... Sería la propuesta ganadora de Aalto para el concurso del sanatorio de Paimio, celebrado en 1928, la que consolidaría el estilo funcionalista fundamental de su primer período maduro (1927-1934)....
... En su carrera posterior, Aalto iba a considerar el cambio desde la expresión del hormigón armado a la madera y los materiales naturales como algo de la mayor importancia para el desarrollo de su arquitectura. Veía sus muebles laminados como ejemplos de un enfoque intuitivo, indirecto y más crítico del diseño, un enfoque que era capaz de lograr un entorno más receptivo y conjugado que el que se conseguía habitualmente aplicando una lógica lineal. Y así, en 1946, con ocasión de una exposición de sus muebles en Zúrich, escribía:
Para lograr objetivos prácticos y formas estéticas válidas en relación con la arquitectura, no siempre se puede empezar desde un punto de partida racional y técnico; incluso tal vez no se pueda nunca. La imaginación humana ha de tener espacio libre para desplegarse. Éste solía ser el caso con mis experimentos de madera. Los juegos puramente formales, sin función práctica alguna, después de haber pasado diez años. […] El primer intento de construir una forma orgánica a partir de volúmenes de madera sin usar técnicas de corte condujo más tarde, tras casi diez años, a soluciones triangulares que tenían en cuenta la orientación de las fibras de madera. La parte vertical portante de la forma de los muebles es realmente la hermana menor de la columna arquitectónica.
Este enfoque orgánico del diseño se aprecia ya en los detalles de la biblioteca de Viipuri y del sanatorio de Paimio, esas obras maestras de finales de la década de 1920 que, aunque construidas en hormigón armado, todavía brindaban a Aalto la ocasión de ampliar los preceptos del funcionalismo para incluir la satisfacción de toda una gama de necesidades físicas y psicológicas (compárese con el enfoque ‘biológico’ de Richard Neutra). La preocupación que a lo largo de toda su vida mostró Aalto por la atmósfera general de cada espacio, y por el modo en que podía modificarse mediante la receptiva filtración de calor, la luz y el sonido, quedó completamente plasmada por primera vez en estas dos obras. En Paimio, las salas para dos personas estaban cuidadosamente dispuestas para satisfacer las necesidades de los pacientes no sólo con respecto al control ambiental, sino también en cuanto a la identidad y la intimidad: la luz y el calor directos se mantenían lejos de la cabeza del paciente, mientras que los techos estaban coloreados para reducir el resplandor y los lavabos estaban diseñados para que funcionasen sin hacer ruido....
En general, los principios de la ‘planta libre’ adoptados en la biblioteca y el sanatorio establecieron el enfoque orgánico de la arquitectura por parte de Aalto, un enfoque que pese a toda su inherente libertad pocas veces adoleció, en términos formales, de falta de control. El interés de Aalto por la modificación del entorno y por la naturaleza intrínseca del emplazamiento dio a su obra una singular continuidad entre el periodo funcionalista de finales de la década de 1920 y la fase más expresiva de su trabajo, que comenzó a principios de la década de 1940. De esta actitud antimecanicista, escribía en 1960:
Hacer que la arquitectura sea más humana significa hacer mejor arquitectura, y significa un funcionalismo mucho más amplio que el meramente técnico. Este objetivo puede alcanzarse sólo con métodos arquitectónicos: mediante la creación y combinación de distintos objetos técnicos de tal modo que proporcionen al ser humano la vida más harmoniosa.
