El capítulo parte del análisis de la situación cultural alemana que se produce tras la I Guerra Mundial, y que tendrá un desarrollo y trascendencia que afectó a dos de los principales artífices del Movimento Moderno como Walter Gropius y Mies van der Rohe. La derrota alemana, llevó al país germano a un acusado expresionismo de la mano de Bruno Taut y Erich Mendelshon principalmente, que intentaba evadirse de la angustia tras la derrota militar. Tanto Gropius como Mies, acabaron en un primer momento, sucumbiendo a esta corriente, mostrando en sus obras parte de esa Gainst o “angustia” expresionista, que tenía un carácter moral y de evasión. Las formación vanguardista llevada a cabo en la Bauhaus en Weimar y posteriormente en Dessau, se vió también afectada de forma importante por estas circunstancias. Cambiando poco a poco el Workurs o curso preliminar, de la utopía subjetiva a una nueva objetividad que acabará imponiéndose hasta el cierre definitivo de la escuela.