FUSCO, Renato de., Historia de la Arquitectura Contemporánea. Edit. Celeste. Madrid, 1975.
Págs.371-381...Otra de las constantes del estilo de Aalto podría ser de tipo morfológico, considerando aquellos rasgos que, superando el rigor esquemático y geométrico del racionalismo, llegaron a convertirse en un arquitecto orgánico, en un paralelo europeo de Wright. Y, efectivamente, la villa Mairea (1938), la Baker House, en el MIT (1947) y la Casa de la Cultura de Helsinki (1955-58)- solamente tres obras, muy diferentes entre sí y alejadas por citar en el tiempo- comparten una libertad estereométrica y una fluencia formal que es desconocida para los racionalistas. Debido a este acento morfológico, denominado como «irracionalismo positivo», se ha comparado muchas veces la obra de Aalto a las formas de Miró y de Arp. Sin embargo, aunque el adjetivo ‘orgánico’ sea el más adecuado para clasificar la obra de este arquitecto, uno de los poquísimos que no escribe nada sobre su propia poética, y aunque en el plano linguístico aparecen frecuentes edificios con trazados cóncavo-convexos y plantas <>, estas caracterÍsticas no agotan la gama amplísima del repertorio aaltiano. Asi, si consideramos sus obras para la industria, como la fábrica de celulosa de Sunila (1936-39), el taller Ahlström en Karhula (1944) o las construcciones más típicamente urbanas, como el Instituto Nacional de Pensiones en Helsinki (1952-56), la Casa de los Ingenieros, de 1952, o el «Rautatalo», terminado en 1954 en la misma ciudad, parecería que el rigor geométrico representa la regla, mientras que las formas libres constituyen la excepción.