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Casa Koshino

  • 1979 - 1984
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  • ANDO, Tadao
  • ANDO, Tadao Proyecto   1980 - 1984
    la casa Koshino, hemos de destacarla como una de las obras cumbres en cuanto a la arquitectura residencial del maestro Tadao Ando. Los materiales que se emplearon fueron vidrio, acero y hormigón, pero desaparecen gracias a la técnica del claroscuro; la luz se convierte en el principal material. Esto ocurre ,debido a que, las formas tiene pulcritud y están libre de ornamentaciones. La casa se organiza en dos cuerpos paralelos, unidos por un pasillo subterráneo, que definen un patio central. El cuerpo más corto contiene una sala de estar de doble altura, mientras que el ala más larga alberga una serie de dormitorios. El estudio en forma de media luna, adyacente a la sala de estar, fue añadido posteriormente, en acusado contraste compositivo con los cuerpos preexistentes.
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  • Ashiya
  • Japón
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FURUKAYAMA Masao., Tadao Ando. La geometría del espacio. Edit. Taschen. Colonia, 2006


p.27-29. "La casa Koshimo representó un nuevo comienzo para Ando. Empezó por desmontar el prototipo arquitectónico desarrollado anteriormente en la Row House en Sumiyoshi y reensamblar las piezas. Progresivamente abrió la caja cerrada, permitió que los espacios interiores y exteriores se comunicaran mediante aberturas en las paredes y entre las paredes y la cubierta, y organizó cuidadosamente los espacios. Los temas expresivos fueron la fina textura de las paredes y la dramatización por medio de la luz, y empezó a usar la topofrafía de formas incluso más flexible para organizar el espacio. Ando llama al acto de diseñar un terreno "artesanía del emplazamiento"; fusiona el terreno y el edificio, incorpora el paisaje en el edificio y aprovecha hasta el último rincón del emplazamiento. El espacio interior se extiende al espacio exterior, y todo el emplazamiento se transforma en un espacio ensamblado con tanta precisión como una obra de artesanía. 


Para Ando, una caja cerrada es el prototipo para las casas sitaudas en emplazamientos pequeños del centro de Osaka. Sin embargo, la Casa Koshino se halla en la ladera de una colina con un exhuberante entorno natural. Es un edificio de hormigón, hermoso y sereno, en plena naturaleza. Las esquinas de la caja, hasta ahora firmemente cerradas, se han ido abriendo poco a poco. La luz entra por una claraboya situada entre la pared y la cubierta, iluminando una pared curva, en la pared del salón se ha abierto una gran ventana. El interior integra de forma gradual el bello paisaje. 


Esta casa está compuesta por dos edificios o cajas de distinto volumen, dispuestos en paralelo a ambos lados de una terraza. El edificio contiene un salón de doble altura, una cocina, un comedor y, en una planta superior, el dormitorio principal. El otro edificio alberga las dependencias privadas, con un total de seis habitaciones - dormitorios y habitaciones de tatamis - dispuestas en hilera, así como un baño. Los dos edificios están conectados por un pasillo subterráneo. Y luego está la terraza entre los dos edificios, un salón exterior donde puede apreciarse la exhuberante vegetación. Ando propone una vida en la que al ocupante se le recuerda constantemente la riqueza de la naturaleza en un espacioso emplazamiento rodeado de árboles. Este edificio idóneo para recibir invitados los fines de semana, se basa en la premisa de un estilo de vida muy distinto al de la ciudad.


Cuatro años después de la finalización de la casa, se añadió un estudio. Dado que los edificios de Ando siempre están formalmente concluidos, cuando emprende una adición debe alterar una forma que ya estaba acabada para crear otra completamente nueva. El resultado final debe alcanzar un nuevo nivel de perfección. Añadir unos pocos toques a una obra concluida en el pasado es una labor difícil. 


En el caso de la casa Koshino, Ando buscó desarrollar una nueva imagen global mediante el contraste de la adición con la construcción existente.  La adición está dispuesta más arriba de la ladera; una pared que describe un cuarto de círculo en planta. En la adición se ha abierto una abertura en el techo a lo largo de la pared curva, y la luz que penetra a través de ella adopta una figura geométrica curva. Se trata de un fuerte contraste con la construcción existente, donde la luz de la claraboya adquiere una forma lineal; las dos partes de la casa ofrecen experiencias espaciales distintas incluso a la misma hora del día. La adición no fue prevista en un principio, pero Ando ha logrado formar un paisaje incluso más complejo y matizado.


Ando es un maestro de las adiciones y las renovaciones. Siempre está asimilando imágenes e imaginando mundos posibles, de forma que, a la menor oportunidad que se le presenta, puede intentar realizarlos de forma inmediata. De hecho, en 2005, 25 años después de la realización de la residencia original en 1980, está trabajando en una tercera renovación de la Casa Koshino. Su versatilidad - su capacidad de usar un amplio abanico de imágenes- hace posible adiciones flexibles. Esta habilidad le ha resultado útil en proyectos de conservación de edificios. Ello se debe a que los proyectos para construir nuevas instalaciones que preserven a la vez edificios antiguos, deben de trascender el tiempo". 


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W. CURTIS.,  La Arquitectura Moderna desde 1900. Edit Phaidon. Hong Kong,2006


págs.640-641. "Lo universal y lo local: paisaje, clima y cultura" 


"El arquitecto japonés Tadao Ando es revelador a este respecto. Usando medios modernos Ando trataba de realizar “esa unidad entre la casa y la naturaleza que las casas japonesas han perdido en el proceso de modernización”. Sus edificios ofrecían una alternativa minimalista a la cacofonía visual y el desorden descontrolado de la megalópolis moderna; también destinaban un sentido a la identidad de maneras muy sutiles. Las casas de Ando a finales de los años 1970 y comienzos de 1980 (por ejemplo, la Koshino en Hyogo 1979-81) volvía la espalda al mundo exterior y (al igual que las viviendas de Barragán un cuarto de siglo antes) se desplegaban en el secreto de unos muros ciegos pero con gran carga emocional. Estas casas se abrían a recintos tranquilos en los que el individuo podía restablecer el contacto con la vida interior y con los ritmos de las estaciones. El vocabulario de Ando estaba reducido a lo esencial (muros planos de hormigón liso, entramados, bóvedas, acristalamiento y pavés), pero estos eran simplemente los medios materiales para poner de manifiesto un sentido del orden subyacente, una abstracción espiritualizada intensificada por la luz, la sombra y el espacio. Las secuencias de pasillos,  habitaciones y patios estaban bañados en una suave luz, procedente de aberturas limitadas, que concentraban la atención en pequeños episodios. Al igual que en la tradicional casa del té japonesa, se usaba una sofisticada sencillez para realzar el sentido del mundo natural. Aunque la arquitectura de Ando se apoyaba en conceptos establecidos mucho tiempo atrás en su propia cultura,  también estaba muy en deuda con Le Corbusier, Kahn y escultores abstractos como Richard Serra; también recordaba esa sugerencia hecha por Mies van der Rohe de que la arquitectura moderna debía juntar al hombre y la naturaleza en una “unidad superior”. Sobre su propia arquitectura Ando escribía: “La arquitectura de esta clase es probable que cambie dependiendo en la región en la que echa raíces…sin embargo se abre en dirección a la universalidad”.

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