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Laboratorios Richards. Universidad de Pensilvania

Richards Medical Research Building
  • 1957 - 1965
  •  
  • KAHN, Louis Isadore
  •  
  • Filadelfia (Pensilvania)
  • Estados Unidos
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COLQUHOUN Alan.,"Pax americana: la arquitectura en Estados Unidos, 1945- 1965" en La arquitectura moderna una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005.


Pág. 231-245. "La doble fidelidad de Kahn al organicismo estructural y al clasicismo – a un todo que aún no ha aparecido y a un todo que se ha perdido-  trasciende este esquema generalizado. El proyecto no construido para un centro comunitario judío en Trenton (1954-59) exhibe estas dos tendencias; en él aparece una nueva relación arbitraria entre la forma y la función. Las formas arquitectónicas ya no corresponder a relaciones casuales inmutables, como se suponía que pasaba en el funcionalismo. Se establece una retícula binaria en la que la única jerarquía fija se da entre los espacios positivos (servidos) y los negativos (servidores). Aparte de esto, puede insertarse cualquier combinación de funciones.


En la adaptación de un programa arquitectónico a este sistema previo, surge una nueva tensión entre los órdenes platónico y circunstancial. En los laboratorios de investigación médica Richards de la University of Pennsylvania (1957-65), Kahn tuvo dificultades para conciliar un sistema con un programa extremadamente técnico."


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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 3ª edición en español. 1ª edición 1986 


pág. 519. En los laboratoris Richards de investigación médica de la Universidad de Pensilvania (1957-65), Kahn buscó con más ahínco esas cualidades. Los laboratorios requrían unas amplias chimeneas de extraccción y unos interiores flexibles, y el arquitecto decidió expresar la distinción entre lo fijo y lo variable, lo servidor y lo servido, monumentalizando las torres de instalaciones y escaleras y tratando los laboratorios como elmentos celulares adosados. El emplazamiento estaba a un lado del paseo principal que cruzaba el campus, no muy lejos de una serie de edificios de estilo neo-Tudor con sus ricas siluetas de torres y sus ventanas con persianas y paneles y puede que kahn estuviese resondiendo a ese entorno al dar esos pasos. La planta era en sí misma una sutil combinación de líneas y particulas, lo que también creaba remansos extrenos de espacio entre el edificio y sus alrededores, de modo que existía un cambio gradual de escala que iba desde el contexto hasta los detalles individuales. La geometría de la planta y el uso de torres que contenían las instalaciones y las escaleras, como recursos monumentales de escala intermedia entre las partes pequeñas y las grandes del proyecto, indican que Kahn podía haberse visto influido por el edificio Larkin de Wright.


Pero cualquier influencia quepudiese existir se hallabaa ya por entonces absorvida dentro de la lógica interna de un estilo personal y de la lógica formal y funcional de un proyecto concreto. El sistema estructural de los espacios de los laboratorios era de hormigón prefabricao, y kahn intentó buscar cómo estaba montado el edificio acentuando las juntas y las conexiones. Esto era un mero exhibicionismo estructural, puesto que el propósito era dar a la organización social del trabajo en los laboratorios una escala y un carácter adecuados. El planteamiento era el ppuesto al de revestir todo con una sola envoltura; de hecho el rechazo de la "caja neutra" era un genómeno generalizado en este período, Kahn estaba proporcionando en este caso una gran variedad de recursos formales para la articulación de complejos programas sociales, lo mismo que había hecho Le Corbusier en la Unité y en la Tourette. Es más, los laboratorios Richards usaban el ladrillo y el hormigón de un modo directo y sin concesiones que resultabana atractivo para las sensibilidades de una nueva generación.


Pero por muy poderosas que fuesen sus formas y sus ideas, el edificio de Kahn no era totalmente práctico como laboratorio. Las principales dificultades surgían por la falta de protección solar de las fachadas (pese a todo el esfuerzo del proceso de proyecto) por cierta falta de flexibilidad funcional. Pero una obra que no funcione como es debido puede ser una arquitectura de gran calidad. Sobre la base de una clara idea organizativa y un sistema lógico de instalaciones y estructura, Kahn había sido capaz de crear un edificio que combinaba una audaz "objetividad" con las cualidades antiguas que él había admirado en las ruinas romanas y en las torres y en los paisajes urbanos de la Italia medieval. Cuando se completó la primera fase, a principios de los años 1960, el edificio de Kahn parecía ser un firme recordatorio de unos valores arquitectónicos eternos en una era plagada, por el contrario, de los excesos de una insensata gimnasia formal o de un árido funcionalismo.


