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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna una historia desapasionada. Gustavo Gili. Barcelona, 2005.


págs. 231-245. "Pax americana: la arquitectura en Estados Unidos, 1945-1965".


En el extremo arquitectónico del espectro hubo algunos intentes de reintroducir en la arquitectura la monumentalidad proscrita por la línea principal del racionalismo. La obra corporativa de SOM y Saarinen era claramente racionalista en su espíritu, pero esto no les impedía presentar edificios simbólicos en el momento apropiado, como en el  caso de la capilla expresionista de SOM para la Academia del ejército del Aire de Estados Unidos en Colorado Springs 1954-62. En efecto Saarinen se fue obsesionando cada vez más con la expresión del carácter de cada edificio.  Esto puede apreciarse en el auditorio y la capilla de Massachuset Institute of Technology MIT 1950-55, en la residencia de estudiantes de Yale University (1958-62) y en la terminal de la compañía TWA en el aeropuerto de Idlewid (ahora J.F. Kennedy 1956-62).


CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 515-517. En los Estados Unidos, las corrientes subterráneas expansivas, optimistas y, en realidad, imperiales de los años de posguerra se manifestaron en muchos encargos de monumentos de gran escala. Las influencias del clasicismo Beaux-Arts sin duda no murió con la introducción de la arquitectura moderna. En su aspecto más profundo, esta tradición alimentó a un arquitecto como Louis I. Kahn; pero a finales de los años 1950 también hubo un intento más obvio, menos expresivo y con frecuencia banal, de hacer neoclasicismo. No cabe duda de que esto formaba parte de un clima general de insatisfacción con el minimalismo restrictivo de la versión americana del Estilo Internacional (una reacción expresada también en otras maneras, por ejemplo en el "barroco moderno" de la terminal de la compañía TWA en el aeropuerto Kennedy de Nueva York, de Eero Saarinen, 1956-1962). De este modo arquitectos como Edward Durrel Stone (la embajada norteamericana en Nueva Delhi, 1954), Philip Johnson (la Sheldon Memorial Art Gallery en Lincoln, Nebraska, 1963) y Wallace Harrison & Max Abramovich (con Johnson, el Lilncoln Center en Nueva York 1961-1965) se entregaron a los grandes ejes, la simetría, los materiales caros y unos arcos muy reveladores, para enmarcarar un entendimiento esencialmente falso y epidérmico de la naturaleza de la monumentalidad. Estos arquitectos tenían perfecta conciencia de la necesidad de combinar los esquemas tradicioneales conla tecnología moderna, pero aún así eran incapaces de superar cierta tendencia hacia lo "camp". En sus obras abundaban las soluciones clásicas, pero faltaban casi totalmente los principios clásicos.


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