Esta casa –proyectada algo más tarde– en continuidad con la investigación formal iniciada con la casa Iribarren en Sorauren, se desarrolla en base a un programa más amplio pensado para una vivienda unifamiliar como residencia habitual.
En un hermoso paisaje, dominando el entorno desde una ladera, en la composición general tripartita destaca la parte central, única cubierta a dos aguas y apoyada en la cercha triangular, como expresión de la zona pública de la casa -a modo de una continua sala pasante- tanto en lo que se refiere a su atrio exterior, como al patio interior que organiza la vivienda en dos plantas.
El empleo de los materiales: bloque de hormigón en los cuerpos laterales o privados de la casa y estuco blanco para la zona pública, apoya esta idea compositiva por partes y prolonga la misma meditación sobre las formas vernáculas en referencia analógica a las hermosas casas situadas en el área en torno.