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 FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.241-249.“El eclipse del New Deal: Buckminster Fuller, Philip Johnson y Louis I. Kahn 1934-1964” 


 El desarrollo integrado de estos principios, desde la Yale Art Gallery hasta los Laboratorios Richards construidos para la Universidad de Pennsylvania entre 1957 y 1964, condujeron a la primera fase de la pospuesta madurez de Kahn. En ambas obras, éste utilizó un método y una modalidad de expresión allí donde los detalles empíricos del programa tienen poco o ningún impacto en la forma general. Era, de hecho, un caso de función discreta que había de acomodarse -como en el pasado- a la forma, pero sólo en cuanto la propia forma hubiera sido inventada a partir de una profunda comprensión de la tarea general, en primer lugar. En el caso de los Laboratorios Richards, el aspecto problemático del método de Kahn radicaba exactamente en esta cuestión, en sí la forma general estaba tipológicamente justificada o no. Las subsiguientes dificultades surgidas al utilizar el edificio sugerirían que no. Parece como si nos enfrentáramos aquí con el tradicional impulso norteamericano de idealizar el lugar de trabajo -monumentalizar el espacio del proceso-, una intención que es tan evidente en los Laboratorios Richards como en la Klein Tower, de Johnson. El precedente de todo esto parece ser, y ello no tiene nada de sorprendente, Wright, primero en su Edificio Larkin de Buffalo (1904) y después en su complejo para la Johnson Wax, construido en Racine, Wisconsin, en 1936-1939. Es una ironía apropiada, para decir lo mínimo, el hecho de que tanto Kahn como Johnson llegaran a hacer objeto de debate, en Perspecta 2 (1953), la validez de la ulterior adición de Wrigth a su complejo Racine, es decir, la torre de laboratorios construida allí en 1946. Con acusada indiferencia respecto a la categoría de la torre, tal como cabría determinar ésta por el programa en relación con la sociedad, Kahn observó:


 Tiene que ver con la plena complejidad de hacer labor de arquitectura en el sentido psicológico. Funciona porque está motivada para ello. Satisface los deseos y las necesidades. Y por tanto la torre debería trabajar, como satisfacción psicológica.


A lo largo de líneas más estéticas y con mayor aparato, Johnson declaró su indiferencia respecto a la cuestión de la función:


Era el tremendo problema del hombre que quiere un edificio hermoso, pero que lo único que tiene para construir es un laboratorio. Wright lo  sitúa en una torre. No funciona, no tiene que funcionar. Wright había concebido esa forma mucho antes de saber lo que iba a alojarse en ella. Yo sostengo que es ahí donde empieza la arquitectura, con el concepto.


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FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid.1992.


Págs. 535.”Un código virtual”


 Los laboratorios requerían unas amplias chimeneas de extracción y unos interiores flexibles, y el arquitecto decidió expresar la distinción entre lo fijo y lo variable, lo servidor y lo servido, monumentalizando las torres de instalaciones y escaleras y tratando los laboratorios como elementos celulares adosados.El emplazamiento estaba a un lado del paseo principal que cruzaba el campus, no muy lejos de una serie de edificios de estilo neo-Tudor con ricas siluetas de torres y sus ventanas con persianas y paneles, y puede que Kahn estuviese respondiendo a ese entrono al dar esos pasos. La planta era en sí misma una sutil combinación de líneas y partículas, lo que también creaba remansos extremos de espacio entre el edificio y sus alrededores, de modo que existía un cambio gradual de escala que iba desde el contexto hasta los detalles individuales. La geometría y el uso de torres que contenían las instalaciones y las escaleras,como recursos monumentales de escala intermedia entre las partes pequeñas y grandes del proyecto, indican queKahn podía haberse visto influido por el edificio Larkin de Wright. Pero cualquier influencia que pudiese existir se hallaba ya por entonces absorvidodentro de la lógica interna de un estilo personal y de la lógica formal y funcional de un proyecto concreto.El sistema estructural de los espacios de los laboratorios era dehormigón prefabricado, y Kahn intentó mostrar cómo estaba montado el edificio acentuando las juntas y las conexiones. Esto no era un mero exhibicionismo estructural, puesto que elpropósito era dar a la organización social del trabajo en los laboratorios una escala y un carácter adecuados.El planteamiento era el opuesto al de revestir todo con una sola envoltura; de hecho, el rechazo de la “caja neutra” era un fenómeno generalizado en este período.Kahn estaba proporcionando en este caso una gran variedad de recursos formales para la articulación de complejos programas sociales, lo mismo que había hecho Le Corbusier en la Unité y en La Touretta. Es más,los laboratorios Richards usaban el ladrillo y el hormigón de un modo directo y sin concesiones que resultaba atractivo para las sensibilidades de una nueva generación.Pero por muy poderosas que fuesen sus formas y sus ideas, el edificio de Kahn no era totalmente práctico como laboratorio. Las principales dificultades surgían por la falta de protección solar en las fachadas y (pese a todo el esfuerzo del proceso de proyecto) por cierta falta de flexibilidad funcional.Pero una obra que no funcione como es debido puede ser una arquitectura de gran calidad.Sobre la base de una clara idea organizativa y un sistema lógico de instalaciones y estructura, Kahn ha sido capaz de crear un edificio que combinaba una audaz “objetividad” con las cualidades antiguas que él había admirado en las ruinas romanas y en las torres y los paisajes urbanos de la Italia medieval. Cuando se completó la primera fase, a principios de los años 1960, el edificio de Kahn parecía ser un firme recordatorio de unos valores arquitectónicos eternos en una era plagada, por el contrario, de los excesos de una insensata gimnasia formal o de un árido funcionalismo.


