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 Ecologistas del agua. No es necesario que nos extendamos acerca de la importancia del agua, algo esencial para la supervivencia de la humanidad. ¿Cómo tener en cuenta este elemento vital en los edificios ecológicos y como utilizarlo?. ¿Porque el agua también es una fuente de energía limpia?. Iniciamos este viaje acuático en busca de eco-constructores que no siguen precisamente la corriente.


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Construcción de un pueblo de 50 casas y un centro multidisciplinar para una comunidad de Bajau.


"Los Bajau, a veces conocidos como "los nómadas del mar", viven en el sudeste asiático, entre Brunei, Filipinas, Indonesia y Malasia. Este grupo étnico posee su propia lengua y cultura y un estilo de vida que resulta de una armonía con el ambiente marino del cual dependen económica y espiritualmente. Viven en pequeñas casas sobre pilotes construidos adyacentes a su sitio de pesca, casas a las que se refieren como "botes fijos". 
Una comunidad de 350 habitantes, privada de recursos debido a la piratería y la intensiva pesca industrial, huyó del sur de Filipinas para establecerse en Isabel, una ciudad de 40,000 habitantes donde construyeron un pueblo junto al lago. Expatriados e indocumentadas, enfrentan discriminación y rechazo por parte de la población local. A pesar de abandonar su vida como gitanos marinos, continúan viviendo en simbiosis con el agua y su actividad principal es la pesca.
El proyecto humanitario del colectivo Ikiko -una asociación francesa fundada en mayo de 2016 por Christophe Cormy Donat, joven arquitecto graduado de la École Spéciale d'Architecture de Paris- es ayudar a los habitantes de la aldea a través de capacitación, educación para los niños y la creación de empleos ecológicos. La protección del medio ambiente es también uno de los puntos esenciales del programa de la ONG. 
Para fortalecer la autonomía de los Bajau, el arquitecto y su equipo construyeron un primer edificio que alberga una escuela y un centro de reciclaje donde se recogen las bolsas y botellas de plástico que ensucian la playa, las calles y los parques de Isabel. Después de clasificar, limpiar y cortar en carretes de hilo, los desechos plásticos se convierten en la materia prima para hacer telas y todo tipo de objetos (alfombras, lámparas, accesorios de moda, etc.) y al mismo tiempo proporcionan una solución para el manejo de desechos. La venta de estos objetos constituye una nueva forma de ingresos para el pueblo de Bajau y, por lo tanto, ayuda a garantizar su autonomía financiera. Ocupando un nuevo sitio dentro de los manglares, el centro de reciclaje es un escaparate para el uso de materiales reciclados: paredes tejidas o tejidas en bolsas de plástico, nudos de plástico, etc. También es el corazón de una nueva orilla del lago. Pueblo de 50 casas sobre pilotes, construido por los habitantes con materiales locales. El traslado de la comunidad a la nueva aldea en 2017 permitirá que cada familia tenga un título de propiedad y una existencia lega."


Texto extraído de la exposición: Premio Europeo de Arquitectura Philippe Rotthier 2017: "Agua, Arquitectura y Ciudad".


 


 

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