...En un congreso sobre hormigón armado celebrado en París en 1928, conoció la obra de Duiker (págs. 137-138), cuyo sanatorio Zonnestraal, de hormigón armado, fue el punto de partida para la propuesta que el propio Aalto presentó al concurso del sanatorio de Paimio, convocado en enero de 1929. A partir de este momento, Aalto quedó decididamente bajo el influjo del Constructivismo, tanto del holandés como del ruso, en especial el plasmado en la obra de Duiker y en los proyectos urbanos de los grupos de N. A. Ladóvsky: Asnova y ARU. Los proyectos geométricos en serie propuestos en diferentes momentos por ARU (Asociación de Arquitectos Urbanos) como el del barrio Kostino de Moscú, diseñado por Ladóvsky en 1926, son obviamente el origen del recorrido de entrada y las formaciones paisajistas en serie que aparecen en Paimio. Además de reflejar el planteamiento urbano de ARU, este sanatorio marcó también un punto de inflexión en cuestiones de detalle, pues en él abundaban las citas constructivistas.
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Págs.351-381... Pero si ello es cierto para muchos de sus edificios, no constituye un carácter invariante para la totalidad de su obra. En efecto, las obras que realiza Aalto en torno a los años treinta, la biblioteca de Viipuri (1927-35), la sede del diario “Turun-Sanomat” (1929) y el sanatorio de Paimio (1929-33), aunque de forma fuertemente creativa, participan sin embargo en el “gusto” de la arquitectura internacional de los años treinta.
El sanatorio de Paimio Conseguido también por Aalto a través de un concurso y realizado entre 1929 y 1933, este edificio consta de tres cuerpos. El primero, que contiene las habitaciones de los pacientes, con 290 camas, tiene seis pisos de altura y está orientado al sudeste; el segundo, alberga los comedores y los salones, y el tercero, se destina a cocinas y servicios; la residencia de los médicos y de los enfermeros se sitúa en edificios independientes. El sanatorio se inspira en dos premisas: la de respetar el trazado del terreno y la de aprovechar al máximo las orientaciones a efectos terapéuticos. Por la mañana los enfermos se colocan en el lado más cálido, mientras que, por la tarde, cuando el sol ya se ha desplazado hacia el oeste, se trasladan a un bloque orientado en esa dirección. En los extremos de cada uno de los pisos del bloque de habitaciones, caracterizado por una articulación muy sencilla de bandas macizas y de ventanas, existen además terrazas y balcones, destinados también a la helioterapia, que enriquecen notablemente los testeros del edificio, hasta el punto de que convierten esta parte en la más emblemática y expresiva de todo el conjunto. El sanatorio se adapta al gusto racionalista, aparentemente, mucho más de lo que lo hace la biblioteca de Viipuri. Pero también aquí, donde Aalto adquirió fundamentalmente su calificación como arquitecto orgánico, y sobre todo en el interior, diseñando todos los elementos móviles y fijos, logra aplicar un cuidado y un esfuerzo por la calidad propios de la artesanía en el ámbito de los objetos manufacturados producidos por la industria. Es también de gran interés la estructura portante del bloque principal; está formada por un grueso machón central que, proyectándose hacia lo alto, soporta en voladizo los forjados de uno y otro lado. Desde el punto de vista funcional, muchos autores han definido este sanatorio para tuberculosos como una <>; desde el punto de vista lingüístico, como ha observado Benevolo a propósito de lo que une y lo que separa la arquitectura de Aalto de la de los tradicionalistas, el autor, en este edificio, <>8. Esta tendencia a desarrollar de diversas formas, por motivos orográficos, razones funcionales o por tendencias del gusto, bloques lineales y estereométricos; una composición arquitectónica, por tanto, más orgánica en su sintaxis que en su morfología.
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págs.23-27 "Finlandia, al igual que el resto del mundo, ya luchaba contra la tuberculosis antes de la II Guerra Mundial. En 1928 se convocó el concurso para la planificación del Sanatorio antituberculoso de Paimio ( en el sudoeste de Finlandia, a unos treinta kilómetros de la ciudad de Turku) y su resultado se hizo público al año siguiente. La propuesta de Aalto resultó ganadora y sus planos se caracterizados por unsímbolo que presentaba una en forma de L. La idea de emplear este tipo de ventana en las habitaciones de pacientes la tomó André Luçart. Sin embargo, durante la fase de construcción, fueron sustituidas por las tradicionales ventanas rectangulares debido a razones prácticas. De la misma manera, el tejado a dos aguas previsto para el edificio principal y el de una vertiente para las casas del personal situadas alrededor se cambiaron por un tejado plano.
