Situada en la avenida Tolosa de la capital donostiarra, el conjunto está formado por tres volúmenes longitudinales de oficinas paralelos a la avenida, con diferentes alturas. El primero de ellos tiene una altura de baja más cinco, el segundo baja más cuatro y el tercero baja más uno. El escalonamiento del edificio tiene justificación, el primer bloque es el más alto porque representa la institución de la cámara de Gipuzkoa, el segundo bloque baja una altura y el tercero coge la escala del barrio, una escala urbana y amable en relación con los apartamentos tutelados.
En el primer sótano hay un gran vestíbulo que ejerce de salón de recepciones, alrededor de este vacío inferior discurren diferentes locales de formación y un salón de actos con capacidad para 200 personas. En la primera planta están situadas las oficinas de alquiler debido a su necesidad de acceso rápido y directo. Las oficinas de la institución están situadas en las plantas dos, tres y cuatro, destaca la espaciosidad libre de obstáculos y la flexibilidad, el espacio queda interrumpido por la estructura, escaleras y los volúmenes de los baños. Finalmente en la planta superior se ubica la dirección y presidencia con una posición privilegiada.
El aspecto con mayor relevancia del conjunto es la estructura, se trata de una estructura mixta formada por grandes pilares apantallados de hormigón en el interior, estos evitan que el espacio del vestíbulo no aparezca lleno de pilares debido a las grandes luces que producen, sin embargo el exterior está resuelto con una estructura metálica que salva pequeñas luces. La estructura desaparece casi por completo en el interior en cambio en el exterior se manifiesta con gran expresión adquiriendo la imagen del edificio. Destacan las líneas perimetrales de barandillas y pasarelas de limpieza tan características del edificio.
La arquitecta utiliza el concepto de voladizo como tema para los elementos más singulares del edificio, en primer lugar sobre la entrada emerge una losa de hormigón que da la bienvenida a la cámara de comercio, el voladizo más relevante se encuentra sobre la plaza interior, se trata del salón de plenos que se descuelga del primer piso con una losa en pendiente, gracias al vacío del sótano, la puesta en escena y la trasparencia del salón este adquiere todo el protagonismo del interior.
El aspecto formal del edificio es inseparable de su planteamiento constructivo ya que, se pretende que el aspecto tecnológico sea proporcionado por el propio proceso constructivo.
Koldobika Andoni RIAÑO