El principio pedagógico de Itten puede describirse con parejas de opuestos: “Intuición y método”, o también “capacidad de vivencia subjetiva y capacidad de reconocimiento objetivo”.
Itten llegó a la conclusión de que nuestra paleta personal, es por la que nos sentimos naturalmente atraídos y consiste, precisamente, en los colores que mejor nos sientan.
Itten estudió detenidamente las obras de los viejos maestros alemanes y flamencos, y elaboró numerosos estudios geométricos sobre la composición de los mismos que luego tradujo en versiones simplificadas en las que buscaba la sensación de ritmo que estas obras generaban en el espectador.
Fue discípulo de en Eugène Gilliard, un pintor abstracto. Durante 1919-1922, Itten dio clases en la Bauhaus, desarrollando el innovador curso preliminar cuyo fin era enseñar a los estudiantes los fundamentos y características de los materiales, composición y color.