Págs. 277-350. ”Introducción. La búsqueda de lo nuevo. El Art Nouveau.”
La debilidad de su postura se hace evidente en la posguerra, cuando pierde contacto con los sucesivos procesos, en sus últimas obras – el Palais des Beaux Arts de 1920 y la estación central de Bruselas del año 1925 – Horta cae en un cansado neoclasicismo, y se convierte en decidido adversario de las innovaciones de los años veinte, al provocar con su voto el rechazo a Le Corbusier en el concurso de Ginebra de 1927.
No hay otro ejemplo en la historia de un artista que haya prestado en su juventud una contribución tan grande y que decaiga después tan rápidamente, sobreviviéndose en sí mismo durante más de treinta años. Su suerte – y en menor medida la de los demás maestros del art nouveau- pone de manifiesto que los ciclos de desarrollo cultural se acortan, y que el compromiso de unos años no basta para llenar toda una vida humana.