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Después de la primera formación vienesa, y bajo la tutela de M. Dvorák, prepara la tesis que lee en 1924 con el título Ledoux y la estética del neoclasicismo, doctorándose en su Viena natal.


Vivió modestamente como empleado de banca desarrollando durante decenios su originalísima investigación sobre la arquitectura del XVIII. El trabajo de Kaufmann fue a lo largo de su vida un trabajo en solitario. El Neoclasicismo no era todavía un tema de actualidad y la sensibilidad neoclásica no era entendida, viéndose en el barroco el ejercicio de libertad creadora.


 El interés de Emil Kaufmann por la arquitectura de 1700 aparece en sus primeros escritos y se prolonga en el tiempo convertido ya en pasión personal e íntima, como un hobby, adentrándose poco a poco en el mundo académico europeo primero y en América años después, abriéndose las puertas de los centros de estudio y de las universidades.


Emigró más tarde a USA, continuando una constante investigación sobre la arquitectura del siglo XVIII que llega a su punto álgido con el descubrimiento de la extraordinaria personalidad de los arquitectos de la revolución, Ledoux, Boullé y Lequeu evidenciando, refiriéndose a los esquemas interpretativos y a la enseñanza de la Escuela de Viena, todas las cualidades formales.


A él debemos el redescubrimiento de los arquitectos revolucionarios franceses y la revalorización de las tendencias que preanunciaron la arquitectura moderna.


 La investigación llevada a cabo en sus obras, van en una misma línea.


1933.- De Ledoux a Le Corbusier. Origen y desarrollo de la arquitectura autónoma. Se plantea la hipótesis de la relación existente entre los arquitectos de la Ilustración y la nueva arquitectura.


1952.- Tres arquitectos revolucionarios. Ledoux, Boullé, Lequeu.


1955.- La Arquitectura de la Ilustración. En esta última obra analiza la teoría y la práctica de la arquitectura de la Ilustración en Inglaterra, Francia e Italia. Nos habla así de un sistema y un estilo totalmente nuevos, en donde pone el origen de la arquitectura moderna. Su libro sobre la arquitectura de la Ilustración se puede considerar como su testamento.


Kaufmann es un hombre que se abre camino en la arquitectura a través del rigor en la exposición y en el manejo de las fuentes.


Nadie puede negar el papel de precursor que tiene Kaufmann, él tiene conciencia de ello y suyas son las primeras monografías sobre arquitectos desconocidos hasta el momento como Ledoux o Boullé, contribuyendo así, desde una posición similar a la que Burckhardt, Wölfflin y Rielg tuvieron para el entendimiento del Renacimiento y el Barroco al preocuparse de una época poco valorada y mal entendida.


 Utilizan un distinto método Wittkower en La arquitectua de la Edad del Humanismo (idealista, detrás de la arquitectura hay una idea, que se refleja, todo puesto en orden a esa idea- proporción, órdenes etc.) al utilizado por Kaufmann (la arquitectura está establecida por los hombres dependiendo de la composición. El modo en que se relacionan el todo con las partes no está definido de una vez por todas). Hasta tal punto llega Kaufmann en lo estrictamente arquitectónico que se prescinde quizás excesivamente de cualquier alusión ideológica, intentando hacer de la arquitectura una disciplina autosuficiente, a modo de ejemplo diremos que en la obra la Arquitectura de la Ilustración, no se cita a Rousseau ni una sola vez.


La arquitectura del neoclasicismo intenta afirmar la independencia. La conquista de una arquitectura como invención, no sometida a las leyes formales establecidas y consolidadas por el Renacimiento y Barroco. Pretende explicar como se disolvieron las formas del Barroco y como un nuevo modo de pensar arquitectónico dio lugar a la aparición de una nueva manera.


El interés de Kaufmann por el Neoclasicismo, se debe a que con él se quiebra un modo de hacer arquitectura y aparece otro. Pero esta disolución es un ejercicio continuo y lento.


La independencia de los elementos frente al todo será para Kaufmann la clave desde la que interpretar los nuevos criterios de composición neoclásica. El principio fundamental que gobierna la composición era ya la independencia, sustituyendo el sistema exclusivo y jerárquico del Barroco. Posibilidad de independizar los elementos del todo.


Kaufmann se arriesga incluso a ofrecernos una clasificación artificial de los principios de composición neoclásicos, tomando como punto de partida la independencia y la autonomía de los elementos. 


Voluntad de libertad y deseo de control de la forma frente a la norma.


Realiza alusiones múltiples a los mecanismos compositivos que es el uso de motivos que aparecen en diversos lugares del edificio que permanecen independientes.


Faltan las alusiones a la cultura y al entorno social en que se produjo la nueva arquitectura porque no se consideran necesarios.


Tras estudiar las figuras como Ledoux o Boullé, Kaufmann se propone examinar con mayor amplitud la arquitectura francesa de su tiempo, y comprendió que el cambio verificado al fin del setecientos había estado precedido por sutilísimos esfuerzos para librarse del pasado tanto en Inglaterra como en Italia.


Lo cierto es que los arquitectos de la segunda mitad del siglo XVIII eran conscientes de la destrucción del Barroco y de la necesidad, por tanto, de establecer unos nuevos principios y Kaufmann opta, para llevar a cabo esta descripción, por examinar la obra de los arquitectos más destacados aprehendiendo, en tal examen sus principios.


Con el régimen de Hitler se traslada a Inglaterra y USA, siendo profesor de disintas universidades como Princeton, Yale y Harvard.

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