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The Phillips Exeter Academy library in New Hampshire is part of a set of buildings that said institution develops, in a traditional context that marked from the beginning the materiality and design conditions that the project has. The work stands as a sober, monolithic and free-standing volume within the campus that allows a quick and clear reading of both its composition and its function. Taking into account these criteria, it can be stated that the complex has a stereotomic character in which light chisels and subtracts volumetric units that generate the different functions of the program.


As far as construction technique is concerned, it is worth highlighting the dual nature of the building itself, in which we can distinguish an external face or sheet represented by the heavy brickwork and an internal articulated body composed of the concrete structure and the successive slabs that develop the program. It is, therefore, about generating an introverted building that allows it to carry out its functions correctly without harming its needs. The monumentality and timelessness sought by Kahn throughout his career can be sensed in this project, where the floor plan is developed from a tetrastyle room scheme centered on a large atrium nine stories high. The entrances to the building, which are located in each corner of the volume, avoiding complicated encounters, direct the user to a temporary ground floor, with the first floor being where the reception and organizational center of the library can really be seen. Likewise, the direct encounter with the large impluvium of light reveals the distribution and hierarchy of functions, where the shelves are developed around it and free up the exterior perimeter space to accommodate the work and study areas.


The spatial transition travels hand in hand with a transition of scale that is perceived from the main atrium to the individual and intimate nature of the desks illuminated through the exterior factory façade. Finally, the cold character of the structural and enclosure elements is calmed by the wood finish of the furniture and floors that reflect certain reminiscences of traditional library architecture.


Fergus Paul SCOTT


 


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CAMPBELL James W.P., La biblioteca. Un patrimonio mundial. Edit. Nerea. San Sebastián, 2013.


pág.276-279. "En 1965, la Academia Phillis Exeter, un centro de enseñanza privado de Nueva Inglaterra, entrevistó a una serie de arquitectos de primera fila con la propuesta de construcción de una nueva biblioteca. De este la lista que incluía los nombres de I.M. Pei, Paul Rudolph, Philip Johnson y Edward Burnes, el comité de selección escogió a Louis Kahn (1901-1974). A pesar de que este último declaró que "uno proyecta una biblioteca como si nunca antes hibiera existido otra" (una estrategia que podría conducir a reinventar la rueda), todo indica que Kahn dedicó mucho tiempo a estudiar los precedentes. Conocía la descripción de los pupitres monásticos de la catedral de Durham realizada por William Clark en su obra The Care of Books (1901). También reflexionó acerca de la luz natural, con respecto a la cual afirmó lo siguiente: "Un hombre que tiene un libro en la mano se acerca a la luz. Se este modo empieza una biblioteca. Este hombre no se alejará 15 metros en busca de una luz eléctrica." Refiriéndose al proyecto de la Biblioteca Nacional firmado por Boullé, comentó que denotaba "la percepción de lo que ha de ser una biblioteca: entras en una estancia y allí están todos los libros".


El proyecto que realizó Kahn para la Academia Phillips Exeter fue contextual por su elección de los materiales constructivos. Los demás edificios eran de ladrillo, y el estilo neogregoriano, por lo que Kahn escogío también el ladrillo para su biblioteca. Tanto la planta como el alzado son esencialmente cuadrados. El resultado es un edificio que domina su emplazamiento como el torreón de un castillo. Exteriormente el ladrillo, parece tener capacidad portante. Como sucede con los edificios georgianos, también esta presenta arcos adintelados planos para encima de las ventanas, y los vanos guardan aproximadamente las mismas proporciones que en las ventanas georgianas, aunque en este caso no hay elementos de piedra labrada ni decoraciones externas.


