CAMPBELL James W.P., La biblioteca. Un patrimonio mundial. Edit. Nerea. San Sebastián, 2013.
pág.170. "La Biblioteca Angélica de Roma posee una historia compleja y no alcanzó su configuraciñon actual hasta 1765, Fundada por el convento romano de San Agustín, la sede principal de la orden agustina, fue fruto de la iniciativa de Angelo Rocca (1545-1620), un fraile de esa congregación quien se encargó una edición impresa de la Vulgata (la Biblia latina) para el Vaticano. Gracias a esta tarea, Angelo alcanzó notoriedad dentro de la Iglesia y reunió una enorme colecció de libros (se dice que superaba los 20.000 volúmenes), que legó al convento de San Agustín con la estricta condición de ponerlos a disposición de todo el mundo sin cortapisa censura o interferencia alguna por parte del gobierno. De ahí que la Angélica se enorgullezca hoy en día de ser la primera biblioteca pública no sólo de Europa, sino del mundo entero, si bien, como quedó dicho en el capítulo precedente, este tipo de reivindicaciones no resultan razonables.
El edifcio empezó siendo una biblioteca barroca de configuración mural diseñada por Borromini. Su forma actual es el fruto de una reconstrucción de gran envergadura ejecutada por el arquitecto Luigi Vanvitelli (1700-1773), quien recibió en encrago de reedificar tanto el convento como la biblioteca en 1755-1765. La Angélica es un raro exponente de biblioteca rural en tres niveles, pues tiene no una, sino tres galerías. Estas son tan livianas como permitió la técnica constructiva de la épocam con balaustradas metállicas pensadas para se lo más discretas posible en función de los materiales utilizados. El acceso a estas galerías construyó un desafío especial para el arquitecto. Existen unas puertas secretas ocultas en los pedestales de los bustos; dan acceso a unas escaleras de caracol encajadas en el interior de los muros, mientras que las estanterías de los dos niveles superiores camuflan puertas articuladas sobre goznes que permiten entrar y salir de las galerías. La biblioteca aparece iluminada únicamente desde dos lados, aunque consigue crear la ilusión de un espacio simétrico en el que el lector está completamente rodeado por los libros. Aunque en su configuración definitiva la Biblioteca Angélica resulta sin duda artificiosa, no es una obra de estilo Rococó. En otros lugares la estética del Barroco tardío se manifestó igualmente en formas diversas. En América Latina, por ejemplo, el estilo barroco se vio influido por las formas decorativas españolas y portuguesas, aunque también desarrollo su propio lenguaje ornamental, que reflejaba las técnicas y meteriales del arte vernáculo. "