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Ayuntamiento de Bergara

  • 1677 - 1693
  •  
  • DE LONGA, Lucas
  •  
  • Bergara (Gipuzkoa)
  • España
imagenes/7238_1_36020742.jpg imagenes/7239_1_36020743.jpg obras/36989_25_36020742.jpg obras/36989_26_36020743.jpg obras/36989_27_36020744.jpg obras/36989_28_36020745.jpg obras/36989_8_33021126.jpg

La presencia intermitente de las Juntas Generales de Gipuzkoa en la localidad de Bergara, sirvió a su Ayuntamiento como acicate a lo largo del tiempo, para llevar a cabo sucesivas intervenciones de acondicionamiento y mejora en su sede municipal. Si bien tenemos noticias referentes a los sitios donde se fueron reuniendo los distintos gobiernos municipales, el Ayuntamiento de Bergara entendido como lugar representativo de presencia ciudadana y con tipología propia, no se llega a realizar hasta el último cuarto del siglo XVII. Su actual sede fue llevada a cabo mayormente entre los años de 1677 y 1693 y es debida al arquitecto Lucas de Longa, adosándose lateralmente en 1709 por el mismo arquitecto, otro edificio que fue destinado inicialmente a viviendas, siendo en la actualidad dependencias municipales. Sin embargo, la larga vida de esta casa consistorial ha motivado continuas transformaciones, adaptándose a las nuevas necesidades, sufriendo notables modificaciones a lo largo de los siglos XIX y XX. Entre todas ellas destacamos por su carácter e importancia, la última rehabilitación realizada entre los años 1992-1995 por el arquitecto vergarés Iñaki Aspiazu Iza . El Ayuntamiento de Bergara, se dispuso con planta trapezoidal, mostrando el proyecto desde el inicio un carácter marcadamente urbanístico, superando el inicial núcleo medieval de la villa. Se trata de un edificio de dos alturas cuya fachada principal es de piedra sillar, procedente de las propias canteras de la localidad guipuzcoana. El piso inferior posee un amplio pórtico con seis arcos de medio punto, apoyados en pilares cuadrados montados sobre unas pequeñas bases. Los arcos dan acceso a dicho pórtico cubierto al interior por un artesonado de madera. Una entrecortada línea de imposta se interrumpe entre la arquería actuando a modo de capiteles desornamentados. Por encima de los arcos una sencilla moldura recorre longitudinalmente el edificio. Sobre ella se colocan las ménsulas que soportan los balcones y que coinciden en su nivel superior con un resalte a modo de cornisa que sobresale, separando las dos alturas del edificio. Correspondiendo con los seis arcos y ya en el piso superior ,se abren seis balcones adintelados a modo de puertas, recercadas por sencillas fajas de placa lisa. Sobre ellos aparece un amplio paramento ciego sobredimensionado que coincide con la gran sala reuniones. En dicho paramento se centra buena parte del esfuerzo decorativo de la fachada, gracias a tres escudos bien centrados, correspondientes el central a la Casa de Austria escoltado a distancia por las columnas hercúleas, el escudo de Gipuzkoa (a la izquierda) y el escudo de Bergara (a la derecha). Todo ello se remata con una destacada cornisa pétrea, decorada rítmicamente con canes de tipo vegetal. En ambos extremos del edificio y junto a los dinteles de los vanos aparecen dos inscripciones. El resto de las fachadas del edificio no muestra ni mucho menos la monumentalidad de la fachada principal, donde se centró mayormente el esfuerzo compositivo, dado el carácter urbano de esta edificación cara a la plaza. Los muros laterales son de mampostería y la piedra se utiliza en las esquineras y enmarcando los vanos. El conjunto se remata por la cornisa que recorre todo el edificio y se cubre por un tejado a cuatro aguas. Pero el análisis del edificio quedaría incompleto sin tener en cuenta su posterior añadido de 1709. El carácter urbano del lugar queda puesto también especialmente de manifiesto con la ampliación posterior de la casa abyacente. Parece que el solar al no ser enteramente ocupado por el ayuntamiento, disponía de un amplio espacio, pensando el consistorio en construir viviendas que con su venta pudiese ayudar en sus necesidades económicas. El propietario inicial de esta casa no fue otro que el mismo arquitecto Lucas de Longa. Este edificio debía de mantener las constantes compositivas del edificio dedicado a Ayuntamiento, alineándose con éste. Las nuevas viviendas como edificación contigua pero independiente, se cubriría con un tejado a dos aguas. Una vez finalizada esta importante intervención, que cambia de forma definitiva la fisonomía del ayuntamiento original, tan sólo quedaban por realizar las labores de acabado; dar remate al edificio, la balconería, el ornamento de vidrieras… acciones que se llevaron a cabo entre 1725 y 1729. El aspecto general de estas dos intervenciones resulta llamativamente austero, en la línea del barroco desornamentado de carácter escurialense que tanta importancia tuvo en el norte de España, potenciado por arquitectos como Francisco de Mora y Juan Gómez de Mora. En el interior del soportal encontramos dos puertas adinteladas que sirven de acceso al edificio. El espacio interno del Ayuntamiento ha sido sucesivamente transformado a lo largo del tiempo, adaptándose a las nuevas necesidades. De su disposición primitiva destacamos la caja de escaleras y el salón de sesiones, espacios que con la última rehabilitación antes citada, han sido especialmente potenciados como lugares singulares y representativos. La ajustada intervención de Aspiazu potencia además notablemente la singularidad y el aislamiento que desde su origen se pretendía dar a esta Casa Consistorial, desligándola físicamente del resto de las edificaciones existentes. Se restaura la fachada, y la irregular planta trapezoidal une bajo una misma nueva cubierta, los nuevos espacios municipales y los dos edificios antiguos, creciendo el ayuntamiento en rotundidad y aumentando así en peso volumétrico.

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