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A principios del siglo XVI, Fernán López de Escoriaza era uno de los escasos médicos que vivían en la ciudad de Vitoria. Su vida cambió a partir de que atendiera de varias epidemias a las tropas de Enrique VIII, que pasaron por Rentería camino de la conquista de la Guayana francesa. Después de este suceso, fue llamado a la corte inglesa, como médico personal de Catalina de Aragón, mujer de Enrique VIII. A su vielta de la corte inglesa, pasó a ser médico de Carlos V y vivió en Madrid hasta su muerte. No obstante, por mediación de su hijo pidió permiso en 1539 para construir su casa adosada a la antigua muralla de Vitoria-Gasteiz. 


El resultado fue un palacio al estilo renacentista, con una fachada principal al norte, frente a una plazuela, en la que destaca la portada plateresca, de autor sin confirmar, con bustos del propietario y de su esposa Victoria Esquibel. Al sur, el edificio se abre a través de una doble arcada a un jardín interior mientras que la fachada oeste está adosada a la muralla y la este a la calle Fray Zacarías Martínez. Esta última ha sido la más transformada en sus vanos, sobre todo durante el período neoclásico, en que se la consideró fachada principal. Destaca en ella la cornisa de piedra labrada con grandes eslabones. La altura original de dos plantas, fue aumentada con otra de ladrillo algo retranqueada. 


El palacio, construido con piedra de mampostería, se organiza alrededor de un patio cuadrado de doble arquería superpuesta en tres de sus lados y una escalera. La distribución de las salas ha sufrido numerosas variaciones, según los usos que ha tenido el edificio. Angel de Apraiz atribuye la obra a la escuela de Juan de Alava, natural de Larrinoa y afincado en Salamanca y directamente a Fray Martín de Santiago. Está concebido como un palacio castellano propio del plateresco, burgalés en la fachada y salmantino en el claustro. 


El palacio ha sido sede de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, del Seminario Eclesiástico de Aguirrre y de las Escuelas Diocesanas. 

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