entre 180 y 330 grados al contar con un mecanismo de engranajes y rodamientos que favorece el seguimiento y la pendiente de la tierra. Este movimiento es imperceptible a la vista ya que la velocidad de giro es de dos a 10 centímetros por segundo.


Las Domespace se identifican, igualmente, por utilizar materiales reciclables como la madera, a través de la que mantiene la temperatura y actúa como aislante. Además tienen una superficie de carbón vegetal que inhibe la penetración de oxígeno, frena la combustión y al no dilatarse, no explota a pesar de exponerla a temperaturas altas por lo que el peligro de colapso en caso de incendio se reduce considerablemente.


Los precios de estas innovadoras viviendas van desde los 1.500 a los 3.000 euros por metro cuadrado, aunque puede variar dependiendo de los materiales elegidos y la ubicación. Estas tarifas son superiores a las de una vivienda habitual, pero sin duda son una inversión de futuro que se amortiza a través de ahorro en el consumo de energía.


Según Marsilli, por el momento, el continente europeo es el que acoge mayor número de construcciones de este tipo, ya que la población está más concienciada con la ecología y la utilización de materiales limpios y reciclables. La gran mayoría de ellas se encuentran en la zona de Francia y sus alrededores. También se tiene constancia de la existencia de este tipo de viviendas en ciudades como Nueva York, lo que permite apreciar la influencia de este tipo de mentalidad en otros lugares del mundo. En España existe una en Torrelodones, utilizada como centro de exposiciones.



Tena RUIZ MAYORAL

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