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Otto Wagner

WAGNER, Otto

  • Arquitecto
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  • 1841 - Penzing . Austria
  • 1918 - Viena . Austria
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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 13-33.“El Art Nouveau, 1890-1910” 


En Austria, el espíritu liberal y racionalista quedó encarnado en la obra de Otto Wagner, el arquitecto más célebre de su tiempo. Con respecto a la divisoria ideológica, Wagner estaba situado en el lado opuesto al de Camillo Sitte (1843-1903), cuyo libro Construcción de ciudades según principios artísticos (1889) –que llegaría a ejercer una influencia internacional-, había fomentado un modelo urbano de espacios irregulares y cerrados, basado en la ciudad medieval. Para Wagner, por el contrario, la ciudad moderna debía consistir en una retícula regular de calles de longitud indefinida que contendría nuevos tipos de edificios como bloques de viviendas y grandes almacenes. Entre sus edificios, el racionalismo de Wagner alcanza su punto culminante en la Caja postal de Ahorros de Viena (1904-1906). Sin embargo, es un racionalismo que no abandona el lenguaje alegórico del clasicismo, sino que lo amplía. En esta sede bancaria encontramos una ornamentación figurativa alegórica; pero hay también metáforas más abstractas, como las redundantes cabezas de los pernos de la fachada (en realidad, el delgado revestimiento de mármol está unido con mortero a un muro de ladrillo). Esas piezas, al igual que la funcional sala de operaciones construida con vidrio y metal, son tanto símbolos como manifestaciones de la modernidad.


En 1893, Wagner fue nombrado director de la Escuela de Arquitectura de la Akademie der bildende Künste de Viena, donde entró en estrecho contacto con una joven generación de diseñadores. Sus dos alumnos más brillantes fueron Joseph Maria Olbrich (1867-1908) y Josef Hoffmann (1870-1956). Wagner contrató a Olbrich como delineante jefe de su proyecto para el Stadtbahn (ferrocarril urbano, metro) de Viena desde 1894 hasta 1898. Debido a la influencia de Olbrich, los motivos decorativos derivados del Jugendstil –que es como se denominaba el movimiento Art Nouveau alemán- comenzaron a reemplazar a la ornamentación tradicional en las obras de Wagner, aunque sin afectar a su estructura racional subyacente, como queda de manifiesto en el edificio de viviendas conocido como casa Mayólica (1898), en Viena.


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FUSCO Renato de ., “El Art Nouveau “ en Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992. 


Págs.97-158. Otro discurso completamente diferente es el que se desarrolla paralelamente en Austria, donde el Art Nouveau, que allí se llamó estilo Secesión, presenta también una variante. Esta, a pesar del acento superficial de muchas de sus manifestaciones, marca un giro en la evolución de la arquitectura moderna, haciendo emerger del nuevo estilo todos los aspectos “decorativos” para operar después una simplificación que preludia el protorracionalismo. En la Viena aristócrata, capital de un imperio decadente, en un clima cultural todavía bastante vivo en todos los sectores, Otto Wagner (1841-1918) publica en un pequeño volumen, Moderne Architektur, la conferencia pronunciada en 1894 con ocasión de su elección como profesor de la Academia. Su contenido, inspirado en parte en las teorías de Semper y en parte en la renovación producida en todos los campos al terminar el siglo, indica el propósito de vincular la arquitectura de una forma más “real” con las exigencias de la época, y puede resumirse en la fórmula artis sola domina necessitas. Esta idea es tanto más significativa por cuanto que proviene de un ingeniero-arquitecto, muy afirmado profesionalmente con las obras eclécticas más típicas de la producción urbana del siglo XIX, realizadas dentro del mantenimiento más escrupuloso de la composición cerrada, de la simetría, del uso más sobrio de la decoración; una arquitectura clasicista en el sentido más amplio del término; y así seguirá siendo cuando, tras el famoso librito, Wagner sustituye la decoración ecléctica por la propia del nuevo gusto. Esta deriva en gran parte de sus discípulos Olbrich y Hoffmann, especialmente del primero, que colabora con él en su mejor obra, el Metropolitano vienés. Wagner proyecta para este las estaciones (las más significativas son la de la Karlsplatz y el pabellón Imperial, que corresponde a la estación del parque de Schonbrunn), los viaductos en los tramos elevados de la vía y las oficinas de la administración. Es un gran empeño técnico y arquitectónico que imprime el nuevo gusto en muchos puntos de la escena urbana de la capital austriaca. Entre las otras obras mayores de Wagner que entran en nuestro tema está la Banca postal de 1905 y la iglesia del hospital psiquiátrico de Steinhof de 1906, en las que se hace más difusa la relación con el estilo Secesión y se anticipa el protorracionalismo, especialmente en el nítido patio de operaciones de la Banca.

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