GIEDION S., Espacio, tiempo y arquitectura. Edit. Edit. Reverté. Barcelona, 2009

pág. 505 La embajada de los Estados Unidos en Atenas, 1956-1961. Tan sólo un edificio del periodo 1953-1964 se ha seleccionado aquí para comentarlo en detalle: la embajada de los Estados Unidos en Atenas. En él, la mano de Gropius es especialmente evidente. En la fábrica Fagus (1911), Gropius había introducido varios elementos decisivos de la arquitectura contemporánea y había presentado la primera manifestación sin concesiones del muro cortina no portante de vidrio. La transparencia se elevó a la monumentalidad en las fachadas de la Bauhaus de Dessau (1926). En la embajada de Atenas se aplicó de nuevo este planteamiento, pasado por alto durante medio siglo. Tanto la transparencia como las fachadas de vidrio se mantienen, pero se integran con la organización de todo el edificio. Alrededor de la embajada cuadrada se disponen pilares exentos forrados de mármol. La cornisa sobresale suspendida y arroja sombra, pero deja una amplia hendidura abierta que actúa como un respiradero, de modo que el calor acumulado puede salir hacia arriba.

 Lo que puede apreciarse a simple vista es que una embajada, cuya actividad obliga a albergar muchos secretos, presenta en este caso una apariencia amable y acogedora. A través de la columnata abierta nos vemos conducidos a un patio interior también rodeado de pilares como los de fuera (figura 310). Este patio interior es un atrio perforado en dos de los lados y, por ello, comunicado directamente con el espacio exterior.

 La embajada está situada en una elevación junto a una avenida. Escalinatas, descansillos y barandillas bajas nos dirigen hacia el patio interior y a una pared de vidrio por la que se entra en la embajada. La construcción cúbica no tiene una fachada especialmente enfatizada; los mismos elementos se repiten en los cuatro lados: los pilares circundantes, la cornisa saliente con el amplio respiradero, y las fachadas retranqueadas de vidrio. Las dos entradas principales sólo se enfatizan desde el punto de vista espacial: una, la entrada peatonal desde la avenida principal, mediante escalinatas y descansillos (figura 307); la otra, la entrada oficial de vehículos (figura 309), por su nivel elevado y por una gran marquesina volada que penetra por debajo del edificio.

 Este edificio expresa el resultado de una evolución general desarrollada desde 1911 que no se limita a Gropius. Y ese resultado se expresa no en un planteamiento negativo, sino en impulsar hacia delante soluciones a problemas no resueltos hasta entonces: la relación entreel cerramiento y la perforación, entre la diferenciación y la repetición más nítida de partes singulares, y la capacidad del arquitecto para integrar todos esos elementos en una entidadespiritual.