 


FUSCO Renato de ., “Las obras del código virtual. La Unité d´habition. El plan de Tokio, los laboratorios Richards de la Universidad de Pennsylvania, La Facultad de Historia de Cambridge“ en Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992. Págs.519-549 .


Págs. 535-540. Los laboratorios Richards de la Universidad de Pennsylvania


El código-estilo que hemos denominado como virtual no se manifiesta solamente en obras y proyectos de dimensiones insólitas, como la Unite d’habitation o el plan de Tokio. Este rechazo del presente (del International Style y de sus subproductos) y la tentativa de asociar pasado y futuro, historia y utopía, pueden encontrarse también en edificios de dimensiones normales. Nos referirnos a los Richards Laboratories, de investigaciones médicas, construidos por Louis Kahnen Philadelphia entre 1957 y 1951; un edificio de sólo siete pisos que recuerda las torres de San Gimignano y prefigura con su conformación, inspirada en la idea de la diferenciación de espacios «servidos» y espacios «sirvientes»(served-servant), una arquitectura completamente orientada al futuro, como demuestra el carácter de paradigma que inmediatamente ha adquirido esta obra. Consta de cuatro bloques (a los que se han añadido tres más del Biology Building), que responden a la idea mencionada y a la intención de diferenciar al máximo cada elemento de la construcción, produciendo así un agregado de distintos “signos”espaciales y volumétricos.


 Refiriéndonos a los cuatro bloques de los laboratorios de investigaciones médicas, a los que limitaremos nuestra lectura, el que ocupa el lugar central es un núcleo que contiene escaleras, ascensores, servicios y dos locales para los criaderos de cobayas; a este núcleo se adosan tres laboratorios de forma cuadrada con 14,32 metros de lado. Cada laboratorio no se inserta directamente al núcleo central sino a través de un corredor que sirve para diferenciar los cuatro volúmenes, que resultan así autónomos, teniendo cada uno una escalera propia de servicio (exhaustsub tower)…Estas escaleras están contenidas en torres ciegas de hormigón revestidas de una capa de ladrillos; en torres análogas (exhaust sub tower) se disponen las instalaciones para la evacuación del aire con residuos de isótopos o infectado de gérmenes y de los gases nocivos; torres del mismo tipo contienen los sistemas para la entrada de aire puro, existiendo cuatro de éstas situadas al exterior del núcleo central del edificio. Más allá de su función, estas torres desempeñan uno de los principales papeles en la conformación del edificio. Cada una de ellas, que superan en más de ocho metros el nivel del forjado de cubierta, está unida al centro de cada uno de los lados libres de los laboratorios, quedando totalmente fuera del plano de la fachada. En la fase de proyecto las torres debían servir también como elementos portantes de los forjados, pero, posteriormente quizá para acentuar la diferenciación de los elementos o para hacer más autónoma cada parte del edificio, en este caso cada uno de los bloques laboratorios, respecto a las torres adosadas, Kahn dispone soportes de hormigón en doble T en los dos tercios medios de cada lado. De este modo, ninguna estructura vertical entorpece el espacio interior de los laboratorios, y los forjados sobresalen en voladizo una tercera parte por cada lado, de forma que las esquinas quedan también libres de soportes verticales. La estructura de los forjados está constituida por seis vigas prefabricadas que apoyan en los soportes, por cuatro vigas de atado perimetrales y por dieciséis viguetas que se cruzan dos a dos en los ocho recuadros que forman la trama principal. Esta estructura, constituida por elementos reticulares y hueca para alojar mejor las instalaciones horizontales, como observa Scully, «ejerció una benéfica influencia sobre la investigación técnica relativa a todo el campo de la industria de la prefabricación en hormigón, y constituyó un precedente ejemplar para todas las fases que se realizan entre la fabricación y el montaje en la obra». Es también de especial interés figurativo el hecho de que, en la esquina, y en la parte que corresponde al recuadro exterior la viga de atado del forjado reduce su canto a la mitad como permite el diagrama de solicitaciones; y este juego de recuadros y de decrecimiento puede contemplarse perfectamente desde abajo, puesto que el intradós de todos los forjados queda totalmente visto.