El visitante penetra en la biblioteca a través de un claustro situado en la planta baja que bordea la porción inerior del edificio. De hecho se trata de un claustro invertido, en el sentido de que el jardín queda por fuera., y no ceñido por él. Unas escaleras de mármol conducen desde dicho vestíbulo al salón principal, en la primera planta, que constituye el verdadero elemento focalizador del edificio. Desde aquí el lector atisba los estantes sobre él y percibe la envergadura completa de la biblioteca. Las proporciones de este espacio central evocan la Biblioteca Peabody de Baltimore. Sin embargo en este caso no está pensado como espacio principal de lectura, sino que forma un nñucleo central a modo de patio interior. A su alrededor se vertebra el depósito. Los espacios de lectura son pupitres individuales situados junto a las ventanas en salones de doble altura dispuestos en niveles alternos. En otras palabras, Kahn recoge el diseño defendido en la bibliografía de la época y lo ampia. Las estanterías del depósito ya no se encuentran en el centro, sino alrededor de él y a su vez circundadas por los espacios de lectura. Las esquinas del edificio las ocupan escaleras y zonas de servicio. Este tipo de ordenación dista mucho de ser eficiente. Dibujado en planta, el centro de cada nivel aparece como un espacio inútil. Ensu obra Planning Academic and Research Library Buildings, Mercalf se refirió a este tipo de áreas como "espacios arquitectónicos no asignables". Aún reconociendo que eran esenciales, manifestó que había que mantenerlos en su mínima expresión. Tanto él, como los demás autores de trabajos de diseño bibliotecario estaban obsesionados por la planta de los edificios. Pero la idea de que la planta es en cierto modo el elemento generador de la arquitectura (una expresión acuñada por el arquitecto Le Corbusier) induce - y siempre indujo - al error. Los dibujos de planta y otros esquemas simplificados, representan sin duda un papel importante en diversas fases del proceso de diseño, pero otorgarles un valor prioritario puede inhibir soluciones creativas y más eficientes., además de minimizar la imporancia de otros factores clave en un proyecto, como por ejemplo los materiales, el sistema de calefacción, el alumbrado y la experiencia visual. El éxito definitivo de un edificio no se mide por la superficie construida, sino por cómo funciona dicho edificio en las tres dimensiones y por el número de personas que disfrutan usándolo. Y es más fácil valorar estos aspectos en una maqueta que en un plano. Kahn comprendió esto y trabajó ampliamente con modelos físicos, estudiando y diseñando todos los factores relativos a la organización de las estanterías y pupitres. El resultado es un edificio de extraordinaria fuerza, muy aprecidado por las sucesivas generaciones de alumnos que han estudiado en su interior y también muy visitado por admiradores de todo el mundo.


La Biblioteca de la Academia Phillips Exeter terminó incumpliendo la mayoría de las normas prescritas en las monografías espacializadas de la época. Lo más relevante del caso, es que su construcción exenta prácticamente emposibilitó cualquier ampliación a largo plazo. De todos modos, hay que decir en su defensa que la necesidad de tal ampliación resulta improbable, puesto que se construyó con una capacidad claramente superior a sus necesidades y, de hecho, es una de las bibliotecas académicas más grandes del mundo.En muchos de estos centros (incluidos los del préstamo del carácter local, los escolares y los académicos, solamente son capaces de asumir un gran número de volúmenes, desaciéndose probablemente de otros que se han quedado obsoletos, aunque por lo general esa decisión va precedida de un debate considerable. las bibliotecas que tienen una función de depósito legal se hallan en una posición más difícil, por cuanto la sociedad espera de ellas que conserven un ejemplar de todo lo que se publica.


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ROSA Joseph., Louis I. Kahn 1901-1974. Espacio iluminado. Edit. Taschen. Colonia, 2006.


p.75 La biblioteca de la Philips exeter Academy es uno de los edificios más importantes y visualmente austeros de Kahn para una universidad norteamericana. Aunque las fachadas tienen un carácter casi elemental, los volúmenes interiore, el macizo y las geometrías globales revelan la influencia del diseño de Kahn para el edificio de la


Los logrados resultados de Kahn en los proyectos de nuevos edificio situados en campus ya existentes como los de la Universidad de Yale, la Universidad de Pensilvania y el Bryn Mawr College, así como sus propuestas no construidas para la Rice University y ls escuelas de bellas artes de maryland t Filadelfia, lo convirtieron en uno d elos arquitectós más destacados y solicitados para este tipo de encargos. Al igual que en muchos encargos universitarios anteriores a Kahn, el entonces nuevo rector de la ^hillips Exceter Academy, Richard W. Day, quería un edificio moderno que contrarrestara el carácter histórico de los demás edificios del campus, logrando así una contribución significativa al paisaje arquitectónico del campus. Se ahí que Day ya hubiera rechazado una propuesta neogótica anterior. Se confeccionó una breve llista de posibles candidatos, que incluía a Kahn, Edward Larrabee Barnes, Paul Rudolph y Philip Johnson. Después de que el comité de construcción del edificio visitara los estudios de estos arquitectos e inspeccionara algunas de sus obras construidas, se ofreció en encargo a Kahn. El coste previsto para la construcción del diseño de Kahn excedía al presupuesto inicial de 2.5 millones de dólares, por lo que era necesario alterar sustancialmente el diseño; deberíaeliminarse toda la planta superior. Tras numerosas teuniones con el comité y cartas en que el arquitecto persuadía a sus miembros de que un cambio de esta magnitud alteraría notablemente la escala global del diseño, el comité aceptó recaudar más fondos, y en la última ronda de modificaciones de los dibujos de trabajo, se reinstauró la planta superior. 


