Págs.. 61-84.“ La época de la reorganización y los orígenes de la urbanística moderna (1983-1850)”
El experimento que representa introducir el gótico en los proyectos corrientes se debe a la restauración de edificios medievales, que comienza en el primer Imperio y se multiplica durante la Restauración. Napoleón, en 1813, hace restaurar-con éxito desastroso- el interior de Saint-Denis para incluir las tumbas de su familia; el mismo arquitecto J. A. Alavoine (1777-1834) restaura en 1817 la catedral de Sens, y en 1822 la de Rouen.
Al mismo tiempo dan comienzo las polémicas de los escritores sobre la conservación de los monumentos medievales secularizados y expropiados durante la Revolución y caídos en manos de particulares que los transformaron a su antojo. V. Hugo escribe la Ode sur la Bande Noire; en 1834 se funda la Société Française d'Archéologie, y en 1837 la Commission des Monuments Historiques; en la época de la monarquía de julio, el más conocido de los restauradores es J. B. A. Lassus (1807-1857) que, en 1838, trabaja en Saint-Germain-l'Auxerrois y en la Sainte-Chapelle y, desde 1845, dirige junto con Viollet-le-Duc los trabajos de Notre-Dame de Paris.
En los trabajos de restauración, los proyectistas deben abordar, necesariamente, la relación entre formas medievales y problemas constructivos. Después de 1830 estos conocimientos pasan, poco a poco, el proyecto de edificios de nueva planta, y se abordan no sólo temas decorativos o residencias para escritores vanguardistas, sino también casas de pisos normales e importantes edificios públicos.
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