 En la volumetría general de la obra se pasa, por tanto, de la opacidad máxima del núcleo central y de las torres adosadas, también ciegas, al máximo vacío en las esquinas de los bloques-laboratorios, que además de mostrar su transparencia vítrea en el plano de la fachada ponen de manifiesto el sistema constructivo, el diseño de las viguetas y de los huecos. Toda la gama de la morfología arquitectónica, desde el volumen a la superficie, opaca o transparente desde la lámina bidimensional del remate que corona las torres de escaleras a la dimensión lineal de las viguetas, está presente en este edificio de concepción aparentemente tan sencilla, pero tan rico en soluciones originales y de tan cuidada elaboración.


Los laboratorios Richards son la obra de Kahn más impregnada de espíritu clásico, y al mismo tiempo más alejada de alusiones historicistas, de ahí que resulta a un tiempo construcción antigua y modernista. Sin embargo, la principal intención y el significado fundamental del edificio, es decir, la máxima autonomía funcional y figurativa de cada una de sus partesla búsqueda de una caracterización espacial para cada uno de sus ambientes y para cada una de sus configuraciones volumétricas, parece no haber resistido a la prueba de su uso. La actividad cotidiana ha fundido y confundido la mayoría de las partes que aspiraban como se ha dicho, a una integración, pero basada en la evidencia y en la autosuficiencia de cada signo-ambiente y cada subsigno-elemento. «Hoy sólo da testimonio de esta posibilidad -escribe Scully- el atrio de entrada, donde las esquinas vacías de la estructura, entre el plano del pavimento y las vigas que avanzan en voladizo, se abren hacia los cuatro ángulos como las fauces de un tiburón, donde la escalinata gravita y se expande bajo este hiato espacial, y donde el amplio pórtico de piso realzado se dilata y se convierte en uno de los escasos espacios trágicos y grandiosos construidos en el mundo moderno.(Y esta valoración no nos parece inapropiada, puesto que la determinación con que el hombre continúa su búsqueda hacia las formas más elevadas de la existencia, la lucha que mantiene para permanecer vivo en el engranaje de los hechos, puede con justicia considerarse como trágica, en el significado clásico de esta palabra: que si el hombre no tuviese presente este valor religioso, su mortífero instinto de conservación sería sólo un hecho embarazoso»). Y este carácter no es ajeno al tono entre didáctico y mesiánico que manifiestan los diversos aforismos de Kahn.


Pero incluso quienes no advierten estos valores en la arquitectura del maestro americano reconocen que los laboratorios Richards constituyen su obra maestra. Una idea originaria clara, casi rudimentaria (el Medical Research Building de la Universidad de Pennsylvania está concebido partiendo del postulado de que los laboratorios científicos son estudios, y de que el aire que se respira debe ser distinto del aire que se expulsa del ambiente»), que definiremos como funcionalista, da lugar a la creación de un tipo original de edificio, de una agregación sígnica syrmmetrica. Aparte de estos valores intrínsecos, los laboratorios Richards marcan el periodo en que el maestro ruso-americano adquiere su reconocimiento como tal, pero en que todavía no es objeto del interés tendencioso e intelectualista que quizá ha acabado por perjudicar su actitud más auténtica. El caso de Kahn sigue estando todavía abierto, a nuestro juicio, y la exégesis de su obra aguarda aún a liberarse de las diversas interpretaciones literarias e historicistas. Tras este análisis es fácil prever, en cualquier caso, que los laboratorios de investigación médica de Philadelphia irán adquiriendo con el tiempo un valor cada vez más grande.


