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MELNIKOV, Konstantin

  • Arquitecto
  •  
  • 1890 - Moscú. Rusia
  • 1974 - Moscú. Rusia
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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005.


Págs. 109- 135.“Las vanguardias en Holanda y Rusia” 


Dos arquitectos visionarios.


Entre los muchos arquitectos de talento que surgieron en Rusia en la década de 1920 destacan dos figuras: Konstantin Mélnikov (1890-1974) e Iván Leonidov (1902-1959). Melnikov tenía una educación prerrevolucionaria, mientras que Leonidov se había formado dentro de la cultura de la vanguardia posrevolucionaria. Sin embargo, ambos estaban igualmente comprometidos con el socialismo y el movimiento moderno, y trataban de dar forma simbólica a los ideales de la revolución, al tiempo que exploraban las ideas arquitectónicas en sí mismas.


Melnikov era lo bastante mayor como para haberse visto influido por el clasicismo romántico – que estaba de moda cuando él era estudiante-, tras lo cual sucumbió a los encantos del expresionismo y el movimiento Proletkult. En muchos aspectos su enfoque era similar al formalismo de Ladovski, pero creía que las ideas de éste eran demasiado teóricas y esquemáticas y junto a Iliá Gósolov, creó dentro de los Vjutemas un curso aparte – La nueva academia – que ofrecía un enfoque más individual y espontáneo del diseño.  En los proyectos de Mélnikov, las formas y los espacios se basaban en un detenido estudio del programa, que él interpretaba como unas geometría¡ enfrentada y distorsionadas, como el pabellón de la URSS en la Exposición de Artes Decorativas de Paris de 1925. Sus edificios provocaban ideas y asociaciones que iban más allá de la arquitectura, y actuaban como signos dentro del contexto urbano existente, como en el caso, por ejemplo, del club obrero Rusakov de 1927. A menudo se ha señalado su similitud en este aspecto, con la architetture parlante de Claude Nicolás Ledoux (1736-1806), que en aquella época era muy popular entre los arquitectos rusos.


Melnikov rechazaba una definición purista de la arquitectura moderna tanto en sentido formal como técnico, y sus edificios exhiben una ecléctica mezcla de expresionismo estructural, abstracción formal y un uso alegórico de la figura humana. En la década de 1930 empezaron a aparecer en su obra, cada vez con más frecuencia, algunos elementos Kitsch, como los de la Comisaría de la Industrial Pesada (1934), que probablemente reflejaban la exigencia oficial de hacer una arquitectura social y realista. Pero dado que Melnikov lo usaba como armas adicionales de su arsenal de tácticas de choque – lo que nos trae a la mente la teoría de “hacer extrañas” las actividades tradicionales, propugnada por el crítico Victor Shklovski -  más que buscar una reconciliación con la trdición, en la década d 1930 su obra sufrió el mismo ostracismo oficial que la de los constructivistas y los racionalistas.


Leonidov, doce años más koven que Melnikov, era un vástago de OSA y de la ola formalista y funcionalista de Guinzburg dentro del constructivismo. En absoluto contraste con la cualidad física y al espectacularidad de la obra de Melnikov, los proyectos de Leonidov parecen insistir en un incórporo mundo neoplatónico en el que la tecnología se hubiese convertido en pura idea. Su reputación se apoya principalmente en una serie de proyectos utópicos diseñados entre 1927 y 1930. El primero y más significativo de ellos era un proyecto para el Instituto Lenin de Biblioteconomía, que se presentó en la primera exposición de arquitectura contemporánea de Moscú, en1927. El proyecto se asemeja a una composición suprematista; está dominado por una esbelta torre acristalada y una esfera translucida (el auditorio), esta última aparentemente sujeta mediante cables en tensión para evitar que flote libremente en el espacio. Un segundo proyecto, para un Palacio de la Cultura (1930), consistía en una transformación del típico club obrero en una institución para le educación proletaria a escala nacional. A diferencia del Monumento a Lenin – que se expande dinámicamente a partir de un punto central - , la planta del Palacio de la Cultura se compone de un campo estático rectangular, subdividido por una cuadrícula en la que distintos elementos platónicos (semiesferas, pirámides y conos acristalados) se despliegan como piezas sobre un tablero de ajedrez. Éstos otros proyectos de Leonidov son notables por la aparente naturalidad con la que comprendían e integran las tradiciones suprematistas y constructivistas.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Pág.169-179.“La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética” 


