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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna, una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005. 


Pág. 183-192.Del racionalismo al revisionismo: La arquitectura en Italia, 1920-1965”


El contextualismo. Si el movimiento neorrealista supuso la primera aparición de lo que Vittorio Gregotti ha denominado «la lucha por la realidad» en la arquitectura italiana de esa misma lucha puede encontrarse en el concepto formulado por Ernesto N. Rogers de una arquitectura que respondiese a su contexto urbano. En un artículo publicado en Casabella en 1955, titulado como «Condiciones preexistentes y problemas de la práctica constructiva contemporánea», Rogers abogaba por una arquitectura que, aun permaneciendo explícitamente moderna en sus técnicas, respondiese formalmente a su contexto histórico y espacial: una arquitectura basada en una realidad más existencial de posguerra, que idealizada.


Este concepto ya se había introducido en la práctica antes de que fuese teorizado por Rogers. Podrían señalarse dos proyectos que representan soluciones opuestas al mismo problema. En las oficinas del INÁ Casa en Parma (1950), obra de Franco Albini (1905-1977), una estructura vista de hormigón ofrece una retícula en la que se ensarta un juego de llenos y vacíos acentuados verticalmente. Las complejidades de la vida cotidiana y los trazados de las fachadas existentes en la calle se sugieren sin perturbar la racionalidad subyacente de la retícula idealizada. En contraste con esto, Rogers y sus socios Lodovico Belgiojoso (1909-2004) y Enrico Peressutti (1908-1975) –que con Gianluigi Banfi (1910-1945), muerto en Mauthausen, habían formado el grupo BBPR-, en su edificio de oficinas de la Piazza Meda en Milán (1958-1969), deforman la retícula estructural racional para crear una jerarquía clásica de pisos distintos. En el primer ejemplo, dos órdenes se superponen dialécticamente; en el segundo se forma un híbrido, pero sin tratar de imitar su contexto, sino creando uno análogo.


Una interpretación más literal del contexto puede apreciarse en la obra del arquitecto y teórico romano Saverio Muratori (1910-1973). Para Muratori como se ve en la sede de la Democracia Cristiana Italiana en el barrio romano de la EUR (1955), la respuesta al contexto significaba comunicarse con el público por medio de signos familiares, y reafirmar la tradición. Muratori, al igual que Ridolfi y Quaroni, estaba influido por la arquitectura sueca, pero en su fase neoclásica inicial. Una nostalgia más superficial por el pasado fue la característica del movimiento neoliberty, surgido a mediados de la década de 1990, esa nostalgia quedaría plasmada en la villa de la Via XX Settembre en Milán (1954-1955), obra de Luigi Caccia-Dominioni (n. 1913). A este movimiento no le interesaba ni el contexto inmediato ni el clasicismo eterno, y creía que el liberty, el art nouveau italiano, aún era capaz de representar a una burguesía urbana culturalmente frustrada.


Muchos arquitectos italianos rechazaban el contextualismo, entre ellos Giancarlo de Carlo quien, tras un breve devaneo con el neorrealismo en un primer proyecto de viviendas en Matera, en la década de 1950, volvió al estilo racionalista-brutalista en su residencia de estudiantes de la Università de Urbino (1963-1966). Pero las principales críticas llegaron del extranjero, en particular del Team X, recién formado en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) de Otterlo, en 1959. Los principales objetivos de este ataque fueron la Torre Velasca en Milán (1954-1958), de BBPR; las viviendas en las Zattere de Venecia (1954-1958), de Ignazio Gardella (1905-1999); y el proyecto de De Carlo para Matera.


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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Pág.273-383.“Las vicisitudes de la ideología: los CIAM y el Team X, crítica y contracrítica, 1928-1968” .


Hacia 1963 el Team X ya había superado la fase de fértil intercambio y colaboración, una transformación que fue reconocida intuitivamente por los Smithson en su publicación de 1962, Team X Primer. En adelante, el grupo. continuaría como movimiento tan sólo en el nombre, puesto que lo que había que conseguir con la crítica creativa a los CIAM ya se había alcanzado. En realidad, poco más quedaba por hacer en el camino de la reinterpretación critica, con la posible excepción de la obra de dos miembros que hasta entonces habían permanecido alga apanados: un norteamericano, Shadrach Woods, y un italiano, Giancario de Carlo....


...Este mismo tema fue retomado por De Carlo en 1968, cuando escribió su sinóptico análisis de la arquitectura moderna, titulado 'Legitimar la arquitectura', en el que repasaba las consecuencias de la declaración de los CIAM en 1928:


Hoy, cuarenta años después del congreso, encontramos que aquellas propuestas se han convertido en casas, en barrios, en suburbios y luego en ciudades enteras, manifestaciones palpables de un abuso perpetrado primero contra los pobres y luego incluso contra los no tan pobres: coartadas culturales de la especulación económica más feroz y de la ineficacia política más obtusa. Y, sin embargo, aquellos 'porqués' tan despreocupadamente olvidados en Frankfurt aún tienen problemas para salir abierta-mente a la superficie. Al mismo tiempo, tenemos derecho a preguntar 'por qué' la vivienda ha de ser lo más barata posible y no, por ejemplo, más bien cara; 'por qué' en lugar de hacer todos los esfuerzos por reducirla a los mínimos niveles de superficie, de grosor y de materiales, no deberíamos tratar de hacerla espaciosa, protegida, aislada, cómoda, bien equipada, rica en oportunidades para la intimidad, la comunicación, el intercambio y la creatividad personal. De hecho, nadie puede quedar satisfecho con una respuesta que apela a la escasez de los recursos disponibles, cuando todos sabemos cuánto se gasta en las guerras, en la construcción de misiles y sistemas antibalísticos, en proyectos lunares, en investigación para la defoliación de los bosques habitados por partisanos y para la paralización de los manifestantes surgidos de los guetos, en la persuasión oculta, en la invención de necesidades artificiales, etcétera.


Para De Carlo, la revuelta estudiantil de 1968 no fue sólo la necesaria culminación de la crisis de la enseñanza arquitectónica, sino también un reflejo de las disfunciones más profundas y significativas de la práctica y la teoría arquitectónicas, esta última usada con frecuencia para mistificar la verdadera trama de poder y explotación que impregnaba toda la sociedad. Como ejemplo de ello, De Carlo citaba las actas del VIII ejemplo CIAM, cuyas deliberaciones sentimentales sobre 'El corazón de la ciudad' eran en gran medida responsables de la ideología con la que el núcleo de la ciudad tradicional fue posteriormente expoliado (un procedimiento irónico, si no cinto), que no alcanzo todo su impulso hasta una década más tarde). Como afirmaba De Carlo, el tono de neolengua orwelliana de esta operación no paso enteramente inadvertido a los críticos de la sociedad occidental, que llegaron a considerar el proceso de renovación urbana como un eufemismo para lo que en realidad era un desplazamiento de los pobres.


A mediados de los años sesenta, la mayoría de los miembros del Tearn X seguían sin percatarse de este asunto; salvo Van Eyck, Woods y De Carlo, preterían hacer caso omiso a la destrucción del patrimonio urbano en nombre de la especulación. La capacidad postulante del Team X quedó paralizada en esa coyuntura, con sus energías creativas agotadas frente a una situación imposible. Paradójicamente, lo que ha perdurado de su trabajo no es tanto su visión arquitectónica como el poder sugestivo de su crítica cultural.


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