En el proyecto desarrollado según las bases del concurso, Aalto distribuyó las diferentes funciones del edificio en cada una de las cuatro partes que se agrupan libremente alrededor de la entrada; la parte principal (compuestaa por el pabellón de pacientes y el de reposo); el ala con salas comunes y de servicios administrativos, y el ala de servicios y la central térmica situadas al este, detrás de la anterior. Todas estas partes se unen en la zona de entrada, donde se encuentran los ascensores y las escaleras que conducen a los pisos superiores.
Dominan el complejo pabellón de pacientes (que cuenta con una altura de seis pisos y está orientado hacia la luz del sur), y el pabellón de reposo (que está unido al anterior en diagonal). Al norte se encuentra una parta más baja en la que se aloja la cafetería, la cocina y las salas comunes. Para el patio que se sitúa entre los dos pabellones mencionados, se eligió una solución en perspectiva aparente siguiendo la tradición del "Cour d´Honneur". Tras la decisión de la ciudad de Turki de participar en el proyecto, se construyeron tres pisos más de los previstos inicialmente debido a que el número de plazas necesitadas aumentó. La fase de construcción del sanatorio se desarrolló entre los años 1929 y 1932. El edificio está formado por una estructura de pilares de hormigón y por paredes externas de ladrillo. La única excepción la constituye el pabellón de reposo, que fue la ogra de hormigón más grande de una pieza que existió en Finlandia en su momento. Aalto utilizó la construcción de hormigón armado como medio estético y la destacó sisiblemente.
En su forma originaria, el Sanatorio de Paimio fue uno de los edificios que Aalto decoró en su totalidad. Diseñó cada uno de los detalles, desde las escupideras hasta los lavabos. Muchas de sus ideas decorativas más significativas están relacionadas con este aspecto. El ángulo entre el respaldo y el asiento de la conocida silla Paimio debía facilitar la respiración del paciente, según las palabras de Aalto.
En la proyección de las habitaciones de paciente. Aalto centró su atención que que todo resultara tan acogedor como fuese posible y en que nada molestase a los pacientes. Las habitaciones, que contaban con calefacción en el techo, estaban pintadas con colores relajantes.
Desde las camas se disfrutaba de una vista al bosque de pinos circundante y las fuentes de luz se encontraban fuera del campo de visión de los pacientes que permanecían postrados en cama. Además, los lavabos estaban diseñados para que el agua no produjese ningún tipo de ruido ni salpicadura.
Los coleres previstos por Aalto tenían por objetivo reanimar elfuncionalismo de los vlancos hospitales. La escala de colores de los espacios destinados a los pacientes estaba muy ligada a la tierra y la de los espacios comunes era clara. En el exterior, las barandillas y marquesinas del pabellón de pacientes estaban decoradas en naranja. El de talle de colorido más conocido en la escalera amarilla. En el interior del edificio, Aalto empleó gráficos que servían de ayuda para orientarse.
El plan general preveía la construcción de las viviendas para los empleados del Sanatorio junto a dicho edificio; una casa unifamiliar para el médico jefe, asas adosadas para el resto de médicos y un edificio de viviendas para el personal administrativo. Al lado se construyó una sauna en forma de abanico, uninvernadero y un tanatorio. Con posterioridad se levantó una casa pareada para los médicos y una residencia para el personal. En los años cincuenta, Aalto diseñó otra ala de servicios. En la década de los sesenta, el complejo se transformó en un hospital normal. La reforma realizada en 1963, que transformaba el pabellón de reposo al aire libre en habitaciones de pacientes separadas, supuso un cambio decisivo que influyó en el aspecto del edificio.
