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TRACHTENBERG, Marvin, HYMAN Isabelle., Arquitectura. De la Prehistoria a la Postmodernidad.Akal. Madrid, 1990


págs. 152-153. "Sin embargo una de las termas más grandes y mejor conservadas son las de Caracalla (216 d.C) y las de Diocleciano (construidas entre 298 y el 306 d.C) que siguen siendo dos de las mayores presencias arquitectónicas en Roma. 


La planta de la estructura de los baños de Caracalla, revela a primera vista que la diferencia entre el baño corriente y las thermae imperiales es mayor que la de la escala. Un esquema de amplia complejidad y rigurosa simetría bilateral sustituyó a las pocas simples cámaras de bóveda de cañón amontonadas informalmente en Pompeya, acurrucadas dentro de las hileras circundantes de tiendas y estructuras secundarias. El edificio de los baños de Caracalla estaba exento dentro de un recinto cuadrado que tenía unas 20 hectáreas cerradas por muros. El recinto contenía un espacioso depósito de agua en el sur, al que suministraba directamente un acueducto, situado detrás de las gradas de un estadio para contiendas atléticas; al este y oeste los muros se curvaban formando unas gigantescas exedras que contenían cámaras para amenidades culturales - actuaciones musicales, conferencias de filosofía, bibliotecas etc. El edificio de los baños en sí, situado en la mitad norte del recinto formaba un rectángulo que medía 214 x 110 metros. El axis norte-sur lo dividía con una perfecta simetría bilateral en dos mitades exactas, mientras que el segundo axis cruzado y  más largo establecía una segunda serie de simetrías menos rigurosas. Lo más notable de estas simetrías, es que ordenan el edificio de forma tan elaborada que era improbable que el bañista se diera cuenta de la simetría global con un solo vistazo. Aquí, más que en ningún otro lugar de la arquitectura romana,  se demuestra la pasión romana por ordenar rigurosamente el mundo, por superponer sobre el ambiente (ya fuera natural o hecho por el hombre) los estándares burocráticos del Imperio Romano.


Es fascinante observar cómo el arquitecto adaptó el arraigado programa de los baños -realizado de manera tan libre en Pompeya y Leptis Magna - a una escala tan colosal y a una imperturbable simetría.  En Pompeya señalábamos que el vesturario, el apodyterium, está situado funcionalmente hablando, entre el frio baño y las habitaciones calientes. También en los baños de Caracalla, el apodyterium (que con frecuencia se le ha confundido etiqutándolo como el frigidarium) estaba situado en el mismo centro del edificio. En el axis principal, al norte estaba la piscina fria, mientras que en el soleado extremo sur estaban el tepidarium y el caldarium. Los espacios cubiertos por los techos abovedados, eran de una escala visionaria. El vestuario techado con una bóveda de arista, medía 55 metreos de largo y 24 de ancho. La piscina al aire libre, era de un tamaño similar y el caldarium formaba una rotonda con una cúpula de 35 m de diámetro, no mucho menor que el Panteón.


Además de estas habitaciones principales, el gran bloque que no tenía menos de ocho entradas - proveía servicios auxiliares, siempre de una forma gemela y simétrica, palestras en los dos extremos del axis este-oeste, rodeadas de pórticos con terrazas; habitaciones calientes y de vapor suplementarias a lo lardo del flanco del edificio; varias zonas de servicio, letrinas y despachos que llenaban los intersticios. Sin embargo, con toda esta superabundancia de servicios, había una curiosa omisión. En los baños de Pompeya, como en los establecimientos más corrientes, había una serie de habitaciones secundarias para las mujeres. Uno pensaría que los arquitectos podrían haberlas incluido fácilmente en las thermae imperiales, ya que debido a su inmenso tamaño y simetría casi pedía que se las usase para esa división funcional. Pero en todos los grandes baños imperiales sólo hay una serie de habitaciones, no componiéndose de simetría bilateral de dos mitades independientes sino de un patrón jerárquico con una gran "espina" de espacios principales. ¿Cómo se acomodaba a los dos sexos?. En la historia primitiva de los baños, cuando no existían series de habitaciones separadas, las mujeres visitaban los baños por la mañana y los hombres por la tarde. Esto puede que fuera el caso durante ciertos periodos de las thermae, pero a medida que pasó el tiempo, la modestia tradicional de los romanos disminuyó y en los períodos posteriores los sexos compartían los baños simultáneamente (para aflicción de los cristianos primitivos)."


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STIERLING Henri., El imperio romano. Edit. Taschen. Colonia, 1997.


pág. 214-218. " Después de una afirmación militar considerable que mostraba la volutad de supervivencia de los romanos, el establecimiento del poder permitia reconciliarse con el espíritu de generosidad y esplendor que había sido la gloria de la dinastía de los Severos. Excepto los trabajos relativos a las fortificaciones del limes y de las ciudades, es en la construcción de las termas y de las basílicas donde se concentra el propósito de los últimos soveranos de la Roma antigua en Occidente. 


Para granjearse el apoyo de los ciudadanos, la autoridad toma en consideración los deseos de las masas: les proporciona lugares públicos cuya belleza no tiene nada que envidiar a las salas destinadas al ceremonial del palacio imperial.


Las termas son el resultado de una antigua tradición romana que se remonta a finales de la República y a los primeros tiempos del Imperio. Pompeya y Herculano presentaban ya algunos ejemplos interesantes de edificios de baños públicos. Sin embargo, a partir de Nerón y de Tito, las termas son cocebidas a una mayor escala y adquieren su aspecto más característico. Estas grandiosas construcciones destinadas a muchedumbres considerables adoptan una disposición simétrica, multiplicando las distintas instalaciones (palestra, jardín, vestuario, etc) y situándolas de una parte  y de otra del eje que regula las tres naves de los baños principales: caliente (caldarium), templado (tepidarium), frio (frigidarium), a los que pronto se añade una piscina descubierta. 


La fórmula de las termas romanas combina los espacios cerrados, destinados a los baños propiamente dichos, con" instalaciones deportivas" a la manera de los gimnasios griegos. Estas instalaciones se organizan al aire libre en unos patios en forma de cuadripórticos y en los jardines rodeados de muros que aislan el conjunto de la ciudad.En las termas de Trajano.... 


... En esta época, el proyecto de las termas romanas está perfectamente definido. Ya no tendrá variaciones significativas. Sin embargo, con las termas de Caracalla, construidas hacia el 216, asistimos a una importante ampliación de estas instalaciones termales: el recinto, con sus dos grandes exedras naturales, se inscribe dentro de un rectángulo de 410 m de ancho por 380 de profundidad, es decir, 15 hectáreas. Y las construcciones se extienden sobre 210 m de ancho, con un suntuoso caldarium circular de 55 m de diámetro. Esta rotonda con cúpula precede a un tepidarium que da a la inmensa neve del frigidarium, cubierta por tres bóvedas de crucero de 65 m de largo por 19 de ancho (cerca de 2.000 m2)


 


 

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