CURTIS W.,  La arquitectura moderna desde 1900.Phaidon. Hong Kong, 2006. 

Págs. 491-511.“Proceso de asimilación. Ame. Latina, Australia, Japón”.

La reconciliación de lo 'general' y lo 'local' era un tema recurrente en México al final de la década de 1940 y en la de 1950. El principal escenario para estos intentos de interpretación cultural era la franja suburbana de Ciudad de México, donde los nuevos ricos aspiraban a gozar de los valores cosmopolitas, pero dejando abierta la puerta a la tradición. En el campo de la arquitectura mexicana y en las décadas de 1940 y 1950 hubo varias líneas paralelas que ponían de manifiesto la transformación de toda una variedad de influencias internacionales. La casa en el paseo de la Reforma en Lomas, proyectada por Teodoro González de Leónen 1951, retomaba ese 'tipo' de Le Corbusier de una superestructura elevada sobre una plataforma con pilotis (por ejemplo, el Pabellón Suizo), pero reorganizaba las zonas habitables superiores de un modo más acorde con los hábitos mexicanos de vida al aire libre, usando para ello mamparas correderas, capas transparentes de estructura y jardines de cubierta alternos. El tipo tradicional mexicano era el patio rodeado por muros ciegos, y de éste se hicieron varias interpretaciones con formas modernas. La casa propia de Enrique de Moral en Ciudad de México(1948-1949) delimitaba un enclave usando planos abstractos y espacios solapados para integrar los interiores con patios resguardados adyacentes a las habitaciones privadas y con un jardín situado en el centro del conjunto. En este caso, el proyecto pertenecía, hablando en términos generales, a un linaje inspirado en Mies, pero los espacios vueltos hacia dentro, los muros con textura, los colores terrosos, los tablones audaces, las mamparas de alabastro, las repisas de piedra volcánica y las plantas exóticas indicaban una interpretación local del prototipo internacional. En este caso, la austeridad y la ligereza del Estilo Internacional daban paso a algo más colorista, más macizo y más rústico.