El diseño resultante, de elegantes y precisas proporciones y de carácter intemporal, es uno de los eidificios más bellos del campus de la academia. Las paredes exteiores de ladrillo a modo de mampara - que demarcan visualmente esta construcción aparentemente simple - constan de pilares de ladrillo que recorren todas las planta. En la segunda, tercera y cuarta planta hay cubículos de lectura privados (dispuestos alrededor del perímetro del edificio), que están situados en los espacios existentes entre los pilares de ladrillo y que se articulan en la fachada como una lñínea de referencia horizontal intermedia de paneles de madera, con una pequeña ventana en cada cubículo.


La biblioteca de Phillips Exeter Academy posee uno de los despacios interiores má extraordinarios de todos los creados por Kahn en Estados Unidos: Un gran vacçio volumétrico. Aunque en la planta y los planos de sección este espacio vacío ofrezca un espacio cavernoso, en realidad la complejidad de este espacio interior, que abarca desde las aberturas circulares de las cuatro superficies de la pared hasta el techo, que termina con grandes vigas transversales de hormigón dispuestas en diagonal, recuerda diseños anteriores de bibliotecas con amplios espacios centrales, como el proyecto de Ëtienne-Louis NOullé para una biblioteca real (1785) o la Biblioteca Públia de Erik Gunnas Asplund en Estocolmo (1927).


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La biblioteca de la Phillips Exeter Academy en New Hampshire, forma parte de un conjunto de edificios que dicha institución desarrolla, en un contexto tradicional que marcó desde un principio los condicionantes de materialidad y diseño que posee el proyecto. La obra se erige como un volumen sobrio, monolítico y exento dentro del campus que permite una lectura rápida y clara tanto de su composición como de su función. Atendiendo a estos criterios, puede afirmarse que el complejo posee un carácter estereotómico en el que la luz cincela y sustrae unidades volumétricas que generan las distintas funciones del programa. En cuanto a técnica constructiva se refiere, cabe destacar la naturaleza dual del propio edificio, en el que puede distinguirse una cara o lámina exterior representada por la pesada fábrica de ladrillo y un cuerpo articulado interior compuesto por la estructura de hormigón y los sucesivos forjados que desarrollan el programa. Se trata, pues, de generar un edificio introvertido que permita desarrollar sus funciones correctamente sin perjudicar las necesidades del mismo. La monumentalidad y la atemporalidad buscada por Kahn a lo largo de su carrera se intuye en este proyecto, donde la planta se desarrolla a partir de un esquema de sala tetrástila centrada en un gran atrio de nueve plantas de altura. Los accesos al edificio, que se encuentran en cada esquina del volumen evitando encuentros complicados, dirigen al usuario a una planta baja transitoria siendo en planta primera donde realmente se atisba la recepción y centro organizativo de la biblioteca. Así mismo el encuentro directo con el gran impluvium de luz desvela la distribución y jerarquía de funciones, donde las estanterías se desarrollan en torno a éste y liberan el espacio perimetral exterior para asentar las zonas de trabajo y estudio. La transición espacial viaja de la mano de una transición de escala que se percibe desde el atrio principal hasta la naturaleza individual e íntima de los escritorios iluminados a través de la fachada de fábrica exterior. Por último, el carácter frío de los elementos estructurales y de cerramiento queda apaciguado mediante el acabado lignario del mobiliario y de suelos que recogen ciertas reminiscencias de la arquitectura tradicional de bibliotecas.


Fergus Paul SCOTT


 

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