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MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX . Gustavo Gili. Barcelona, 2002.


págs.25-58 “Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna”


 "En segundo lugar, podemos situar los llamados no lugares, el fenomeno que Marc Augéha calificado como de espacios de la sobremodernidad y el anonimato, definidos por la sobreabundancia y el exceso. Son siempre espacios relacionados con el transporte rápido, el consumo y el ocio que se contraponen al concepto de lugar de las culturas basadas en una tradición tecnológica localizada en el tiempo y en el espacio, radicadas en la identidad entre cultura y lugar, en la noción de permanencia y unidad.


En grandes centros comerciales y hoteles, en autopistas, aeropuertos e intercambiadores, en medios de transporte rápido como aviones, es obligado acceder con una tarjeta de identificación y probar siempre la inocencia (que no se es ladrón, estafador o terrorista). Los documentos para identificarse no son los de la identidad y el lenguaje humanos sino la carta de embarque, el carnet de identidad, el pasaporte, la tarjeta de crédito, el localizador, la acreditación. Son no lugares en los cuales el usuario pretende pasar lo más rápido posible. Quedar atrapado el menor tiempo posible en el no lugar que lleva de un lugar a otro. En los grandes centros comerciales, el vacío de la plaza tradicional como lugar de comunicación es sustituido por el lleno de los objetos de consumo en el espacio de la competitividad y el anonimato. En las autopistas, franjas de no lugares atraviesan lugares que sólo se anuncian pero nunca se visitan, que sólo se perciben velozmente." En los aviones se vive la experiencia máxima del no lugar: deseo de duración mínima, de mínimo contacto con la realidad de vientos y turbulencias: en definitiva, caída en una experiencia narcotizante que permite anunciar a Paul Virilioque "la Opera de hoy es el Boeing 747, nueva sala de proyección en la que se intenta compensar la monotonía del viaje con el atractivo de las imágenes, festival de las travesías aéreas, desurbanización pasajera en la que la metrópolis de los sedentarios es sustituida por las micrópolis nómadas, y merced a la cual el mundo sobrevolado pierde todo interés, hasta el punto de que el confort subliminal del avión supersónico impone su ocultación total, y quizás exija en el futuro la extinción de las luces y la narcosis de los pasajeros...". Sólo la avería o el accidente significan el colapso del no lugar, el revulsivo que conduce del ambiente narcotizante del no lugar a la realidad enraizada del lugar.


También los parques temáticos y las rutas reales y virtuales del turismo generan redes y focos de no lugares en medio de lugares auténticos. Y precisamente, los no lugares, lo contrario de la utopía, son siempre el blanco de los atentados terroristas que apuntan a las víctimas anónimas y azarosas que pueblan efímeramente el no lugar. Automóviles, autocares o aviones son portadores de explosivos o sujetos de secuestros. Según Marc Augé, la idea de sociedad localizada está siendo puesta en crisis por la proliferación de estos no lugares basados en la individualidad solitaria, en el pasaje y en el presente sin historia. De hecho, el espacio del viajero es el arquetipo del no lugar. El espacio del no lugar no crea ni identidad ni relación, solo soledad y similitud."

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