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G. Scott

SCOTT, Geoffrey

  • Historiador de la arquitectura
  •  
  • 1884 Reino Unido
  • 1929 - New York. Estados Unidos


 BANHAM, R., Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Edit. Paidos. Barcelona, 1977.


Págs. 61-71.“Inglaterra: Lethaby y Scott” 


La aparición de sentimientos tan burdos en una revista que fue alguna vez portavoz de las ideas de Lethaby, ilustra no sólo un cambio de política editorial (en realidad esa política había estado cambiando desde 1905, cuando se hizo cargo de la dirección Mervyn Macartney), sino también un cambio general en el clima intelectual de la arquitectura inglesa. Ese cambio data también de 1904-1905 e involucra la terminación casi simultánea del Hotel Ritz por Mewes y Davis, la de la nueva ala del Museo Británico por John Burnet, y la del central , Westminster, por Lanchester y Rickards. La concepción de los tres edificios era de tendencia clasicista, académica y francesa; a los ojos de la nueva generación de arquitectos, ingleses, de la cual parece ser ejemplo típico H. S. Goodhart-Rendel, ponen de manifiesto  «el restablecimiento de la pericia ».


 El cambio de orientación continuó hasta 1914 y aún más allá; la Architectural Review lo apoyó en 1914 con artículos de A. E. Richardson sobre Jean-Charles Krafft y Jacques Hittorf, y confirmó la tendencia a separarse de París con un entusiasta comentario sobre el producto más interesante de ese período y de esa tendencia, el libro Architecture of Humanism, de Geoffrey Scott.


El libro de Scott señala la culminación de la tendencia clasicista, el punto máximo de la revuelta de su generación contra la seriedad, provincianismo y empirismo victorianos. Es implícita y explícitamente hostil hacia Lethaby; señala la tardía intrusión en la crítica arquitectónica, de la tradición de esteticismo profesoral proveniente de Walter Pater, y probablemente tuvo su merecido destino llegando a ser el manual estético de las frases neo-Georgian y Playboy de la arquitectura inglesa. Pero el libro posee un interés que no es simplemente local; aunque permanece fuera de la corriente principal del pensamiento arquitectónico de la época, ejemplifica de manera explícita ciertos procesos que se desarrollaban bajo la superficie de esa corriente y esclarece tanto los puntos fuertes como los puntos débiles del estilo libre vinculado a Lethaby.


Según se ha dicho, sin embargo, esta admiración por Francia se mezcla con el deseo de retornar a los fundamentos italianos. La fundación de la Escuela Británica en Roma proporcionó a este deseo un cuerpo institucional: Geoffrey Scott le dio una cabeza intelectual. The Architecture of Humanism fue escrito en Florencia, residencia tradicional del far niente anglosajón, pero si bien tiende a predicar cierta suerte de irresponsabilidad arquitectónica, no es un libro trivial ni superficial....


... Pero hay un  «elemento » nuevo entre los cuatro que menciona Scott: el espacio. No era discutido en los círculos arquitectónicos franceses de la época, no figuraba en el programa de estudios de las Beaux-Arts tal como lo describe Guadet, ni se contaba entre las preocupaciones de Choisy y sus discípulos. Choisy usa la palabra espace para indicar una superficie a salvar mediante un arco o a cubrir con un techo, y donde hoy usaríamos la palabra  «espacio » para señalar un volumen libre dentro de un edificio, él se inclina a usar le vide. Scott entiende por espacio el que denota la palabra Raum, con casi todas las acepciones que el término había adquirido en la estética alemana; según él mismo lo confiesa, lo había tomado de Theodor Lipps, juntamente con la teoría de la Einfühlung.


La teoría de Lipps parece haber sido moneda corriente en el círculo angloflorentino en que se movía Scott (Berenson, Vernon Lee y otros), y éste la aplica para dar visos de objetividad a la actitud extremadamente solipsista que adopta al afirmar que la arquitectura nos afecta por su correspondencia mímica con actitudes y actos humanos. Bien estudiada, su posición depende de un juego de palabras sobre el término  «humanista »: Scott lo usa de manera indiscriminada, para referirse al mundo del conocimiento humano, o bien a la


proyección de sentimientos humanos en las formas arquitectónicas. Este double-entendre parece ser totalmente inconsciente, pero sobre esa base –y no hay otra– se funda su teoría de la arquitectura renacentista como arte de la forma pura, el gusto puro y el placer puro. Cabe suponer que, de haberlo deseado, Scott habría podido disponer del material con que el profesor Wittkower desarrolló luego su concepción totalmente distinta de la arquitectura renacentista como arte de la forma simbólica; pero guiándose por la concepción académica, que dejaba de lado los valores simbólicos y narrativos, Scott sólo podía explicar su inclinación por la arquitectura renacentista suponiéndola carente de significado en todos los planos, salvo el de la empatía.


Con todo, al tomar de Lipps la idea de sensibilidad espacial (Raumempfindung) y al introducirla en el contexto de la teoría académica, Scott se reveló como un innovador. No se trata de una introducción fundamental, pero conserva interés como ejemplo de un proceso que debe haber tenido lugar también en otras partes, si bien de manera no explícita. El paso de la idea lippsiana del espacio como volumen sentido –significado que poseía en los escritos de Muthesius, por ejemplo– al concepto posterior de espacio como continuo tridimensional, susceptible de subdivisión métrica sin sacrificio de su continuidad, parece depender en gran medida de la idea de composición de Blanc/Guadet y, asimismo, de la extensión de esta idea para operar en tres dimensiones en lugar de las dos con que cuentan la planta de un edificio o la superficie de un cuadro, que son campos bidimensionales métricamente subdivisibles sin sacrificio de su continuidad. Estas ideas se manifiestan con posterioridad a 1923 –cuando no quedan verbalmente explícitas– en la obra de Mies van der Rohe y Le Corbusier. Ambos las adquirieron a través de caminos tortuosos, mas parece razonable pensar que en algún lugar del camino debe haberse producido una fusión entre las ideas académicas, según el esquema de Scott, y las ideas de Lipps.

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