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FURUKAYAMA Masao., Tadao Ando. La geometría del espacio. Edit. Taschen. Colonia, 2006


p.41-45 "El Museo de Arte Contemporáneo de Naoshima se erige sobre un promontorio de una pequeña isla del mar interior. El edificio aparece relajado y reposado, extendido como para disfrutar de la vista del mar. La vasta extensión de terreno donde está emplazado transmite la impresión de luminosidad, ligereza y extroversión; las líneas curvas parecen danzar alegremente. La seriedad introspectiva de las obras de Ando en la ciudad está ausente; por el contrario, este edificio da la sensación de liberación. Eludiendo la geometría de carácter inhibidor y normativo, parece que el edificio haya huido a la naturaleza en busca de libertad. Una fuerza centrífuga parece gobernar el espacio, en el que se han dispuesto numerosas paredes de piedra natural, terrazas y plazas. Aquí, la naturaleza y la arquitectura retozan; el clima y la geometría se funden. 


Acerquémonos a este museo en barco desde el mar. Como si de la entrda de una casa se tratase, un embarcadoro nos acoge. A continuación, nos encontramos con un muro de hormigón y una amplia plaza escalonada de piedra natural. Se trata de un jardín situado en medio de la maternal naturaleza, un recurso que articula y llama la atención sobre la misma. Ando crea un paisaje a partir de la naturaleza con la menor manipulación posible. Esta ha sido la predisposición tradicional de la cultura japonesa. Por ejemplo, se han señalado ocasionalmente las correlaciones entre los espacios de Ando y el haiku japonés. El haiku es una forma poética muy breve con un carácter enormemente normativo: debe contener una "palabra estacional" y tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Mediante la geometría, Ando también articula el paisaje en frases y genera otra naturaleza dentro de la naturaleza.


Así, un hotel, un museo de arte y un restaurante están dispuestos de forma radial alrededro de un gran cilindro. La función y la geometría están claramente coordinadas. La disposición radial del espacio proyecta una imagen de fuerza centrífuga. No obstante, es imposible obtener una imagen global del edificio desde ningún ángulo porque el edificio está empotrado en el terreno.  Sólo podemos experimentar una porción del espacio a la vez. Nuestra mirada se mueve en todas direcciones en busca de una imagen global.


Por otro lado, el cilindro es un nudo que integra las líneas de circulación verticales. Sin embargo, debido a la topografía irregular, tan pronto nos hallamos bajo tierra en una sala como nos encontramos sobre la superficie del suelo en la siguiente.  A medida que nos movemos, el paisaje se funde con la geometría; la naturaleza y la geometría entran en juego. El paisaje atraviesa el perímetro del edificio e invade el interior, llenando las salas, cada una con un paisaje distinto. 


Tras la terminación del Museo de Arte Contemporáneo de Naoshima se acometió una segunda fase, que consistía principalmente en la construcción de un hotel en una colina situada detrás el museo. Un funicular lleva del museo a la cima de la colina. Tras dejar la etación  del teleférico, se pasa por un jardín con una cascada y se contempla un jardín de agua en el fondo de una abertura elíptica en la colina. Se trata de un "palacio independiente" en un mundo aparte lleno de calma. La luz y el aire, presentes de forma sumamente anstracta, llenan los espacios interiores de la arquitectura religiosa y residencial de Ando. En este proyecto, no obstante, el paisaje es muy específico. Haciéndonos "sentir" objetos y fenómenos específicos del paisaje como puestas de sol, estelas de barcos, olas encrespadas, siluetas de islas lejanas y cielos tormentosos. Ando crea un espacio que nos devuelve la materialidad y la sensibilidad."


 

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