Págs.. 190-214. “Diagramas de energía”
Continuidad del organicismo. La obra de Toyo Ito La obra de Toyo Ito (1941) arrancó de la influencia de Arata lsozaki, Kiyon Kikutate y Kazuo Shinohara, y ha seguido una evolución hacia las formas la metáfora orgánica, constituyendo la Mediateca en Sendai (1995-2001) emblema de esta arquitectura que actúa corno un complejo sistema ambiental y que se configura en relación a su contexto. Toyo Ito intentó que la Mediateca fuera lo más inmaterial posible, diluyendo los límites entre el exterior urbano y el confort del interior;intenta ser una arquitectura de límites difusos, es decir, transparente, homogénea y flotante, un espacio líquido que interactúa con el entorno. La Mediateca obedece a la voluntad del nuevo alcalde de Sendai que quiso ofrecer un edificio símbolo de democracia, transparencia, honestidad y cultura.Por esto se plantea como una especie de superposición de plazas, espacios públicos, en un edificio sin ceremonias, de acceso libre y gratuito; los usuarios disfrutan de una planta baja que en verano está totalmente abierta a la avenida de los keyakis (los árboles autóctonos que inspiraron la forma de estructura) y de unas plantas superiores que transmiten la sensación de estar paseando sobre las plataformas de un parque elevado en lugar de por el interior de un edificio. Interior y exterior están relacionados por un alto grado de sociabilidad. Con los más avanzados medios tecnológicos, estructurales y de climatización natural y artificial, el edificio remite a una racionalidad primitiva transparente y fundacional.
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Págs. 115-158. “Metrópolis”
La única alternativa para conseguir que los tejidos urbanos históricos no sean engullidos por el sistema turístico y sus habitantes paulatinamente expulsados radica en conseguir que las administraciones y los operadores turísticos inviertan en la calidad de vida de dichos lugares a través de cuotas, impuestos y tasas. Es decir, que los beneficios del turismo se repartan entre todos y todas, potenciando lógicas de redistribución del éxito: favoreciendo políticas sociales de vivienda; revisando continuamente el plan de usos y el equilibrio de los comercios, para evitar que las tiendas de alimentación se sustituyan por bares y restaurantes, tiendas de moda y de souvenirs promoviendo la calidad y mantenimiento del espacio público; y realizando equipamientos específicos para la vida cotidiana -guarderías, centros de asistencia primaria, bibliotecas, escuelas para adultos, etc.- que complementen los equipamientos genéricos -museos e instituciones- que ya poseen estos barrios.
Otra clave es la creación de auténticos espacios públicos de dominio público. No como la Potsdamer Platz en Berlín, con una Sony Plaza que tiene unas reglas de régimen interno exclusivas y privadas que lo prohíben casi todo y solo permiten consumir. Las Normas del Civismo en Barcelona del año 2005 tomaron, entre otros precedentes, las reglas de la Sony Plaza, que prohíben la venta ambulante, interpretar música y actuar, mendigar, manifestaciones políticas y propaganda, ir en bicicleta y en patín, los perros deben ir con correa y no se puede alimentar a las palomas, ni llevar globos o lanzar fuegos artificiales; cualquier infracción se castiga con una multa. La paradoja es que Barcelona, una ciudad real, se haya inspirado en las reglas de un centro comercial tematizado; es decir, una ciudad no real. En la actualidad se considera a Barcelona la ciudad más normativa y represiva de España.
Los auténticos espacios públicos serían lugares como el Centro Cultural de Sâo Paulo (CCSP), de Luiz Benedito Tellez y Eurico Prado Lopes, y el SESC Pompeia de Lina Bo Bardi, también en São Paulo; la Biblioteca Pública en Seattle, Estados Unidos, de Rem Koolhaas y Joshua Ramus; o la Mediateca, en Sendai, Japón, de Toyo lto; lugares de acceso libre y que ofrecen servicios gratuitos.