Pág.125-131.“La Bauhaus: la evolución de una idea, 1919-1932”
Incluso la palabra Bauhaus - que Gropius consiguió que fuese adoptada por el renuente gobierno estatal como nombre oficial de la institución- recordaba intencionadamente la Bauhütte o logia de los constructores medievales. Que estas connotaciones eran deliberadas queda confirmado en una carta escrita por Oskar Schlemmer en 1922.
La Bauhaus se fundó en su día con la mirada puesta en la erección de las iglesia o catedral del socialismo, y los talleres se organizaron a la manera de las logias de los constructores de catedrales [Dombauhütten]. De momento, el concepto de catedral ha pasado a segundo término, y con él algunas ideas bien definidas de tipo artístico. Actualmente la situación es tal que en el mejor de los casos nos hemos de contentar con pensar en la casa, quizá solamente podemos pensar. [...] Ante las dificultades económicas actuales, nuestra tarea ha de ser la de hacer de pioneros de la sencillez, buscar la forma más simple para cada necesidad de la vida, y que al propio tiempo sea decorosa y sólida.
... Hasta 1920, cuando a petición suya se incorporaron a la Bauhaus los artistas Oskar Schlemmer, Paul Klee y Georg Muche, Itten impartió, sin ayuda de nadie, cuatro cursos distintos de artesanía además del Vorkurs, mientras Gerhard Marcks y Lyonel Feininger daban cursos magistrales de cerámica e impresión respectivamente.
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Págs. 247-675.“El espacio-tiempo en el arte, la arquitectura y la construcción”
Pág.478. Alemania tras la I Guerra Mundial, y la Bauhaus
Segunda fase en su evolución. El suizo alemán Paul Klee se unió al cuerpo docente en 1921. Tras éste se fueron reclutando más y más personas de los grupos abstraccionistas: primero Oskar Schlemmer, en 1921; más tarde, en 1922, Wassily Kandinsky (que había estado trabajando en composiciones abstractas desde 1911); y ya en 1923, László Moholy-Nagy. Los sucesivos nombramientos de estos artistas marcaron una tendencia cada vez más acentuada hacia los movimientos abstractos y reflejan las etapas por las que pasó la Bauhaus.
Moholy-Nagy, un joven húngaro, estaba ligado a todo el movimiento abstracto por vinculaciones personales, así como por sus propias creaciones. Su papel en la Bauhaus con frecuencia se ha malinterpretado. Como editor de los libros de la Bauhaus, Moholy-Nagy defendió activamente sus ideas y dio a los iniciadores de nuevos movimientos en muchos países la oportunidad de dirigirse directamente al público alemán; además de esto, contribuyó mediante sus propias actividades a acabar con los persistentes residuos del misticismo romántico.