Hoy en día no cabe duda de que los cambios tecnológicos han incidido de una forma determinante en la evolución de la arquitectura del siglo XX, subrayando su aspecto revolucionario.
Los nuevos maestros de la arquitectura actual ya no son los artesanos, sino que pasan por la producción masiva de las fábricas, que con su creciente tecnología transforman de forma definitoria y concluyente el uso de los nuevos materiales.
Este cambio se hace también extensivo a los clientes, pasándose de los políticos y ricos patronos a las construcciones de las grandes corporaciones internacionales y a la realización de viviendas y espacios públicos para la nueva cultura de masas.
En esta arquitectura del siglo XX, que ha estado en varias ocasiones tan cerca de la autodestrucción, el Movimiento Moderno ha tenido un papel trascendental. Como búsqueda de nueva identidad, como afirmación constructiva y como lucha por la supervivencia.
Esta arquitectura del siglo XX que se ha hecho Internacional, convirtiendo las tradiciones seculares de Oriente y Occidente, sigue reescribiéndose en el siglo XXI, con interesantes nuevos desafíos.