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KOSTOF, S., Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza. Madrid, 1985.


pág. 1295... El conflicto y la solemnidad del diseño se ponen de manifiesto en los grandes edificios de los años setenta de Kahn en Estados Unidos - intalaciones de investigación, museos, bibliotecas - y en los que realizó en la India y Pakistán. Con su desprecio total hacia la realidad superficial, su obra temprana, compacta y desgarbada, conserva uncuidado casi artesanal por la construcción. Sus materiales preferidos son el ladrillo y el hormigón. La composición de los edificios se caracteriza por la discreción de las partes, combinadas de manera franca.  Este crecimiento agregativo tiene presentes dos intenciones. Intenta acaba con una unidad institucional entre unidades a escala humana; y permite la separación de las alas principales de uso de los sistemas mecánicos o de soporte, como las escaleras, ascensores, almacenes, aseos etc. son los espacios "servidos" y "sirvientes" de Kahn. En los laboratoris de investigación médica Richards en la Universidad de Pensilvania, por ejemplo, unas torres de servicio ciegas se disponen rígidamente alrededor de las torres principales de laboratorios y oficinas, mientras que las zonas horizontales de los espacios "siervientes" existentes debajo de cada piso concienen cables, cañerías y condusctos.


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ROSA Joseph., Louis I. KAHN 1901-1974. Espacio iluminado. Edit. Taschen. Colonia, 2006.


pág. 37. "En el diseño del edificio de los Laboratorios de Investigación Médica Alfred Newton Richards, Kahn empleó una serie de pabellones cuadrados en planta - como los que había visto anteriormente en el diseño del Centro de la Comunidad judía en Trenton (New Jersey). SIn ambargo, aquí los pabellones cuadrados son edificios de multiples plantas con esquinas en voladizo y flanqueados en el centro por torres de ladrillo monumentales que albergan los sistemas mecánicos y las escaleras. El exterior de las esquinas en voladizo de estas placas de forjado cuadradas - que contienen los laboratorios y las instalaciones de investigación- se articula con cristales modulados y rellenos de ladrillo. Estas estructuras de hormigón en voladizo están sostenidas por columnas de hormigón que pasan bastante desapercibidas al lado d elas prominentes torres de ladrillo monolíticas. El objetovo de este diseño era que el interior del edificio se viera llibre de interrumpiones físicas, permitiendo así que los laboratorios pudieran reconfigurarse de acuerdo con los futuros cambios tecnológicos. Esto se consiguió gracias al empleo de un forjado hueco de gran canto a través del cual se alimentaban todos los sistemas mecánicos y de investigación sin interrumpir la configuración de los laboratorios."


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TRACHTENBERG Marvin, HYMAN Isabelle.,Arquitectura. De la Prehistoria a la Postmodernidad.Akal. Madrid, 1990. 


Págs. 691-696. “ Segundo Modernismo. Postmodernidad”


. La visión de Louis Kahn de un pueblo de las colinas italianas en el Richards Medical Perearch Building (1957-61) de la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia - el edificio que le dio una reputación mundial - no podía ser más diferente de la de Säynätsalo. MIentras que la de Aalto era una idílica escena callejera del pueblo, Kahn creó con fustes de ladrillo, que forman las chimeneas de escape para los laboratirios e muros de vidrio, la imagen de una ciudad medieval erizándose con torres defensivas amenazadoras. Hemo recalcado cómo la obra de Aalto difiere de los edificios modernisas - como el Braille difiera de la obra impresa - en su preocupación por la utilización humana y la sensibiliad de los sentidos...


... Una de las principales ideas de Kahn era la distinción entre espacios "servidos" y "sirvientes"; en los Laboratorios Richards, por ejemplo, las salas detrabajo del muro de cristal son "servidas" por chimeneas de ladrillo separadas y exentas. No están combinadas como ocurre generalmente con el Modernismo, en un paquete, ni se dejan, como en el Brutalismo, como conductos expuestos. Para realizar su integridad orgánica potencial, cada capricho "servido" tiene su marco estructural independiente con una serie completa de soportes, igual que las criaturas vivientes tienen una serie completa de piernas.


Y puesto que para Kahn la luz es la que hace que la arquitectura tenga vida, cada espacio "servido" también tiene su propia fuente de iluminación natural (la luz artificial tiene una cualidad "muerta" constante en contraste con la luz del día siempre cambiante). Los huecos de los muros no están pensados para tener vistas ni para que exista una continuidad con la naturaleza, sino para admitir la luz al espacio interior; los muros al desviarla protegen el espacio de una iluminación demasiado numerosa e intensa. El sistema de pabellones resultante de discretas unidades arquitectónicas servidas/sirvientes que encierran pantallas de luz tiende a fundirse en unas reuniones arquitectónicas mutiestratificadas. Este potencial fue realizado en los pocos años entre los Laboratorios Richards, donde los estratos empiezan a unirse, y su National Assembley Building en Dacca, Bangradesh.


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