Es uno de los edificios característicos de Nueva York. Originalmente se le llamó Edificio Fuller, en honor al fundador de la empresa que lo construyó y que falleció dos años antes de su finalización, pero con el tiempo se impuso el apodo con el cual siempre fue denominado, Edificio Flatiron, haciendo referencia a su planta en forma de cuña, que recuerda la forma de una plancha doméstica de la época.
Aquellos primeros rascacielos fueron una de las expresiones arquitectónicas con las que se consolidaba la civilización industrial, su altura representaba simbólicamente su poderío y su fundamento esencial de belleza. El rascacielos es uno más de los artefactos de progreso nacidos del desarrollo tecnológico moderno, en la escuela de Chicago, de la que Burnham formaba parte, con la idea de organizar el funcionamiento de la ciudad en el centro. A la cristalización de esta idea ayudaron la utilización del acero como material constructivo, las herramientas eléctricas y la invención del ascensor por Elisha Otis en 1853.
El estilo del edificio personifica una corriente pionera que trabajaba con nuevos materiales y técnicas constructivas, además de ser precursores en la construcción de los primeros rascacielos (Escuela de Chicago). Esta construcción representa perfectamente a una columna griega clásica, a medida que los pisos se elevan se divide en base, fuste y capitel. La parte inferior es de piedra caliza y en la parte superior cambia a terracota esmaltada de Atlantic Terra Cotta Company y gracias que se añadió el acero en su estructura, se pudo elevar el edificio hasta alcanzar los 87 metros de altura y 22 plantas. En la base se pueden ver ventanas recubiertas de cobre mientras que, en la parte superior, correspondiente al fuste, puedes ver ladrillos con ondulaciones que quieren emular miradores. En la última parte, el capitel, si te fijas puedes ver arcos y columnas coronados por una cornisa y un techo plano con balaustrada.
La parte más estrecha, que emula la proa de un barco, refuerza la idea de columna griega que se quería transferir al edificio ya que crea la ilusión de una columna independiente y colosal. Su construcción fue muy rápida, el acero estaba pre-cortado y eso permitió construir un piso por semana. Estrecho y aislado, el esqueleto se compone de 3500 toneladas de acero, con refuerzos cruzados para hacer frente a los fuertes vientos de la zona. El edificio albergaba 6 ascensores hidráulicos «rápidos» y sus propias plantas de vapor y eléctrica.
José Luis MOLINA