Pág.118-124.“La Cadema de Cristal. El Expresionismo arquitectónico europeo. 1910-1925 ”
En 1920, sin embargo, la solidaridad de la Cadena de Cristal empezó a quebrarse con el reconocimiento de Hans Luckhardtde que las formas libres e inconscientes y la producción racional prefabricda eran incompatibles en algunos aspectos. Ese mismo año escribía: “A este esfuerzo profundamente espiritual se opone la tendencia hacia los procesos automáticos. La invención del sistema Taylor es un rasgo característico de todo ello. Sería una completa equivocación negarse a reconocer esta tendencia de nuestro tiempo, pues se trata de un hecho histórico. Es más, de ningún modo puede demostrarse que sea hostil hacia el arte”.
Aunque el racionalismo de Luckhardt tuvo el efecto de centrar nuevamente el debate en los problemas que habían dividido al Werkbund en 1914, Taut perseveró en esas visiones inspiradas por Scheebart y expresadas por primera vez en libros como Arquitectura alpina y la Corona de la Ciudad, de 1919, publicando su famosa obra La disolución de las ciudadesen 1920. Al igual que los planificadores socialistas de la Revolución Rusa, recomendaba la desintegración de las ciudades y el retorno de la población urbana al campo. En su aspecto más práctico, intentaba establecer modelos para comunidades agrarias basadas en la artesanía; en su aspecto más fantástico, preveía la construcción de templos de cristal en los Alpes. Un ejemplo típico de estas propuestas de Taut inspiradas en Kropotkin era su modelo de asentamiento agrícola de planta circular subdividido radialmente. En el centro había tres distritos residenciales separados, uno para cada clase de ciudadanos –Künder, Künstler und Kinder, ‘ilustrados’, astistas y niños- agrupados para cada uno en torno a patios con forma de rombo. Esta organización tripartita conducía axialmente hasta la cristalina Haus des Himmels o ‘casa del cielo’, situada en el centro, donde se reunían los dirigentes de la comunidad. Una de las paradojas del socialismo anárquico de Taut es que las instituciones sociales jerárquicas, por no decir autoritarias, imaginadas para estas comunidades contenían las semillas de un fascismo que pronto iba a encontrar su vulgarización en la cultura de ‘sangre y tierra’ del movimiento nacionalsocialista.
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Págs.183-199“Walter Gropius, el Expresionismo alemán y la Bauhaus”.
En Alemania, la relación al caos económico fue la revolución, y eso trajo consigo una polarización de posturas políticas extremas de derecha e izquierda. En el campo de las artes, grupos de visionarios tomaban como modelos para sus manifiestos los de los grupos de trabajadores radicale , y tenían la esperanza de que una revolución política pudieses venir acompañada de otra cultural. Gropius captó el tono ambivalente del momento -que oscilaba entre la desesperación de un hundimiento interno y la esperanza en alguna estructura social nueva y radiantecuando escribió en 1919:
"El artista de hoy vive en una era de disolución carente de guia; se encuentra solo. Las viejas formas están en ruinas, el mundo paralizado se ve sacudido el antiguo espíritu humano queda invalidado e impulsado hacia unas nuevas formas. Flotamos en el espacio y no podemos percibir el nuevo orden."
Este era el terreno perfecto para el fortalecimiento de un utopismo teñido de angst (angustia) subyacente . La grave inflación económica contribuye a la formación de esta atmósfera al minimizar las probabilidades de la construcción real. Así pues, en Alemania los arquitectos se volcaron en la creación de proyectos sobre el papel en los que anticiparon la imagen de una nueva sociedad.
Bruno Taut , en las extravagantes acuarelas de su Alpine Architektur (Arquitectura alpina, 1919), representaba edificios colectivos de vidrio con múltiples facetas que se elevan como minerales cristalinos sobre lo glaciales y las cumbreas de las montañas. Estos edificios pretendían encarnar un “socialismo apolitico”, un ámbito ideal para la fraternidad del hombre, en el que las fronteras nacionales y la codicia individual se disolverán, y en el que surgió una sociedad “natural” desvinculada de la división clasista heredada.