p.23-27."El segundo proyecto, el "Rascacielos de vidrio" (1922) fue diseñado para un terreno en Berlín del que se desconocen los detalles, pero que al parecer se abría a una plaza de forma circular o un centro de tráfico. La geometría cristalina del rascacielos de la Friedrichstrase se transformó en este proyecto en una planta biomórfica compuesta por un núcleo y tres alas curvilíneas. Al igual que el Rascacielos de la Friedrichstrase, aquí también se barajaba la idea de plantas en voladizo a partir de losas de hormigón dispuestas en torno a dos soportes cilíndricos de hormigón. Teniendo en cuenta el estado de la técnica de aquel momento, el proyeccto resulta irrealizable. Como en el rascacielos de la Friedrichstrase, la forma excepcional de la planta se deriva de la estrutura del solar y el resultado se debe a las propiedades transparentes y reflectoras de su fachada de vidrio, lo que el arquitecto admitió abiertamente: "Las pruebas realizadas sobre una maqueta de cristal me mostraron el camino y pronto me di cuenta de que al utilizar el cristal no se trata de conseguir un efecto de luz o sombra sino más bien de lograr un gran juego de reflejos de luz". Este edifico cuya altura supera en untercio al predecesor de la Friedrichstrase, aparece en dibujos y fotografías de la maqueta como un esbelto rayo de luz cristalino.
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La crisis del objeto moderno eclosionó por una serie de problemas y características desde sus inicios:
1.-Tal como ha descrito K. Michael Hays, la tecnología y las formas modernas permiten volúmenes que por su transparencia y reflejos se desmaterializan, se convierten en imágenes evanescentes y transitorias, tal como se intuía ya en los proyectos de rascacielos para Berlín (1922) de Mies van der Rohe.La crisis del objeto se manifiesta en la contradicción de partida entre el énfasis máximo en su objetualidad y el deseo, ya posible, de desmaterialización.
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Págs. 159-181.“La Alemania de Weimar: la dialéctica de lo moderno, 1920-1933”
Cuando reanudó en Berlín tras la Primera Guerra Mundial, Mies conoció al cineasta y dadaísta Hans Richter, y se unió a su círculo de artistas y escritores, entre los que estaban Van Doesburg y el Lissitzky. La conversión de Mies, del eclecticismo a la abstracción constructivista, data de este primer encuentro con la vanguardia berlinesa. En 1922, Richter, Lissitzky y el artista y cineasta Wener Graeff fundaron la revista G. Fue ahí donde Mies explicó sus primeros proyectos constructivistas, junto con breves artículos polémicos en los que adopta una postura enérgicamente antiformalista: “rechazamos reconocer problemas de forma; solo problemas de construcción. La forma no es el objetivo de nuestro trabajo, sino sólo el resultado”. Los proyectos constructivistas en los que me has estudiado algunos de los problemas fundamentales planteados por las nuevas técnicas y nuevos pan cereales y viviendo rascacielos de vidrio inspirados en Paul Scheerbart, un edificio de oficinas con 8 plantas en hormigón armado, y dos casas de una sola planta. las casas de este grupo, junto con el poco conocido proyecto para la casa Lessing, resumen la dialéctica existente del trabajo de Mies. en la Casa de Campo de hormigón, el juego se disuelve en una forma con extremidades extendidas a modo de esvástica; en la casa Lessing, se descompone en cubos más pequeños que se mezclan unos con otros escalonadamente; la casa de campo en ladrillo, se sustituyen por un sistema de planos. Esta progresiva fragmentación y articulación, en la que la forma externa en la casa refleja su subdivisión interna, la influencia directa de las cosas del estilo libre inglés, de Berlage y de Wright