FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Pág.169-179 “La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética”
En contraste con la vitalidad exuberante del movimiento paneslavista en las artes, la arquitectura rusa, a pesar de su prodigiosa producción después de 1870, permaneció estilísticamente dividida (particularmente en Moscú) entre las normas clásicas del stablishment de San Petersburgo y el movimiento nacional romántico que entonces comenzaba a desplegarse lentamente. Este último, iniciado en 1838 por el neobizantino palacio del Kremlin, de K. A. Thon, originó en la última década del siglo los llamados diseñadores neo-rusos, como Vasnetsov, A. V. Shchusev, V. F. Walcot, y, sobre todo, F. O. Shekhtel, cuya Mansión Rayabushinsky de 1900 era comparable a lo mejor de August Endell.