Inprimatu
Como resultado de su viaje a EE.UU (1893), para visitar la exposición Universal de Chicago y su permanencia de tres años en el país, A. Loos conoció los avances más recientes como la construcción en esqueleto y la arquitectura de rascacielos de la Escuela de Chicago. Sin embargo, el auténtico descubrimiento fue el estilo de vida de Estados Unidos; el contacto con la cultura anglosajona le causó una profunda impresión que influiría decisivamente en sus criterios estéticos.
Revolucionó la arquitectura vienesa con la construcción del American Bar (1908), un símbolo de revolución cultural para la ciudad, una nueva idea exportada desde los Estados Unidos. Junto a la Looshaus y la Villa Müller, es considerado como uno de los edificios más importantes de Loos. Muestra algunos de los elementos que serían característicos de su trabajo: la cuidadosa selección de materiales, la buena artesanía y el uso considerado del espacio.
Situado en un estrecho pasillo vienés, el American Bar, tiene una fachada formada por cristales que componen la bandera americana y letras compuestas por vidrios de colores, coronado por un rotulo donde se puede leer “American Bar”, dejando constancia de la admiración que el arquitecto adquirió por la cultura angloamericana. Consta de 27.72 m2, con una sala de 4.5 m de ancho por 6.16 de fondo, de cuya superficie, la barra ocupa un tercio. Loos utiliza una ilusión óptica en el interior, a través de los espejos, utilizó una amplia variedad de materiales: mármol, ónice, caoba, latón y seda para las lámparas murales.
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