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FRAMPTON, K., Historia crítica de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona,1987. 


pág.12-19  "Transformaciones culturales: la arquitectura neoclásica, 1750-1900."


 "La labor de integrar la teoría de Cordemoy y la obra magna de Soufflot para formar la tradiciòn académica francesa recayó en Jacques-François Blondel, quien, tras abrir su escuela de arquitectura en la Rue de la Harpe en 1743, se convirtió en el maestro de esa generación de arquitectos denominados ‘visionarios’ que incluía a Étienne-Louis Boullée, Jacques Gondouin, Pierre Patte, Marie-Joseph Peyre, Jean-Baptiste Rondelet y Claude-Nicolas Ledoux, probablemente el más visionario de todos.


Ledoux, después de que su carrera quedase truncada por la Revolución, volvió a desarrollar durante su encarcelamiento el proyecto de las salinas que había construido para Luis XVI en Arc-et-Senans entre 1773 y 1779. Amplió la forma semicircular de ese conjunto para formar el corazón representativo de su ciudad ideal de Chaux, publicada en 1804 bajo el título L’Architecture de la législation. La propia salina semicircular -que convirtió en el centro oval de su ciudad- puede considerarse uno de los primeros ensayos en el campo de la arquitectura industrial, en la medida en que integraba conscientemente las unidades productivas con los alojamientos de los obreros. Cada elemento de este conjunto fisiocrático se modeló de acuerdo con su carácter. Así, las naves para la evaporación, situadas en el eje transversal, tenían cubiertas muy altas, al modo de los edificios agrícolas, y un acabado de sillería lisa con aderezos almohadillados; en cambio, la casa del director, colocada en el centro, presentaba cubiertas bajas y frontones, tenía todos sus muros almohadillados y estaba adornada con pórticos clásicos. Aquí y allá los muros de las naves de la sal y de las casas de los obreros mostraban relieves de grotescos borbotones de agua petrificada, que no sólo simbolizaban la solución salina de la que dependía la empresa, sino que indicaban también que el sistema productivo y la fuerza de trabajo tenían un rango similar dentro del proceso.


Pág.102-106. “Tony Garnier y la Cité Industrielle, 1899 -1918” 


Aunque en Roma Garnier hubiera estado influido por otros importantes urbanistas franceses, tales como Léon Jaussely y Eugéne Hénard, cuyos primeros artículos sobre transformación urbana aparecieron en 1903, la contribución única de su ciudad radicaba tanto en el extraordinario nivel que fue desarrollada como en EL 'modernismo' de su visión. El proyecto de Garnier no sólo estipulaba los principios y la maqueta para una hipotética ciudad industrial; también delineaba, a diversas escalas, la sustancia específica de su tipología urbana, dando el mismo tiempo indicaciones precisas en cuanto a la modalidad de su construcción en hormigón y acero. No se había intentado nada tan comprehensivo desde la ciudad ideal de Ledoux en Chaux, en 1804. Aunque Une Cité industrielle no fue publicada hasta 1917, la contribución de su autor al urbanismo contemporáneo fue ya reconocido 1920, cuando Le Corbusier incluyó algunas público material de folio de la Cité en la revista purista L'Esprit Nouveau.


 


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