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PEEL Lucy, POWELL Polly, GARRET Alexander., “La tradición británica” en Introducción a la Arquitectura del siglo XX. CEAC. Barcelona, 1990. Págs.25-31.


A pesar de que la constante preocupación de los arquitectos en la Gran Bretaña de antes de 1914 se concentraba ante todo en encargos para la alta sociedad, en ese mismo período, el movimiento Garden City en Gran Bretaña estuvo a la cabeza de otros países europeos al ser los pioneros de viviendas para las clases trabajadoras, bien diseñadas y con entorno atractivo. Los fabricantes paternalistas habían conseguido ciudades para sus empleados en Bournville, Birmingham y Port Sunlight y Liverpool a finales del siglo XIX, pero lo que propuso Ebenezer Howard en 1898 era un programa lúcido de nuevas ciudades basadas en el desarrollo del campo, que conectaba con el espíritu del movimiento Arts & Crafts.


Bajo la influencia de Howard, Barry Parker y Raymond Unwin planearon Letchworth Garden City, comenzada en 1903, así como el Hampstead Garden Suburb, “de primerísima calidad” empezado en 1907, este último con la ayuda de Lutyens. Ambas urbanizaciones reproducían elementos de Webb y Shaw a gran escala, en filas de viviendas pintorescas de estilo cottage.


 No obstante, a pesar del sorprendente éxito inicial, la esperanza de Howard de que la gente abandonaría las ciudades superpobladas para volver a descubrir una existencia semirural autorregulada no iba a ser, años más tarde, ya en el presente siglo, tal y como él había pensado, sino que esta concepción arquitectónica permanecería como débiles castillos en el aire.


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 MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX.. Gustavo Gili. Barcelona, 2002 (1997)


págs. 210. (Referencia a E. Howard y su propuesta de ciudad jardín, como antecedente de la arquitectura ecológica, con su crítica a la ciudad industrial y la idealización del campo....). "Los valores que se otorgaban a la ciudad y a la naturaleza se habían transformado radicalmente. Si durante la Edad Media y el Renacimiento la ciudad era garantía de protección, libertad y civilización respecto a la barbarie del bosque y la naturaleza - primitivos, salvajes y sucios-, a partir del barroco y del siglo XIX con la consolidación de la revolución industrial, la naturaleza es idealizada y sobre la ciudad, considerada el foco de todos los males sociales y sanitarios, se proyectan todas las críticas. Tanto las imaginaciones de los socialistas utópicos como la propuesta de la ciudad-jardín de Ebenezer Howard parten de la crítica a la ciudad industrial y de la idealización del campo".


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MONTANER, Josep María.,   “Sistemas orgánicos”  en Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


págs. 64-89. "Sin embargo, lo que nos interesa es averiguar cómo la búsqueda del organicismo se ha trasladado a la escala urbana, es decir, ¿qué propuestas y realizaciones irían en la dirección de una ciudad orgánica?. De hecho, la voluntad de aproximar la estructura de la ciudad moderna a las cualidades de la naturaleza ha recorrido todo el siglo XX. Posiblemente la idea que más se ha acercado a ella es la ciudad jardín propuesta por Ebenezer Howard. El esquema de ciudad jardín de Howard de 1898 es la primera gran formulación de un sistema complejo de objetos que intenta conciliar el mundo rural y el desarrollo industrial más avanzado. Howard propuso esencialmente diagramas que plasmaban un sistema de ciudades de forma circular y de un tamaño límite, conectadas entre sí por redes circulares, formas estrelladas y ejes radiales, dedicando a reservas forestales, campos de cultivo y parques todos los grandes espacios entre las ciudades y entre las líneas de comunicaciones basadas en transporte público. No es casualidad que un capítulo esencial de la formación autodidacta de Howard fuera su estancia en Estados Unidos, visitando sus parques, especialmente el Park System de Frederick Law Olmsted en Boston. Esta experiencia fue una de las inspiraciones de su ciudad jardín, de una ciudad más humana, planificada en su estructura y organizada en sistemas de parques y campos. La propuesta de ciudad jardín mantiene una misma relación tanto con la obsoleta ciudad tradicional como con la incipiente ciudad moderna; pues más allá de los tipos de ciudad existentes y junto a las propuestas del urbanismo moderno, la idea de la ciudad jardín ha sido la única nueva tradición urbana que se ha desarrollado paralelamente a la ciudad racional. Pero también es cierto que la visión de Howard no llegó a encontrar una plasmación adecuada y completa, sino diversas concreciones formales muy limitadas, que no estaban instrínsecamente en sus ideas y que de la mano de sus discípulos Raymond Unwin y Barry Parker condujeron a la experiencia de los suburbios jardín con casas unifamiliares.


Autores tan diversos como Pattrick Geddes, Ebenezer Howard, Frank Lloyd Wright o Lewis Mumford tuvieron en común la búsqueda de una ciudad viva, el intento de conciliar lo urbano con lo agrario, el pensamiento de la ciudad y el territorio desde el equilibrio medioambiental y la defensa del naturalismo, la tendencia hacia la planificación regional y el recurso a las morfologías orgánicas de los ecosistemas."


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MONTANER Josep Maria.,“Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna” en La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX . Gustavo Gili. Barcelona, 2002.


págs.25-58. "No podemos olvidar que dentro de la arquitectura moderna existen dos tradiciones distintas y totalmente contrapuestas respecto a la relación entre arquitectura y paisaje: la de la ciudad-jardín de Ebenezer Howardy las primeras Siedlungen alemanas integradas en el paisaje, por una parte, y la que momentáneamente se impuso y triunfó, representada por el racionalismo, la nueva objetividad y Le  Corbusier con sus primeros planes urbanísticos, por otra. Esta tradición dominante se basaba en la omnipresencia de la arquitectura y en el poco respeto por las circunstancias ecológicas. La Carta de Atenas sería la máxima expresión de esta corriente racionalista y tecnocrática que ha servido de base para el urbanismo especulativo del capitalismo y para los tejidos residenciales sin atributos del que se denominó "socialismo real". De hecho, la recuperación de la idea de lugar también ha constituido una crítica a la manera cómo se ha realizado la ciudad contemporánea. Y la revalorización de la idea de lugar estaría estrechamente relacionada con el inicio de la recuperación de la historia y la memoria, unos valores que el espacio del estilo internacional-o antiespacio- rechazaba."

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