El Sanatorio de Paimio ya llamaba la atención antes de la II Guerra Mundial como una de las obras centrales de la arquitectura moderna, lo que supuso el salto a la fama internacional del arquitecto. La transformación posterior del complejo en un hospital normal trajo consiguo numerosas reformas y nuevas construcciones. Sin embargo, se ha mantenido el aspecto original de una de las habitaciones de pacientes".
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Págs. 207-222 ".... Formas escalonadas.También en la cubierta se juega una parte importante de la capacidad bioclimática del edificio. Desde un punto de vista arquitectónico es el elemento básico de expresión y también el que otorga orden y armonía al entorno. Desde el punto de vista energético es el lugar del aprovechamiento de la energía solar y del agua. De hecho, el contacto del sol con los edificios se produce básicamente en la parte alta de las fachadas y en las cubiertas. Tal como reclamaban los maestros de la arquitectura moderna, las cubiertas pueden convertirse en jardines suspendidos, en nuevas áreas verdes. Y esta exigencia sigue siendo vital para humedecer, descontaminar y enriquecer nuestras metrópolis artificiales.
Las formas aterrazadas son las que mejor permiten a todo el volumen del edificio integrase en el entorno y aprovechar las ventajas de la insolación, ventilación y creación de terrazas. Algunos ejemplos de la mejor arquitectura racionalista dedicada a hospitales -como el Sanatorio en Paimio (1929-1933) de Alvar Aalto y el Sanatorio Zonnestrad en Hilversum (1926-1928) de Johannes Duiker y Bernard Bijvoet- nos lo muestran claramente. De hecho, los inicios de la arquitectura moderna están llenos de ejemplos de arquitecturas escalonadas, más o menos utópicos: los proyectos de unidades de vivienda y hoteles de Adolf Loos, a principios de los años veinte; los apartamentos y hoteles gigantescos de Henry Sauvage a finales de los años veinte; o el rascacielos en forma de pirámide proyectado por Walter Gropius en 1929."
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Págs. 621-669. ”Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras. Los progresos de la arquitectura europea entre 1930 y 1940”
4.- Los países escandinavos.
Aalto debuta en Turku, alrededor del año 1925; es conocido pronto en Finlandia y en el extranjero por el edificio del diario Turun Sanomat, construido entre 1928 y 1930, según correctas y rigurosas formas internacionales; en 1929 participa en el segundo Congreso de los CIAM, en Frankfurt; inmediatamente después gana el primer premio en el concurso para el sanatorio de Paimio y realiza su primera obra maestra.
Los elementos son los canónicos: muros revocados, zócalo oscuro, ventanas horizontales continuas, habitaciones todas iguales y rítmicamente repetidas, pero asumen un significado nuevo, debido a la sabia rotación de los cuerpos de fábrica y la oblicuidad de las conexiones, sistemáticamente empleadas para quitar a los volúmenes rigidez geométrica y acoplarlos con el paisaje. En los primeros edificios modernos la constancia del ángulo recto sirve sobre todo para generalizar el procedimiento de composición, creando a priori una relación geométrica entre todos los elementos, por lo cual todos los contrastes pueden resolverse ya de forma geométrica, equilibrando las líneas, las superficies y los volúmenes. El empleo de las oblicuas crea un proceso opuesto de individualización o de concreción de las formas, dejando subsistir descompensaciones y tensiones que se equilibran por la consistencia física de los elementos o por el ambiente que los rodea. La arquitectura pierde rigor demostrativo, pero adquiere más calor, riqueza, cordialidad y, en definitiva, amplía su radio de acción, puesto que el proceso de individualización parte de método generalizado ya adquirido y lo presupone.
En este edificio se evidencia, con una fuerte anticipación respecto a todo el movimiento europeo, una tendencia que, cinco o seis años más tarde, estará presente en muchos lugares, incluso en la producción de Gropius desde su estancia en Inglaterra.