Págs. 20-28.“Transformaciones territoriales: evolución urbana, 1800-1909”
La ciudad: finita, tal como se había hecho realidad en Europa a lo largo de los cinco siglos anteriores, quedó totalmente transformada en el transcurso de un siglo debido a la interacción de cierto número de fuerzas técnicas y socioeconómicas sin precedentes, muchas de las cuales surgieron en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVlll. Entre las más destacadas, desde un punto de vista técnico, han de contarse innovaciones tales como la fabricación en serie de raíles de hierro fundido por parte de Abraham Darby a partir de 1767, y los cultivos agrícolas de Jethro Tull, sembrados en hilera con máquinas y adoptados de manera general a partir de 1731. Mientras que el invento de Darby llevó al desarrollo por parte de- Henry Cort, en 1784, del proceso de pudelado para convertir de forma simplificada el hierro fundido en hierro forjado, la sembradora mecánica de Tull fue esencial para el perfeccionamiento por parte de Charles Townshend del sistema de rotación cuatrienal de cultivos: el principio de la 'agricultura extensiva' que se generalizó hacia el final del siglo.
Estas innovaciones productivas tuvieron múltiples repercusiones, En el caso de la metalurgia,la producción inglesa de hierro se multiplicó por cuarenta entre 1750 y 1850 (alcanzando los dos millones de toneladas al año antes de esta última fecha); en el caso de la agricultura, tras la Ley de Cercamiento de Tierras promulgada en Inglaterra en 1771, la ineficiente economía doméstica fue sustituida por el: sistema cuatrienal de cosechas. Si la primera se vio potenciada por las guerras napoleónicas, la segunda respondía a la necesidad de alimentar a una población industrial en rápido crecimiento. Al mismo tiempo, la producción doméstica de
tejidos —que había contribuido a sostener la economía agraria de la primera mitad del siglo quedó rápidamente transformada:. primero por la máquina de hilar de James Hargreaves, de 1764, que aumentó en gran medida la capacidad de hilado por persona; y luego por el telar de Edmund Cartwright, accionado por una máquina de vapor y usado por primera vez en [a producción fabril en 1784. Este último hecho no sólo convirtió ia producción textil en una industria a gran escala, sino que también condujo inmediatamente a la invención de fa fábrica de varios pisos a prueba de fuego. De este modo, la producción textil tradicional se vio forzada a abandonar su implantación predominantemente rural y a concentrar tanto la mano de obra como fas instalaciones: primero cerca de los cursos de agua y luego, con la llegada de la máquina de vapor, junto a los yacimientos de carbón. Con 24.000 telares mecánicos en acción hacia 1820, la ciudad fabril inglesa era ya un hecho incuestionable.
La energía rotativa del vapor y la estructura del hierro, surgieron casi al mismo tiempo gracias a los esfuerzos independiente de tres hombres; James Watt, Abraham Darby y John Wilkinson. De éstos, el último fue el “maestro metalúrgico” de su tiempo, ya que su invención de la máquina rectificadora de cilindros en 1775 fue esencial para el perfeccionamiento de la máquina de vapor de Watt en 1789. La experiencia de Wilkinson en el trabajo del hierro resultaría igualmente indispensable para la primera utilización estructural del hierro, ya que ayudó a Darby y a su arquitecto T.F.Pritchard, a diseñar y erigir el primer puente de hierro fundido, un tramo de 30.5 m construido sobre el Severn, cerca de Coalbrookdale, en 1779.
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Págs.11-64.“El Eclecticismo Historicista”
Desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta 1830, período que se considera que corresponde precisamente a la revolución industrial, debido a las innovaciones tecnológicas y al nuevo orden económico, se calcula que la población inglesa pasó de seis millones y medio a catorce millones de habitantes. Las causas de este incremento fueron de orden alimenticio, higiénico y edificatorio; están ligadas a los progresos de la medicina y de la asistencia sanitaria, a las instalaciones para el tratamiento y saneamiento de las aguas, a los aspectos positivos (entre los muchos negativos) del proceso de industrialización. Al incremento. demográfico se asocia una distribución diferente de los habitantes sobre el territorio, vinculada a la utilización en el campo productivo de algunas innovaciones tecnológicas. La más importante de ellas fue la máquina de vapor de James Watt, patentada en 1769, que incidió inmediatamente en tres de los sectores productivos más típicos y activos de Inglaterra, el minero, el siderúrgico y el textil, íntimamente ligados entre sí. El sector siderúrgico había sufrido ya innovaciones con el descubrimiento de Abraham Darby, comenzado en 1735 y perfeccionado por su hijo, que consistía en un procedimiento para fundir el hierro del mineral sustituyendo por cok de carbón mineral el carbón obtenido por combustión de la madera, material de difícil aprovisionamiento y, por tanto, utilizable ahora para otros fines. La máquina de Watt permitió ante todo un notable aumento en la extracción de carbón mineral y por ello la inmediata utilización de la minería para la producción siderúrgica. Este hecho, como ya se ha mencionado, tuvo una gran repercusión sobre la transformación de los asentamientos territoriales. En efecto, las instalaciones de extracción de carbón, que nacieron primero en las zonas boscosas, es decir, lejos de los centros urbanos, fueron instalándose sucesivamente en las regiones mineras, que por su vecindad a los centros urbanos o sobre todo por su organización más compleja reclamaban un número ingente de empleados, determinando así nuevos núcleos habitados en las zonas de trabajo...
... Por estas dicotomías, y por otras razones que ya veremos, somos propensos a considerar la totalidad de la realidad tecnológica de la arquitectura desde finales del XVI y todo el siglo XIX como un fenómeno que se enmarca en el cuadro del eclecticismo historicista. Ciertamente, la arquitectura de la ingeniería es la más distante de los revivals de su época; es la que mejor consigue sustraerse a la repetición pasiva de estilemas historicistas y de las otras aporías en las que incurre la obra de los arquitectos, gracias todo ello a su carácter científico (Louis- Marie H.Navier pública en 1826 el curso de ciencia de las construcciones pronunciado en la École polytechnique) y tecnológico (la producción, tras el descubrimiento de A. Darby de la fundición, del hierro forjado, del acero y más tarde del hormigón armado) y, sin embargo, no del todo inmune a tales aporías. Veremos, efectivamente, además de las dicotomías mencionadas y de las relaciones entre la obra de los ingenieros y las corrientes neoclásica y neogótica, a las que dedicaremos un párrafo específico, la manifestación diversa y a veces contradictoria de la producción ingenieril en las diferentes tipologías edificatorias.