“No conocemos formas, sino sólo problemas de construcción. La forma no es el objetivo, sino el resultado de nuestro trabajo. Lo que pretendemos, es justamente liberar la construcción de la especulación estética y volver a hacer de ella lo que únicamente debería ser, esto es, construcción.
… El arte de la construcción es la voluntad de la época, comprendida en el espacio... vivo, variable, nuevo …. El predominio de la forma estructural… con una monumentalidad… puede definirse como una cualidad espiritual inherente a la propia estructura…”
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La doble etapa profesional de Mies van der Rohe desarrollada entre Alemania y Estados Unidos, ha llevado a dicho arquitecto a hacerlo universalmente conocido y reconocido. Ya a finales de 1930 Mies tenía un lugar importante en la arquitectura alemana, ocupando puestos de prestigio en asociaciones internacionalmente valoradas como la Deutsche Werkbund (Vicepresidente de 1926-32) y la Bauhaus (Director de 1930 hasta su cierre), incorporándose en la Europa de entonces al floreciente Movimiento Moderno.
Este papel se mantuvo y potenció más si cabe, con la labor profesional que desarrolló a partir de 1938 en los Estados Unidos, conjungando su labor profesional, con el cargo que ocupó entre 1939 y 1959 como director de la Escuela de Arquitectura del IIT (Illinois Institute of Technologi).
Su arquitectura se caracterizaba por el empleo de materiales (hierro, hormigón y vidrio) y técnicas modernas (concepto de estructura y nueva concepción del espacio), adecuando el lenguaje arquitectónico a la sociedad industrializada, creando así un vocabulario de formas universales. Incorporando las reformas sociales a una tecnología moderna, que potenciase los valores elevados de la nueva sociedad.
Al igual que la naturaleza, la arquitectura debía crear formas básicas, regresando a una construcción y configuración elemental, “edificios de carne y hueso”, obras “sustanciales”, con predominio de la estructura. Buscando la esencialización, el minimalismo “Less is more” y la claridad.
Estas ideas desarrolladas en un principio en su país, tuvieron un adecuado lugar de desarrollo en USA con el avance tecnológico producido tras la II Guerra Mundial, en donde la construcción modular y las soluciones tipo (construcciones industriales reproducibles que pedían menos arte y más rentabilidad) asentaron los tipos básicos de la arquitectura del capitalismo moderno.
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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Págs. 621-669. ” Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras. Los progresos de la arquitectura europea entre 1930 y 1940”
El conflicto entre el Movimiento Moderno y los regímenes autoritarios es el hecho sobresaliente y más significativo del cuarto decenio de 1900. Pero, precisamente por el carácter del movimiento, el problema de la nueva arquitectura no puede reducirse a una cuestión de principios y debe concretarse en una serie de investigaciones y resultados parciales.
En relación con el conflicto político, el trabajo de los arquitectos que se aíslan para continuar una búsqueda limitada, adquiere más bien un valor programático preciso: a la retórica de los símbolos se contrapone la realidad de las necesidades cotidianas, a las exigencias representativas del poder público, las demandas de las gentes sencillas. Es la arquitectura «para los que van en tranvía» de la que habla Persico en 1932.
A partir de un cierto momento después de 1935 -el carácter radical del conflicto político elimina el espacio indispensable a estas experiencias, que sobreviven sólo marginalmente en Italia y Francia, desparecen totalmente en Alemania y Rusia, y encuentran, en cambio, un terreno favorable en Inglaterra y en las pequeñas naciones del norte de Europa. Al lado de los maestros de los años veinte expulsados de sus países de origen, o mantenidos al margen, como Le Corbusier- trabaja una nueva generación de proyectistas, nacidos después de 1900, capacitados para traducir a la práctica muchas propuestas teóricas, formuladas en el decenio precedente.
1.-Los maestros alemanes en Inglaterra y el renacimiento de la arquitectura inglesa.
Entre los arquitectos condenados por el nazismo después de 1933, algunos reaccionan acentuando su radicalismo político -como Meyer, May, Taut se concentran en la urbanística y encuentran un nuevo campo de trabajo en Rusia, donde chocan casi inmediatamente con el régimen estaliniano. Otros tienen una reacción opuesta, como Mies van der Rohe, que elimina de su arquitectura toda referencia social, llegando hasta las puertas del formalismo.
A causa de los acontecimientos ya referidos en el capítulo precedente, la experiencia de los primeros queda prácticamente perdida; la obra de Mies, mientras sigue en Alemania, queda cerrada en sí misma y produce sus frutos sólo después de 1938, en Chicago. como comentaremos luego.