Págs.106-107.“Deconstructivismo”
En 1988 el Museo de Arte Moderno de Nueva York, organizó una exposición titulada “Arquitectura Deconstructivista”. Bajo los auspicios del veterano arquitecto norteamericano Philiph Johnson, la muestra presentaba a seis arquitectos y un estudiante y, para mucha gente era la primera vez que oían hablar de “arquitectura deconstructivista” o “deconstrucción” (no hay unanimidad en cuanto al término correcto). Los arquitectos implicados eran Bernard Tschumi, Frank Gehry y Peter Eisenman, todos ellos con taller en Estados Unidos; Daniel Libeskind, de Italia; Rem Koolhaas, de Holanda; Zaha Hadid, del Reino Unido; y el estudiante austriaco Coop Himmelblau. La exposición insistió en que la arquitectura deconstructivista no era un estilo nuevo ni tampoco un movimiento, sino que este tipo de arquitectura volvía a los constructivistas rusos de las décadas de los años veinte y treinta. Pero el tema unitario en todas las piezas se podía resumir en la cita colocada en la entrada de la exposición: “No cabe duda de que la forma pura ha sido contaminada, transfomando la arquitectura en agente de inestabilidad, falta de armonía y conflicto”. Como explicó Mark Wigley, la arquitectura era una disciplina conservadora que produce forma pura, mientras que en el Deconstructivismo, ese sueño de la forma pura quedaba perturbado y se convertía en una pesadilla. En la práctica, la arquitectura que resulta de esa pesadilla consiste en una colección desconcertante de planos casualmente colocados y líneas retorcidas que, al combinarse todo, crean el efecto de que la estructura está a punto de derrumbarse. En inútil decir que la construcción de muchos de estos edificios se quedan en planos sobre papel.
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págs.141-158.“Modernidad, vanguardias y neovanguardias”
De todas formas, en las neovanguardias arquitectónicas se reproduce la dualidad de posiciones que ya se expresaba a principios de siglo. Por una parte, la tendencia a la máxima abstracción y a las formas geométricas puras, con todo lo que comporta de sistematicidad y recurrencia a un método que busca exponerse de manera didáctica. Es el caso de Peter Einsenan, Bernard Tschumi, Rem Koolhaas o Kazuo Shinohara, autores que acompañan siempre sus proyectos con textos, diagrama, exposiciones y narraciones. Y por otra parte, la exploración del terreno oscuro de lo irracional, tal como había sido promovía por el surrealismo, en la obra de aquellos autores que han preferido explorar campos del inconsciente, recuperando mecanismos como el de la escritura automática. Véanse las casas de Frank Gehry que explicitan la estructura laberíntica del inconsciente, los proyectos del equipo Coop Himmelblau partiendo de dibujos automáticos, o la mezcla de poesía, pintura arquitectura que han planteado autores como John Heda o Adolfo Natalini.
El espíritu vanguardista es, por lo tanto, consustancial al hombre contemporáneo y a pesar de las reales crisis de la modernidad, vuelven a resurgir estrategias innovadoras.
Págs.159-180. Estas influencias mutuas han aumentados en los últimos años: una parte de la arquitectura ha planteado su artisticidad y conceptualidad como valor máximo. Las esculturas edificio de Frank Gehry, del grupo SITE o de la Coop Himmelblau pretenden permanecer en el lugar no por su solidez, contundencia, trascendencia o monumentalidad sino por ser obras de arte singulares, frágiles y auténticas.
... En definitiva, se puede establecer que la influencia de las artes figurativas sobre la arquitectura se manifiesta en diversos niveles.
1- En primer lugar, puede existir una influencia directa de tipo mimético. Las artes plásticas aportarían nuevos repertorios formales que la arquitectura podría utilizar directamente en sus formas. Es el caso de Alison y Peter Smithson utilizando su repertorio morfológico de cluters o de R. Venturi utilizando el recurso pop de citas literales a los ordenes clásicos.
2- Más allá de esta transposición formal, existiría un segundo nivel de entrecruzamientos más profundo al establecer una relación estructural o mental; no copiar las formas sino los procesos, métodos y criterios que están en la base de dicha corriente artística. Es lo que sucede con Peter Eisenman y el arte conceptual o con Frank Gehry y la Coop Himmelblau y la re-interpretación de los mecanismo creativos del surrealismo.
3- Habría un tercer nivel de influencias más profundo y disciplinar. Cada nueva propuesta en el campo de las artes o del pensamiento impulsaría a la arquitectura a rastrear en sus propias tradiciones arquitectónicas con el objetivo de hacer emerger nuevas formas enriquecedoras. Esto es lo que sucede con Tadao Ando, que por su afinidad a la estéticas minimalista busca en la propia tradición del espacio japonés los conceptos de sencillez y simplicidad, con Giorgio Grassi y Antonio Monestiroli en que la búsqueda de lo esencial les conduce a los repertorios tipológicos, o con Charles Moore cuando el gusto pop le lleva a reivindicar la arquitectura tradicional de los indios americanos....
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