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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. (edición original 1982). 


Págs. 547- 565.“ Extensión y crítica en la década de 1960” 


En Italia el pasado nunca se había desterrado del todo, por supuesto, pero el 'milagro económico' de la posguerra se logró a expensas de un alto coste tanto para la ciudad como para el campo. La excesiva retórica tecnológica de la devaluada arquitectura moderna seguía encontrando resistencia en varios ámbitos: la imprecisa 'arquitectura orgánica'defendida por el historiador y crítico Bruno Zevi; un extravagante formalismo (en manos de arquitectos como Paolo Portoghesi) ; una crítica social de izquierdas en los escritos históricos de Leonardo Benevoloy en los textos neomarxistas de Manfredo Tafuri; y una continuación casi inconsciente de algunos de los impulsos del racionalismo italiano que implicaban una fusión de la disciplina abstracta y clasicista con los medios constructivos modernos. Como se ha mencionado anteriormente, el problema de relacionar los edificios nuevos con su contexto urbano ya se había debatido mucho en la década de 1950, Ernesto Rogersseguía manifestando su interés por la tradición en sus editoriales de la revista Casabella. Estos fueron también los años en los que el historiador Giulio Carlo Arganpublicó sus ideas sobre 'tipología': unas ideas que serían de considerable interés para arquitectos más jóvenes como Giorgio Grassi y Aldo Rossi, como puede apreciarse en el libro de este último, La arquitectura de la ciudad, publicado en 1966.


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FUSCO Renato de .,Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.11-64.“El Eclecticismo Historicista”


Las poéticas del eclecticismo historicista Como fundamento de los principales revivals arquitectónicos, desarrollados en la segunda mitad del siglo XVIII y durante todo el siglo siguiente, se encuentran la historiografía y la teorización, originadas de varias formas, de algunos estilos del arte del pasado. Como escribe Argan, «teorizar un período histórico significa trasladarlo del orden de los hechos al de las ideas, instituido como modelo»...


...Siempre sobre el tema de la relación entre el arte y fa técnica en fa corriente que estudiamos, escribe Argan: La verdadera técnica del artista es la técnica de proyectar: todo el arte neoclásico está proyectado con rigor. La ejecución es la traducción del proyecto por medio de instrumentos operativos que no son exclusivos del artista, sino que forman parte «de la cultura y del modo de vida de la sociedad (...). En este proceso técnico-práctico de adaptación se elimina necesariamente el acento individual, el capricho general de la primera invención, pero en compensación la obra adquiere un interés directo para la colectividad y cumple con el cometido de educación civil que la estática asigna al arte, en lugar de la antigua función religiosa y didáctica (-..). El artista ya no aspira al privilegio del genio, sino al rigor del teórico: no ofrece al mundo nuevas ideas para admirar, sino proyectos para realizar (...). La reducción de la icónica propia del arte a la técnica (o al método) de la proyectación marca la separación definitiva del arte de la tecnología y de la producción del artesanado, y la primera posibilidad de enlace entre el trabajo imaginativo del artista y la naciente tecnología industrial (...), El arte neoclásico se sirve sin ningún tipo de prejuicios de todos los medios que la técnica pone a su disposición. En la arquitectura, el principio de la correspondencia entre la forma y la función estática lleva al cálculo escrupuloso de las cargas y los empujes, al estudia de la resistencia intrínseca de los materiales; es precisamente la arquitectura neoclásica la que experimenta los nuevos materiales y revaloriza, en el plano estético, el estudio técnico-científico de los ingenieros.


No hay duda de que este particular acento proyectual y este vínculo con la tecnología moderna son algunas de las mayores características del neoclasicismo, es decir, del clasicismo del siglo xix; así, llevando la discusión a sus consecuencias extremas e identificando precisamente los adjetivos «clásico» y «racional», podamos decir que toda la arquitectura rigurosa y ordenada que ha surgido posteriormente ha seguido teniendo una impronta clasicista. Además, indagando con mayor profundidad pueden encontrarse algunos puntos comunes entre el neoclasicismo y la producción de los ingenieros. Estos últimos, cuando han tratado de dar una forma a sus cálculos, no han encontrado otros principios a su alcance que los clasicistas, como la simetría, la centralidad, el sentido cerrado y compacto de los organismos, etc. Por su parte. los arquitectos han tratado la obra y los métodos de los ingenieros de la manera que hemos visto arriba; y esta convergencia se ha verificado no sobre la base de un compromiso obvio, sino más bien en virtud de una idea, tal vez mítica pero fuertemente sentida, por la que tanto en las raíces de una como de la otra aportación aparece el número, la conmensurabilidad, la norma. En base a un principio normativo (pensemos, entre Otras cosas, que en 1799 se establece el sistema métrico decimal, si bien sólo fue ratificado internacionalmente en 1875) y a la formación de los respectivos códigos, la ciencia y la técnica de las construcciones, por un lado, y la composición arquitectónica, por otro, han encontrado sobre todo, además de una convergencia operativa, una didáctica; y nos referimos, en particular, al curso de arquitectura dictado en la Ecole polytechnique por J. L. N. Durand, centrado todo él sobre la investigación tipológica y sobre la combinación y articulación de elementos preestablecidos y codificados. Finalmente, si hubiéramos de indicar la manifestación más moderna y actual del método y del gusto neoclásico, no dudaremos en identificarla con el procedimiento iterativo de los elementos arquitectónicos para formar ambientes y complejos urbanos.


