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Ciudad Universitaria de Caracas

Universidad Central de Venezuela
  • 1940 - 1960
  •  
  • VILLANUEVA, Carlos Raúl
  •  
  • Caracas
  • Venezuela
imagenes/5528_1_33010588.jpg obras/37609_8.jpg obras/37704_25_33031599.jpg obras/37704_26_33031598.jpg obras/36814_25_33010588.jpg obras/37704_27_33031597.jpg obras/36814_8_33010589.jpg obras/37704_28_33031596.jpg obras/37704_8.jpg imagenes/5527_1_33010589.jpg

CURTIS W.,  La arquitectura moderna desde 1900.Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 491-511.“Proceso de asimilación. Ame. Latina, Australia, Japón”


Aunque Villanueva se apoyaba tanto en Niemeyer como en Le Corbusier, consiguió formar un estilo inconfundiblemente personal. Sus principales obras incluían la Ciudad Universitaria de Caracas(1950-1959), el estadio olímpico (1950-1951), su propia casa (1952) y varios proyectos residenciales, todo ello en Caracas. La Ciudad Universitaria compendiaba la idea de un enclave paisajístico que formaba una utopía liberal al borde de la ciudad capitalista, pero en este caso (a diferencia de su equivalente mexicano) el vocabulario empleaba con generosidad las lamas, las persianas, las celosías, las placas de colores y los volúmenes entrelazados. Los paseos entre las principales instituciones del campus se formaban mediante voladizos curvos de hormigón que parecían estar suspendidos en el aire. Estas formas flotantes guiaban el movimiento, fomentaban la libre asociación de la gente, proporcionaban contacto con la exuberante vegetación y protegían del sol y la lluvia a los estudiantes que pasaban por allí. El plato fuerte de la Ciudad Universitaria era el aula magna (1952-1953) o auditorio principal, con sus paneles acústicos suspendidos, diseñados por Calder. Igualmente impresionante era el vestíbulo que la precedía, un espacio de una complejidad indescifrable surgida de la interpenetración de varios niveles, rampas y cubiertas curvas flotantes de hormigón con hendiduras que dejaban pasar la luz natural. En este espacio, la combinación de interior y exterior permitía el paso de las brisas, pero también asumía un significado social relacionado con la democratización de las instituciones de enseñanza. Las superficies de hormigón visto estaban animadas por toques de atrevidos colores proporcionados por obras de Arp, Léger y otros. La arquitectura de Villanueva se apoyaba en un sentido poético de la estructura, un entendimiento íntimo del entretejido de las fuerzas naturales y climáticas, un sentido de la figura humana moviéndose por el aire cálido, y una concepción que sintetizaba los descubrimientos del Cubismo con 'subestructuras’ culturales de su propio país.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 317-331.“Regionalismo crítico: arquitectura moderna e identidad cultural”


El regionalismo se ha manifestado, por supuesto, en otros lugares de América: en Brasil, durante la década de 1940, en las primeras obras de Oscar Niemeyer y Affonso Reidy ; en Argentina, en la obra de Amancio Williams , sobre todo en su casa puente en Mar del Plata , de 1943-1945, y más adelante, en el Banco de Londres y América del Sur (1959) en Buenos Aires, obra de Clorindo Testa ; en Venezuela, en la Ciudad Universitaria de Caracas, construida entre 1945 y 1960 según el proyecto de Carlos Raúl Villanueva"


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MONTANER, Josep María.,  Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Págs.26-63.  “Sistemas racionales” 


En cambio, en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas(1944-1957), de Carlos Raúl Villanueva (1900-1975), predomina, en especial en el conjunto central, administrativo y cultural, una escala cercana y comprimida por las marquesinas de hormigón armado: unos pasillos cubiertos que, como alar­gadas extremidades, conducen a cada edificio, protegiendo de las inclemen­cias del clima tropical. La llamada "plaza cubierta" es un magnífico ejemplo de nuevo espacio público. Está configurada por los espacios contiguos al aula magna, el rectorado, el paraninfo, la sala de conciertos y la biblioteca central, unos espacios semicubiertos, con murales y esculturas que configuran lugares de encuentro, con paredes que son celosías y muros que delimitan el espacio pero no lo cierran, que dejan ver la vegetación y, al fondo, el Monte Ávila; un espléndido conjunto de espacios semiabiertos, llenos de sinuosidades y reclamos para los sentidos, con una diversidad de itinerarios, rampas y patios.


En definitiva, la plaza cubierta es como un pedazo de selva tropical recreada con hormigón armado. Se trata del más auténtico y pionero ejemplo de síntesis de las artes mayores, tal como plantearon Sigfried Giedion y Le Corbusier en el CIAM 6 de Bridgewater en 1947. En este caso con obras de, entre otros, Jean Arp, Armando Barrios, André Bloc, Henri Laurens, Fernand Léger, Mateo Manaure, Francisco Narváez, Pascual Navarro, Alejandro Otero, Antoine Pevsner, Sophie Taeuber Arp, Victor Valera, Victor Vasarely y Oswaldo Vigas, que van configurando los espacios semiabiertos de la plaza cubierta. En el interior del aula magna (1952-1953), la arquitectura racionalista sirve de cobijo a la recreación de la naturaleza: los difusores de Alexander Calder, policromos y de formas orgánicas, son una metáfora de las nubes y de las ramas de los árboles.


También son destacables otros proyectos como la Universidad Nacional en Bogotá, iniciada en 1939 y proyectada por Leopoldo Rother (1894-1978), discí­pulo de la Bauhaus, y el campus no realizado para la Universidad de Rio de Janeiro (1936) según proyecto de Le Corbusier, que ha inspirado a otros campus universitarios.


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