...El llamado 'racionalismo' de Ladóvsky era cualquier cosa menos programático, pues lo que buscaba en última instancia era --como ha observado Lubetkin- un universalismo de tipo Larousse. Al igual que los artistas neoclásicos de finales del siglo XVIII, prefería usar entidades geométricas como esferas y cubos, formas que podían asociarse hipotéticamente con estados psicológicos específicos. En 1923, Ladóvsky intentó propagar sus visiones con la fundación de Asnova (Asociación de nuevos arquitectos), un grupo profesional centrado en los Vkhutemas. Esta organización alcanzó su mayor influencia alrededor de 1925, cuando tanto Lissitzky como el arquitecto Konstantín Mélnikov formaban parte de ella. Al igual que los puestos de mercado, desmontables y de madera, que diseñó en 1924, el pabellón de la URSS construido por Mélnikov en la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925 era una síntesis de los aspectos más progresistas de la arquitectura soviética hasta esa fecha. Por el uso imaginativo de tablas y puntales de madera sencillamente ensamblados, recordaba no sólo la tradición vernácula de las estepas, sino también los pabellones que se habían diseñado para la Exposición Agrícola e Industrial de todas las Rusias, de 1923, incluyendo el quiosco de lzvestia (de los artistas A. A. Exter, Gladkov y Stenberg) y el pabellón Majorca del propio Mélnikov. En su concepción básica, el pabellón de Mélnikov reflejaba el formalismo rítmico de la escuela de Ladóvsky . El solar rectangular se animaba con una escalera en diagonal que dividía la planta baja en dos triángulos idénticos. Esta escalera -- que ascendía y descendía por una construcción abierta de madera, formada por planos entrecruzados -- daba acceso tan sólo a la planta superior del edificio. Semejante forma de cubierta intersecante pronto se iba a convertir, entre la vanguardia rusa, en un recurso 'geométricamente progresista' tan frecuente como la hélice logarítmica de la torre de Tatlin. La construcción dinámica de madera levantada por Mélnikov se completaba con un interior de Rodchenko para un club obrero ideal, que presentaba el mobiliario ligero típicamente productivista, incluyendo un conjunto de mesa y dos sillas, dialécticamente pintadas de rojo y negro, para jugar al ajedrez.


... Las primeras obras productivistas de Mélnikov se construyeron todas en el periodo de relativa estabilidad económica fruto de la nueva política económica de Lenin, puesta en marcha tras la guerra civil en marzo de 1921 como medio de inducir al capital extranjero a asociarse con la Unión Soviética. La muerte de Lenin en 1924 no sólo puso fin al periodo de esta cultura económica, sino que también planteó al partido el irónico problema de encontrar un estilo adecuado para su tumba.


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MONTANER J.M. MUXI Z.,  Arquitectura y política.Gustavo Gili. Barcelona, 2011. 


Págs. 27-78.“Historias”


PROPUESTAS DE VIVIENDAS CONTEMPORÁNEAS QUE COMPARTEN LAS RESPONSABILIDADES PRODUCTIVAS


Dentro de este contexto de ensayos de nuevos modos de vida comunitaria a finales del siglo XIX y principios del XX se encuentran las experiencias iniciales de la Unión Soviética, con los proyectos de El Lissitzky, Kosntantin Melnikov, los hermanos Vesnin o Mosei Ginzburg: nuevos equipamientos y casas comuna donde se daba prioridad urgente a la emancipación de las mujeres proletarias mediante la instalación de cocinas comunales, guarderías, baños públicos y cooperativas de todo tipo.


Podemos situar todos estos proyectos dentro de la genealogía de viviendas comunitarias contemporáneas, como los grupos vieneses Margarete Schutte – Lihotzky Hof y Sargfabrik.


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 565-600. ”El compromiso político y el conflicto con los regímenes autoritarios”.


Así la investigación arquitectónica moderna, en un primer momento se ve acelerada y se coloca, incluso, mucho más avanzada que en cualquier otro país, especialmente por lo que se refiere a la urbanística. Luego, este riquísimo patrimonio quedará dispersado y olvidado; los estudios más recientes lo están sacando otra vez a la luz y nos demuestra como se malgastaron tantas energías intelectuales y humanas.


Veamos las fases del proceso:


A partir de 1923 – cuando nace la NEP y aparece la producción de edificios – las propuestas elaboradas durante el debate precedente, tanto los de una tendencia como los de otra, están disponibles y los encargados públicos de la construcción escogen entre ellos con una desconcertante indiferencia. Los arquitecto modernos, que provienen de la experiencia constructivista,  se organizan en una asociación, la ASNOVA y ordenan los principios teóricos del movimiento de una forma bastante genérica, para no dificultar las experiencias concretas; de hecho, se comportan más bien como individuos independientes y se enfrentan con varios tipos de trabajo: N.A. Ladovsky y N. Doutchaiev se dedican a la enseñanza de la arquitectura, en la facultad fundada en 1920, del Instituto Superior de Arte (VHU-TEMAS); El Lissitzky (1890-1941) vive en Alemania durante los años 1922-28, colabora con Van Doesburg y Mies van der Rohe, vuelve más tarde a su patria y prepara el libro sobre Rusia, publicado en 1930, dando a conocer en occidente la nueva arquitectura soviética; los hermanos Vesnin publican sus proyectos no realizados, como el del Palacio del Trabajo en Moscú (1923); y Melnikov (1890-1975) presenta entre 1927-1929 siete proyectos para clubs obreros, seis de los cuales fueron realizados y ampliamente discutidos como demostración del programa teórico de la ASNOVA, pero también él, como tantos otros arquitectos occidentales, puede experimentar sus ideas, con mayor libertad, sólo construyendo su propia casa en Moscú, en 1927. Cuando Lenin muere, en 1924, se encarga la construcción del mausoleo en la Plaza Roja a A. V.Schoussev, un arquitecto académico, autor de obras eclécticas para el régimen zarista, como la estación ferroviaria de Kazan (1913). En cambio, cuando la URSS decide participar en la exposición de las artes decorativas de Paris, en 1925, se encarga el proyecto del pabellón a Melnikov.


 


 


 


 

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