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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


 Págs.73-85." El racionalismo, la tradición de la ingeniería y el hormigón armado"


En los Estados Unidos, paralelamente a los experimentos pioneros de Hennebique, el ingeniero Ernest Ransome y el arquitecto Albert Kahn descubrieron muchas aplicaciones para el nuevo material en los proyectos de fábricas, almacenes e incluso silos de grano. Los silos cilíndricos de hormigón eran fáciles y económicos de construir, evitaban los problemas del fuego y podían llevarse hasta grandes alturas, permitiéndo así una elevada concentración de almacenaje junto a las vias férreas; también tenían una pureza y una belleza indiscutibles que fueron captadas años desués por los pintores Charles Sheeler y Edward Hopper. Asimismo, eran instrumentos para la industrialización del campo, al igual que los rascacielos eran recursos para la industrialización de la ciudad.


El hormigón también era recomendable para los proyectos de fábricas de grandes luces para albergar las nuevas técnicas de la “taylorización” según la cual todos los pasos de la fabricación se sometían a una racionalización científica de la producción de artículos en serie. Albert Kahn dedicó gran parte de su vida a proyectar fábricas de coches, trabajó en estrecha colaboración con Henry Ford, y hacia 1908 ya estaba levantando sus característicos edificios de esqueleto de Detroit y sus alrededores. Kahn encontraba el hormigón asi ideal para satisfacer exigencias fundamentales como la economía, la estandarización, la iluminación natural, la protección contra el fuego, la buena ventilación y unos interiores flexibles y sin obstáculos por donde se pudiera abrir paso la cadena de montaje. El resultado era una morfología característica de plantas reticuladas y alzados rectangulares sencillos de unas proporciones agradables. Pero Kahn nunca pensó que sus proyectos utilitarios fuesen Arquitectura con mayúscula; y lo mismo ocurría con los ingenieros que proyectaban los silos de grano; fue la vanguardia europea, al ver estos objetos en fotografías, a que se refirió a ellos como imágenes simbólicas de un lenguaje nuevo y universal de la arquitectura.


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KOSTOF S., Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza. Madrid, 1988.


págs.1270-1273....Por supuesto, esta cristalización de la estructura era contraria a los cánones del Estilo Internacional que prescribía volúmenes envueltos en membranas sin textura e inarticuladas. Hizo que Mies simpatizara con la avanzada tecnología constructiva americana, y con la tradición local de Chicago, el edificio de oficinas esquelético del siglo XIX. En efecto, el segundo tipo genérico, el rascacielos de acero reticulado, recogía la obra de Jenney, Sullivan, y aquellos pioneros del "estilo comercial", interrumpido por la florescencia del Beaux- Arts; del mismo modo, sus volúmenes de armazón unitario se inspiraban en otro tema local; los espacios industriales con vigas de Albert Kahn.


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