Iñaki Aspizu Iza nace en Bergara en 1955, obtiene el título de arquitecto por ETSA de Madrid en 1980, y muere a la edad de 59 años en 2014 en un momento de su trayectoria donde más desarrollo estaba adquiriendo su empleo de la madera, material que puede considerarse punto de unión en toda su obra, material del que parte y recupera con mayor firmeza por su sensibilidad medioambiental.
Se inició en la profesión, en el periodo de 1983-1986, con proyectos de restauración y rehabilitación de arquitectura vernácula en madera de dos hórreos en el País Vasco (Hórreo de Agarre y Hórreo de Ertzla), siendo el tema de la rehabilitación, algo que le irá dando proyectos de forma continuada a lo largo de toda su carrera (Real Seminario para la UNED, 2010).
La siguiente etapa, comprendida entre 1985 y 1994, está más caracterizada por la realización de edificio públicos y dotacionales, donde caben destacar el Centro de Educación Especial Blas López (1985), la Facultad de Filología, Geografía e Historia de la UPV (1987), o el Centro de Salud de Elciego (1995), caracterizados por el empleo del ladrillo rojo caravista y una línea más clásica; y por una serie de edificios de carácter más industrial, donde empieza a introducir el metal tanto en estructura como en fachadas (Polideportivo Lucas Rey 1988, la Nave industrial ITESA 1991 o las Oficinas Biltoki en Bergara 1991), que sirven a modo de transición y justifican la llegada a una arquitectura moderna como la que encontramos en el Palacio de Justicia de Vitoria (1994) que marca la línea de investigación e innovación que seguirá el arquitecto a continuación.
A partir de ahora, reduce la escala de sus obras y todo empezará a adquirir una mayor connotación y preocupación medioambiental, ya sea por el empleo de la madera, como por la relación de la obra con el entorno y paisaje, como por el empleo de ambos recursos a la vez. En este periodo empezamos por: intervenciones urbanas como la Plaza Minube de Bergara (2001), una serie de viviendas unifamiliares en Bergara, Vitoria y Estibaliz; para adentrarnos en las obras que más caracterizan éste periodo: el edificio para las Bodegas Baigorri (2007) que se funde en el entorno y proyecto merecedor del Premio Nacional de Arquitectura del COAVN; las muy interesantes intervenciones paisajísticas de Elciego (2009, 2010); y su inicio en la investigación de la madera contralaminada, modular y eficiente que tienen su culmen en el Proyecto Vita (2011). Un proyecto con estándares pasivos, capacidad de autogestión energética inteligente mediante la utilización de últimas tecnologías relacionadas con los materiales, la domótica, las energías renovables y la modelización de los procesos de construcción.
Carlos JIMÉNEZ ARÉVALO