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SHINOHARA, Kazuo

  • Arquitecto
  •  
  • 1925 - Shizuoka. Japón
  • 2006 - Kawasaki. Japón

FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.284-316. “Lugar, producción y escenografía; práctica y teoría internacionales desde 1962” 


"El declive de la visión metabolista en Japón llegó con  la evidente vaciedad ideológica de la Exposición de Osaka en 1970.  De ahí en adelante, el protagonismo crítico en la arquitectura japonesa pasó de los viejos metabolistas a los miembros de la llamada ‘nueva ola’  , cuyo trabajo se conoció principalmente gracias al apoyo de dos arquitectos de la generación intermedia: Arata Isozaki y Kazuo Shinohara  . Mientras que la obra de Shinohara se ha mantenido casi exclusivamente en el ámbito doméstico, la importancia de Isozaki deriva de su doble reputación: primero como intelectual crítico, y segundo como arquitecto público cuya actividad independiente comenzó con la sucursal de Oita del Fukuoka Mutual Bank  , construida en Kyushu  en 1966. El éxito de esta obra le proporcionó toda una serie de edificios públicos importantes, entre ellos el Museo de la Prefectura de Gunma, en Takasaki, de 1974."


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MONTANER. J.M., La Modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1997.


págs.141-158.“Modernidad, vanguardias y neovanguardias”


LA NECESIDAD DE LAS VANGUARDIAS


"Más allá del ansia por la novedad y elconsiguiente enfrentamiento con los gustos de una parte de la sociedad, existe otra característica definitoria de las vanguardias:buscar respuestas a las nuevas necesidades. He aquí el argumento más progresista de las vanguardias que tiene como objetivo último, una cierta crítica al modelo de sociedad predominante y el planteamiento de propuestas de transformación adecuadas al espíritu de los tiempos venideros.


Este argumento de crítica y transformación social justifica el mecanismo de la abstracción y la practica sistemática de la ruptura de los lenguajes establecidos. Esto se expresa actualmente en lo que se denominan neovanguardias: aquellos movimientos que recuperan el culto a lo nuevo y a lo extraño y que intentan superar los condicionamientos de la tradición y de las convenciones.


En la arquitectura y el diseño industrial de los años sesenta aparecen antecedentes de estas neovanguardias en grupos británicos como Archigram, italianos como Archizoom, Superstudio, UFO, 9999 o Strum, o estadounidenses como SITE, que se expandieron en terrenos diversos, colindantes con el high tech, el pop art, el arte conceptual y el diseño radical. En aquellos años, arquitectos como Peter Ensenan y John Hejduk, encuadrados dentro de los five architects de Nueva York, inician nuevos caminos vanguardistas. El mecanismo vuelve a ser reimplantado y revalorizado y, al cabo de los años, estos autores y equipos muestran los resultados de su gran influencia sobre generaciones más jóvenes.


Sin embargo, las vanguardias de las ultimas décadas se diferencian claramente de la de los años veinte: si las vanguardias ya clásicas tendían a la exclusión y a la selección, las actuales prefieren la inclusión y la contaminación; si las de principios de siglo creían que se podía establecer un nuevo orden en el mundo de las formas industriales,ahora lo que fascina es el profundo desorden y fragmentación de las metrópolis, la proliferación de formas y materiales y el inabarcable pluralismo cultural,si las vanguardias defendieron el funcionalismo, las neovanguardias arrancan de una posición antifuncionalista.


De todas formas, en las neovanguardias arquitectónicas se reproduce la dualidad de posiciones que ya se expresaba a principios de siglo. Por una parte, la tendencia a la máxima abstracción y a las formas geométricas puras, con todo lo que comporta de sistematicidad y recurrencia a un método que busca exponerse de manera didáctica. Es el caso de Peter Ensenan, Bernard Tschumi, Rem Koolhaas o Kazuo Shinohara, autores que acompañan siempre sus proyectos con textos, diagrama, exposiciones y narraciones. Y por otra parte, la exploración del terreno oscuro de lo irracional, tal como había sido promovía por el surrealismo, en la obra de aquellos autores que han preferido explorar campos del inconsciente, recuperando mecanismos como el de la escritura automática. Véanse las casas de Frank Gehry que explicitan la estructura laberíntica del inconsciente, los proyectos del equipo Coop Himmelblau partiendo de dibujos automáticos, o la mezcla de poesía, pintura arquitectura que han planteado autores como John Heda o Adolfo Natalini.


El espíritu vanguardista es, por lo tanto, consustancial al hombre contemporáneo y a pesar de las reales crisis de la modernidad, vuelven a resurgir estrategias innovadoras."


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MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Págs.. 190-214. “Diagramas de energía”


"Los condensadores son objetos proyectados para captar luz y energía, que tienden a desplegarse, a desplazarse, a expandirse. La intuición de estos objetos como embriones de energía se tuvo en diversos proyectos de finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, como la inconclusa Slow House (1992) de Elisabeth Diller y Ricardo Scofidio o la videogalería realizada en Groninga por Bernard Tschumi. En esta dirección se encuentran las obras de Kazuo Shinohara (1925 2000) fruto de la síntesis entre la esencia del espacio japonés y la máxima abstracción, entre la arquitectura tradicional, la  realidad y el exceso de energía del área metropolitana de Tokio. De ambas, Shinohara destila la fuerza la luz, la geometría y la abstracción. La progresiva anarquía y la intensidad imágenes que se yuxtaponen construyen la realidad de una gigantesca máquina urbana que produce “ruidos al azar” percibidos por el habitante, un caos y delirio metropolitano más allá de cual se alcanza el nuevo paisaje del “grado cero", la nueva plataforma de energía que, según Shinohara, potencia la máxima creatividad. La Casa bajo una línea de alta tensión en Tokio (1981) expresa forma y luminosidad de la energía que emana de las lineas de cables, en evidente homenaje a la Maison de Verre de Pierre Chareau. El Pabellón de Centenario para el Instituto Tecnológico de Tokio(1987) lleva al límite la concepción de un edificio hecho de la energía que genera la intersección en el aire de dos volúmenes."


 


 

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