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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Págs.64-73 "El racionalismo estructural y la influencia de Viollet-le Duc; Gaudí, Horta, Guimard y Berlage, 1880-1910 “ 


Tanto Gaudí como sus mecenas, el fabricante textil y magnate naviero Eusegio Güell Bacigalupi, llegaron a su madurez bajo la influencia del movimiento separatista catalán. Aunque este movimiento tenía sus aspectos conservadores, sin embargo, apoyaba diversos programas de reforma social, en su mayor parte obra de la intelligentsia catalana. En realidad, Gaudí había tenido contactos con el ideario socialista antes de conocer a Güell en 1882, inmediatamente después de obtener su título, había sostenido relación con la cooperativa obrera de Mataró, que le encargó el proyecto de una comunidad obrera que incluía viviendas, una estructura comunitaria y un taller de todo lo cual sólo se construyó el último en 1878....


...Los logros iniciales en la carrera de Gaudí son inseparables respecto a las diversas obras que él y su colega Francesc Berenguer crearon para Eusebio Güell. El conde de Güell era un progresista y su casa de Barcelona el Palacio Güellque Gaudí diseñó para él en 1888 se convirtió en una meca para la intelligentsia de la década de 1890. Tal como la Casa Vicens había sido construida alrededor de un invernadero, el Palacio Güell fue edificado en torno a una sala de música, con órgano y capilla. ... 


Los logros iniciales en la carrera de Gaudí son inseparables respecto a las diversas obras que él y su colega Francesc Berenguercrearon para Eusebio Güell. El conde de Güell era un progresista y su casa de Barcelona el Palacio Güellque Gaudí diseñó para él en 1888 se convirtió en una meca para la intelligentsia de la década de 1890. Tal como la Casa Vicens había sido construida alrededor de un invernadero, el Palacio Güell fue edificado en torno a una sala de música, con órgano y capilla. Este espacio compuesto, remedaba la forma del típico patio islámico y cubría toda la sección superior de la mansión.


Entre las grandes aficiones de Güell destacaban Ruskin y Wagner, y al parecer Gaudí quedó también muy afectado, por las teorías de uno y por los dramas musicales de otro. En cualquier caso, la reputación de Ruskin se encontraba en su apogeo al comenzar el siglo, y sus dictados, tan compatibles con Wagner, según los cuales el arquitecto que no era un escultor o un pintor era “tan sólo un emarcador a gran escala”, causaron una fuerte impresión en Gaudí.


Para Güell la transformación de la sociedad en general había de ser lograda mediante la ciudad-jardín. Con este fín, en 18891 encargó a Gaudí y Berenguer que diseñaran una colonia obrera para su fábrica textil en Santa Coloma de Cervelló,después conocida como la Colonia Güell. Este encargo sería seguido por otro, en 1900, destinado a la clase media, el Parque Güell, situado en una montaña pelada, con una excelente vista sobre Barcelona, proyecto que finalmente realizó sin las casas entre 1900 y 1914. Entre tanto Berenguer proseguía la colaboración esporádica en la Colonia Güell, hasta que Gaudí en 1908, completó las obras de la capilla. Para entonces, la carrera de Gaudí, como arquitecto eclesiástico había comenzado ya, puesto que desde 1883 había acometido la continuación de la construcción de la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona, a partir del proyecto de Francisco de Paula Villar.


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COLQUHOUN Alan., La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 13-33.“El Art Nouveau, 1890-1910” 


Los primeros signos del modernisme –que es como se denominó el art nouveau en catalán- parecen ser anteriores en varios años al movimiento belga y da la impresión de que el movimiento catalán se inspiró de modo independiente en las publicaciones de Viollet-le-Duc y en el movimiento arts Et crafts. El modernisme tenía una relación con la tradición ecléctica del siglo XIX más estrecha que las del art nouveau francés y belga. En 1888, Lluís Domènech i Montaner (1850-1923), el arquitecto más importante de los inicios del modernisme, publicó un artículo titulado «En busca d’una arquitectura nacional», que ponía de manifiesto las intenciones eclécticas del movimiento: «Apliquemos abiertamente las formas que las nuevas experiencias y necesidades nos imponen, enriqueciéndolas y dándoles expresión con los tesoros ornamentales que los monumentos de todas las épocas y la naturaleza nos ofrecen».


     Barcelona había crecido a un ritmo aún más rápido que Bruselas en la segunda mitad del siglo XIX. La nueva burguesía industrial de Cataluña (con personajes como Eusebi Güell o el marqués de Comillas) entendía el modernisme como un símbolo urbano del progreso nacional al igual que hacían los mecenas del art nouveau en Bélgica. Pero mientras que en este país el movimiento estaba ligado a un socialismo internacional anticatólico, en Cataluña sus filiaciones eran católicas, nacionalistas y políticamente conservadoras.

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