Págs.351-381.“La arquitectura orgánica“ 


."Pero el movimiento orgánico ha demostrado también sus limites en el plano ideológico. Aunque la historiografía y la critica han recibido una aportación innegable, ha formulado, por otra parte, una serie de previsiones que no se han cumplido y no siempre aclaratorias de las condiciones reales en que ha operado la cultura arquitectónica: la reconstrucción, la planificación urbanística, la incidencia sobre las autoridades políticas y sobre la opinión pública. Como ha escrito Argan,"la contraposición de la formula ‘orgánica’ y la ‘racional’ es un recurso humanamente comprensible como intento dialéctico de forzar una situación sin salida: pero no puede olvidarse que la arquitectura <> es un fenómeno paralelo y no sucesivo a la arquitectura racional, aparece en una situación histórica sustancialmente idéntica (...). Lo ‘racional’ y lo ‘orgánico’ provienen de dos arquetipos o escalas de valores diferentes; el arquetipo es, en uno y otro caso, una representación ideal de la sociedad y de la relación armónica del individuo con el conjunto" Si entendemos por <> todo aquello que, fundamentalmente en forma de <>, ha impedido en casi todos los países la realización de aquel modelo sociológico, debemos reconocer que si el socialismo humanista preconizado por los racionalistas, en el que la arquitectura habría contribuido a la superación de muchas contradicciones, está todavía por realizar, aun esta mas lejana aquella democracia como expresión de lo individual en un todo armónico que era tan propia del movimiento orgánico.


Págs.263-350.“El racionalismo"


(Sobre la Bauhaus).  Esta operación, al tiempo sociológica, didáctica y estilística, en el sentido de que contribuyó a la institución de la metodología y del lenguaje racionalista, nos parece no sólo la más significativa en el desarrollo de la Bauhaus, sino también la más tangible e indiscutible, mientras que el resto de las ambiciones, los programas, las crisis y sobre todo el significado político de la escuela han ido dando vida a un debate, de indudable interés crítico, pero hasta tal punto oscilante entre la hagiografía y el repudio que llega a volver incomprensible el sentido y la aportación de la didáctica de Gropius, hecha excepción de la monografía de Argan, que sigue siendo el mejor estudio sobre este tema La «técnica» del racionalismo. Con una visión tan esquemática como eficaz, Argan ha trazado así un resumen del racionalismo:


“«La lucha por la arquitectura moderna ha sido una lucha política, más o menos encuadrada en el conflicto ideológico de fuerzas progresistas y de fuerzas reaccionarias: lo demuestra el hecho de que allí donde han tomado el poder las fuerzas reaccionarias, aplastando a las progresistas (con el fascismo en Italia, con el nazismo en Alemania, con la predominancia de la burocracia del estado sobre el impulso revolucionario en la URSS), se ha perseguido y reprimido a la arquitectura moderna. La arquitectura moderna se ha desarrollado en todo el mundo siguiendo unos principios generales: 1) la prioridad de la planificación urbanística sobre la proyectación arquitectónica; 2) el mayor aprovechamiento del uso del suelo y de la construcción para poder resolver el problema de la vivienda, aunque fuera al nivel de la «existencia mínima»; 3) la racionalidad rigurosa de las formas arquitectónicas, entendidas como deducciones lógicas (efectos) a partir de exigencias objetivas (causas); 4) la apelación sistemática a la tecnología industrial, a la normalización, a la prefabricación en serie, es decir, a la industrialización progresiva dela producción de los bienes relacionados con la Vida cotidiana (el diseño industrial); 5) la concepción de la arquitectura y de la producción industrial cualificada como factores condicionantes del progreso social y de la educación democrática de la comunidad».


 

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