Págs.109-136 .“La ingeniería y la arquitectura en el siglo XIX”
La idea de los techos "curvilíneos" aparece por primera vez en un documento leído por Sir G. S. Mackenzie en 1815, en la Sociedad de Horticultura de Londres. Ésta fue inmediatamente aceptada por el horticultorista T. A. Knight, de Downton Castle, Shropshire, hermano del más famoso Richard Payne Knight, y por el jardinero y periodista Loudon. Fue Loudon quien en 1817 y 1818 sugirió las formas que entonces se hicieron corrientes. Por 1830 existían en Inglaterra un buen número de grandes invernáculos con techos curvos o con cúpulas, tal como el invernadero circular de Breton Hall en Yorkshire, que tenía 100 pies (30 m.) de diámetro y 60 pies (18 m.) de alto. Este fue seguido por el invernadero de Chats Worth que Joseph Paxton (1801-65) levantó para el duque de Devonshire en 1837- 40, y que tenía 277 pies (83,10 m.) de largo, 132 pies (39,60 m.) de ancho y 67 pies (20,10 m.) de alto.
Con ellos estaba preparado el escenario para la aparición del Crystal Palace en 1851, recinto de la primera de las exposiciones internacionales, profesión de fe en el hierro tan afirmativa como la del más grande de los puentes suspendidos. Pero antes de llegar a esto debemos hacer una breve consideración sobre otros pocos hechos.
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Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”
La estructura libre del edificio de exposición no presentaba ninguno de los problemas de la estación terminal, ya que allí donde difícilmente podían surguir las cuestiones propias de un contexto cultural, el ingeniero reinaba con carácter supremo. Esto fue lo que sucedió muy en especial en el caso del Crystal Palace de Londres, construido para la Gran Exposición de 1851, donde al jardinero Joseph Paxton se le dio carta blanca para proyectar de acuerdo con un método para la fabricación de invernaderos que él había desarrollado a través de una aplicación rigurosa de los principios de Laudon. Paxton había perfeccionado su método en una serie de invernaderos construidos para el duque de Devonshire, en Chatsworth. Cuando en el último instante se le encargó el proyecto para el Crystal Palace pudo presentar, en sólo 8 días, un enorme invernadero octogonal de tres cuerpos, cuyos componentes eran virtualmente idénticos a los del invernadero gigante que había construido en Chatsworth, el año anterior. Excepto los tres porches de entrada simétricamente dispuestos, su perímetro acristalado era ininterrumpido. Sin embargo durante su aplicación, fue preciso preparar un esquema revisado a fin de conservar un grupo de árboles ya crecidos. Puesto que la restante oposición a la Gran Exposición de 1851 se centró en esta cuestión de preservación de árboles, Paxton advirtió en seguida que estos molestos obstáculos podían quedar fácilmente acomodados, mediante un transepto central con un techo alto y curvado, y así surgió la doble simetría de la forma final.
El Crystal Palace no era tanto una forma particular como un proceso de construcción puesto de manifiesto como sistema total, desde su concepción inicial, fabricación y traslado hasta su erección y desmantelado final