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Fotografía aérea de la Basílica

Iglesia de San Giorgio Maggiore en Venecia

  • 1566 - 1576
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  • PALLADIO, Andrea
  • SCAMOZZI, Vincenzo Intervención sobre un edificio existente   1610
    El edificio se acabó en 1576, pero no fue hasta 1611 cuando Scamozzi finalizó la fachada de la iglesia
  • BURATTI, Benedict Reconstrucción   1791
    En 1467 el campanario se desplomó y fue en 1791 cuando Bucatti lo reconstruyó
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  • Venecia
  • Italia
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La obra religiosa de Palladio ocupa la última etapa de su carrera profesional, destacando entre  las iglesias que construyó, las obras de San Giorgio Maggiore (1566) y el Redentore (1576) en Venecia. Dichas obras participan de un mismo espíritu constructivo, y por su ubicación e importante presencia urbana, intentan dar respuestas visuales a la ciudad de Venecia. Estas dos iglesias tienen la particulicularidad de que se realizan en un tiempo coincidentre con la finalización del Concilio de Trento, en el que se consideran y reexaminan las tradiciones de la iglesia como edificio, al mismo tiempo que lo hace como institución.


Aunque ambos edificios comparten programas coincidentes, tienen un tratamiento diferenciador en su composición de fachada y distribución del espacio interior, destacando el carácter desornamentado de dicho interior, sin las esculturas y pinturas propias de las iglesias barrocas romanas, lo que nos recuerda las iglesias protestantes de corte austero que se realizarán más tarde en Inglaterra. 


En el caso de San Giorgio es una iglesia que está situada en una isla, diseñada para ser vista de lejos, en medio del agua, como si estuviese flotando. Esta isla había sido donada a los benedictinos en el año 982 por la República de Venecia. En los siglos siguientes, el convento alcanzó una extraordinaria significación política y económica que posibilitó una renovada y ampliada construcción del convento y de la iglesia. Después de que Andrea Palladio construyera el refectorio entre 1560 y 1562, se le confió el proyecto de la nueva iglesia en 1565. Esta nueva construcción, que incidirá de forma importante sobre la otra iglesia del Redentore, es una iglesia de tres naves, una central y dos laterales, cuyo poder expresivo está centrado en la fachada. Una fachada de carácter clásico, estableciendo los cánones correspondientes, que intenta dar respuesta a la altura y anchura de la misma. Aspecto este que resultó complicado de solucionar durante el Renacimiento, encontrándonos muchos edificios cuya fachada no se logró terminar, como las de la Iglesia de San Lorenzo en Florencia, la Iglesia parroquial de Rocaverano de Bramante, Santa Giustina de Padua, Sagra di Carpi de Baldasare Peruzzi ... Para ello, se elige como motivo inspirador el templo clásico, situando dos templos superpuestos uno a lo ancho y otro a lo largo, que se funden en una misma fachada. El canon columnar de la fachada vertical, se ve alterado por la altura de la iglesia, colocando Palladio para salvar el problema unos potentes dados de arranque sobre los que se asientan las columnas.


Con respecto al espacio interior, mantiene Palladio la constante de la desornamentación, dando un tratamiento especial a la luz que a través de ventanas y lunetos, penetra y se expande sobre los muros y techos pintados de blanco. Con un sistema de sustentación murario, los distintos moldeados interiores de tipo clásico, se nos muestan como granes elementos ornamentales, expresados a través de frisos, entablamentos, capiteles, pilastras, nichos, columnas de gran dimensión... que con su color grisáceo contrasta con el fondo blanco de la iglesia. 


En el caso de San Giorgio, la distribución interior está definida de forma mucho menos clara que en la del Redentore, siendo el proyecto original una planta central, de ahí la expresividad del crucero, se fue transformado conforme a las nuevas disposiciones trentinas, en una planta de cruz latina, encajando sobre este potente cuerpo central tanto el coro como la zona congregacional.


San Giorgio Maggiore participa de forma sustancial en la definición del paisaje urbano de Venecia. La iglesia y el convento conforman un contrapeso visual con respecto al complejo de la plaza San Marco.

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