Este libro, considerado ampliamente por la crítica como uno de los textos "básicos" dentro de la historiografía de la arquitectura, pretende aportar nuevas teorías sobre la misma. Por primera vez se comenta que es en Francia donde se producen, hacia finales del siglo XVIII y justo antes de la Revolución, profundas transformaciones con un claro dominio dentro de las artes de la arquitectura que ya apuntaba nuevos caminos y nuevos cambios.
Este conjunto de ideas de los arquitectos franceses, entre los que se encuentra bajo una personalidad dominante Claude Nicolas Ledoux, hace explotar la cohesión del encadenamiento barroco que hasta aquel momento parecía inquebrantable. En definitiva el autor considera la obra de C.N. Ledoux como el "fin de la unidad barroca, el gran patrimonio de la época de Russeau y el primer escrito pragmático de la arquitectura de nuestro tiempo, en una línea ideal que nos conduce hasta Le Corbusier y los maestros del Movimiento Moderno".